Estar enamorada de un imposible es como tener una enfermedad mortal y no tener cura.
Sabía lo que iba a pasar desde el primer beso, aún así lo intenté, por que todos sabían que la Reina no se rendiría.
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Anoche había sido una noche que difícilmente olvidaría, me había sentido tan plena, como nunca antes nadie me había hecho sentir así.
Apenas había pegado ojo, y cuando por fin lo hice mi teléfono comenzó a sonar, eran apenas las seis y media.
Como pude cogí mi teléfono sin todavía poder abrir los ojos, fruncí el ceño al ver que se trataba de una llamada de teléfono del Señor Alonso, y contesté al segundo.
- Buenos días Señorita Sara. - Hablo él mientras me incorporaba en la cama y encendía la luz. - Lamento tener que comunicarme con usted a esta hora. - Se disculpó. - Me acaban de informar de que el CSD va a tomar cartas en el asunto y las jugadoras se van a ver bajo mucha presión con la selección, lo mejor será traerlas cuando antes a Barcelona intentando evadir a la prensa.
- Muchas gracias por su llamada Señor Alonso, no se preocupe, cambiaremos la logística y me haré cargo personalmente de que las chicas lleguen lo mejor posible a Barcelona. - Le aseguré levantándome de la cama y dirigiéndome a encender mi portátil. - No esperaba menos de usted Señorita González, nos mantenemos informados. - Concluyó con la llamada. - Así será Señor. - Colgó la llamada y me puse a buscar billetes de ave para esta mañana.
Frustrada me puse los audios que me habían llegado al móvil sobre la situación y me despojé de mi ropa interior para meterme en la ducha, necesitaba despejarme.
Una vez salí me vestí rápidamente y reservé los billetes y el chofer del club que se encargaría de venir a recogernos.
Mientras me maquillaba me entró una llamada donde me informaban que las chicas necesitaban presentarse a una videollamada en poco más de una hora.
Suspiré por la que se estaba montando, y triste por las chicas, en especial Alexia, les había cogido mucho cariño y estaba siendo totalmente injusto el trato que estaban recibiendo por parte de la Federación.
Terminé de arreglarme en tiempo récord y guardé el resto de mis cosas en la maleta, intentando ser lo más rápida posible.
Una vez salí me dirigí hacia la habitación de Ona, la cual había visto que me había mandado un mensaje de Buenos días hacía un par de minutos.
Toqué en la puerta un par de segundos y enseguida abrió la puerta rascándose el ojo.
- Buenos días Sara. - Comentó dejándome pasar.
- Buenos días Ona. - Le dije con una media sonrisa. - Tengo que hacer un par de llamadas, ¿Podríais Alexia y tú bajar a recepción cuando estéis listas? - Le pregunté y está asintió mirándome, entrando otra llamada antes de poder contestarla.
Disculpándome con la mirada salí de la habitación y me dirigí hacia la recepción, iba a ser un día largo.
Llegamos a Barcelona un par de horas más tarde, las chicas se dirigieron a sus respectivas casas y a mí me tocaba dirigirme hacia la Ciudad Deportiva para asistir a una reunión con todo el cuerpo directivo del club, para ver que opciones teníamos para ayudar y proteger a nuestras chicas.
