Capítulo 10:

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Alexia POV

Eran las cuatro de la tarde y todavía seguía en la cama con Nala junto a mí, la cual no había dejado mi lado desde que llegué a casa.

Había intentado dormir sin éxito, con suerte había dormido tres horas sueltas, y no era producto de la resaca, sino de este sentimiento de culpa con el que me encontraba ahora mismo.

Mi cabeza dolía, cogí mi teléfono y volví a entrar en Instagram, me había pasado la mañana deslizando el dedo sin prestar atención a nada de lo que veía, había intentado dormir unas treinta veces, comenzado tres películas pero no podía prestar atención por más de dos segundos.

El timbre sonó y maldecí internamente tapándome con la almohada, frustrada salí de la cama seguida por Nala, la cual ladraba desmesuradamente empeorando el dolor de cabeza que tenía, la mande a callar un par de veces sin éxito ninguno.

No tenía ni idea de quién podía ser, hacia un par de horas que le había enviado un mensaje a Olga diciéndole que tenía mucha resaca y no me apetecía ver a nadie.

Me acerqué hasta el telefonillo y vi que se trataba de Olga.

Suspiré y me maldecí, no podría ni mirarla a la cara.

Mierda, mierda, mierda me repetí mentalmente mientras me masajeaba la sien.

El timbre volvió a sonar a la vez que lo hacía mi teléfono, rodé los ojos y contesté al telefonillo abriéndola.

Dejé la puerta abierta y me dirigí a la cocina, abrí el armario y cogí una pastilla efervescente para intentar calmar este dolor que había aumentado dramáticamente en los últimos minutos, la puse en un vaso de agua y salí de la cocina encontrándome a Olga entrando por la puerta.

- ¡Cariño! - Dijo está abriendo los brazos con una sonrisa, me acerqué a ella con una sonrisa forzada y me abrazó, me separé de ella y me miró con una mueca. - ¿Cómo estás?  - Preguntó esta.

- Pues igual que estaba hace dos horas, cuando te dije que no quería ver a nadie hoy. - Solté bruscamente, mucho más brusca de lo que hubiese deseado.

Olga alzó una ceja y cogió el bolso que había dejado encima del sofá. - Vale, me voy entonces. - Dijo para girarse y salir por la puerta dando un portazo.

Cerré los ojos ante el sonido del portazo que acababa de sonar, y rápidamente dejé el vaso encima de la mesa y salí en busca de Olga.

- Olga. - Grité escaleras abajo, esta no se detuvo y cuando iba a abrir la puerta de su coche para meterse la frené en seco. - Perdón, perdón. No quería hablarte así. - Le dije sincera disculpándome.

Pude ver como tenía los ojos aguados, en ningún momento me miró. - Estoy empezando a cansarme Alexia. - Dijo esta y me miró. - Estoy harta de que me apartes de tu vida cada dos por tres.

Miré a ambos lados en busca de si había alguien observándonos, cuando volví a fijar mi vista en Olga esta suspiró. - Últimamente no sé dónde estás. -

Suspiré y la miré. - Lo sé, perdóname por favor.

- Tenías razón cuando me dijiste que no viniese, cuando se te pase hablamos. - Dijo para luego subirse al coche y arrancar, dejándome a mi en pijama y chanclas viendo como se alejaba el coche.

Frustradamente me llevé las manos a la cara cuando noté que algunas lágrimas se agolpaban en mis ojos.

Subí a casa y me bebí el vaso que había dejado antes de un solo trago, frustrada me fui a la habitación y me cambié por un top de correr, unos pantalones cortos y mis deportivas.

Reina - Alexia PutellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora