2 AÑOS ANTES
Sonrisa de niño bueno.
Ojos dulces como la miel.
Mocasines marrones de piel de Massimo Dutti, último modelo de verano.
Esas tres cosas fue lo primero en lo que me fijé en cuanto vi al chico perfecto. Era el chico más precioso que había visto nunca. Pensé en que tal vez a los hombres no les debía gustar que se usara la palabra precioso para describirlos, pero no se me ocurría otra palabra para ello.
Era mi primer día de universidad y estaba desorientada buscando el aula donde tenía la clase de introducción a las leyes. De momento había hecho una amiga: Noa, era mi compañera de habitación y la chica parecía genial. En esos momentos estaba a punto de conocer a los que serían mis compañeros de clase durante los próximos 4 años y estaba de los nervios. Con el dedo pulgar, empecé a juguetear con el anillo que me había regalado mi abuela al cumplir 16 años; era mi anillo favorito -un aro de oro blanco con un pequeño zafiro azul- y no tardé mucho tiempo en darme cuenta de que, cuando me ponía nerviosa, lo movía de un lado para el otro en un tic que mostraba claramente mi inquietud.
El chico perfecto caminaba unos pasos por delante de mí, parecía una acosadora persiguiéndolo, pero daba la casualidad de que se encaminaba hacia el mismo lugar que yo.
Usaba un polo de color azul marino y unos pantalones de lino blancos. El chico tenía estilo, estaba claro que sabía vestir y eso era algo que me encantaba en un hombre.
«Que esté en mi clase, que esté en mi clase, que esté en mi clase», supliqué silenciosamente.
Por un momento me olvidé de Marco, mi novio del instituto, suponía que ahora era mi exnovio. A él lo habían cogido en la universidad de Stanford, era un chico muy inteligente, aunque un poco capullo. Justo antes de separarnos, me había pedido tener una relación abierta ya que cada uno estaría en una universidad diferente y quería explorar nuevas opciones.
Eso sí, me quería mucho y no quería perderme.
Resoplé internamente.
No era tan imbécil como para haber aceptado semejante estupidez. Sabía que lo nuestro estaba destinado al fracaso en cuanto Marco soltó aquellas palabras, pero era difícil olvidarse del chico por el que habías estado enamorada durante dos años.
Pero después de ver a don perfección, Marco se había quedado totalmente en el olvido.
El chico entró en mi clase.
Sonreí.
Iban a ser los 4 años más interesantes de mi vida.
🐮🐮🐮
Hola a todxs! ¿Cómo estáis?
Bienvenidos a mi novela ¿Princesa o muñeca?
El segundo libro de la serie de cuatro libros llamada SOLO TÚ.
Esta vez, vamos a adentrarnos en el mundo de Emily. Vamos a vivir el mismo año que Noa y Andrew pero desde otro punto de vista; espero que os guste tanto como mi otra historia: No me llames amor.
Si has empezado por esta historia, decirte que no pasa nada. Todas las historias empiezan y acaban, y son narrados desde puntos de vista distintos. Por lo que, si no has leído "No me llames amor", no pasa nada. Sin embargo, te recomiendo que lo hagas, ya que quizás hay cosas que se entienden mejor (y también porque ya está terminada jeje).
Quería agradecerles que estén por aquí leyendo, dándome esta bonita oportunidad, espero les haya gustado el prólogo y quieran continuar con mi historia.
Si votáis y comentáis seréis de gran ayuda y motivación para mí. Me encantaría saber qué os parece esta novela.
|Besos de vaca🐮💕
Mar.
PD: Quiero cambiar la portada de NO ME LLAMES AMOR, pero al haberme presentado a los Wattys de este año, no puedo hacerlo todavía. Así que os la voy a dejar aquí, a ver qué os parece. Me gustaría saber si os gusta más esta o la anterior, para así tenerlo en cuenta.
¿Cuál os gusta más?
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¿Princesa o muñeca? (Serie «Solo tú II»)
Любовные романыEmily cree que Connor es todo lo que necesita en la vida para ser feliz: guapo, inteligente y rico. Lo único malo es que, ese chico que cree que es perfecto, no la mira ni dos veces seguidas. Al menos, no hasta que Liam se interpone entre ellos. La...