Estar enamorada de un imposible es como tener una enfermedad mortal y no tener cura.
Sabía lo que iba a pasar desde el primer beso, aún así lo intenté, por que todos sabían que la Reina no se rendiría.
Holi, este es un recordatorio para que porfi le des a la 🌟 para dejar tu voto :)
Y como hemos llegado ya a los más de 1000 votos os dejo un mega capítulo!
2 x 1 ☺️
•••
Alexia POV:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Tata. - Dije una vez me monté en el coche y marqué el número de mi hermana, al tercer tono me contestó.
- Ale, ¿Qué pasa? - Preguntó preocupada.
No pude responder en ese momento, mis lágrimas comenzaron a caer sin control y me costaba respirar, intenté quitármelas de la cara sin éxito y apoyé mis manos en el volante del coche escondiendo mi cara, incapaz de arrancar el vehículo aún aparcado en el parking de la ciudad deportiva.
- ¿Tata? - volvió a preguntar. - Me estás preocupando. - Dijo mi hermana al otro lado de la línea. - Dime algo. - Repitió e intenté coger una gran bocanada de aire para intentar poder contestarla.
Cuando iba a contestar, alguien tocó la ventanilla del asiento de al lado y saltó del susto en el sitio, giró mi cabeza hacia el asiento del copiloto mientras intento limpiarme las lágrimas rápidamente y me encuentro a Irene mirándome con una mueca de tristeza en la cara, mientras me indica con la mano que le abra la puerta.
- Tata, te llamo ahora, acaba de venir Irene. - Dije más calmada y desbloquee el coche para que pudiese abrir la puerta.
- ¿Qué? ¿Ale estás segura estás bien? - Volvió a preguntar sin entender mucho que estaba sucediendo.
- Alba no te preocupes estoy yo con ella. - Le contestó Irene por mi nada más subirse al asiento del copiloto y cerrar la puerta. - Te lo aseguro, está bien. - Dijo intentando calmar a mi hermana mientras yo me recomponía.
- Vale Irene, muchas gracias, llámame cuando puedas Tata, te quiero. - Se despidió mi hermana.
- Te quiero. - Contesté y colgué la llamada.
Suspiré y sentí como Irene se acercaba hacia mi y me daba un abrazo, al cual correspondí al segundo, sintiéndose como si estuviera en casa. Por qué a veces un hogar es eso, dos brazos apretándote cuando estás en tu peor momento.
- ¿Estás más tranquila? - Preguntó Irene cuando nos separamos, manteniendo su mano en mi hombro y analizándome con la mirada.
- No mucho. - Dije haciendo una mueca y desviando mi mirada hacia un punto vacío en el coche.
- Joder, no me digas que mi abrazo no ha servido de nada. - Dijo esta bromeando haciendo que se me escapase una pequeña risa y le diese de broma con mi puño en su hombro.
- Gracias por venir Irene. - Dije y esta simplemente me mostró una pequeña sonrisa y asintió con la cabeza.
- Por supuesto. - Dijo muy segura de sí misma. - Ahora será mejor que salgamos del recinto y me cuentas todo lo que pasa y cuando comenzó toda esa locura. - Dijo y asentí incorporándome en mi asiento.
