¿Princesa o muñeca? (Serie «Solo tú II»)

36| EMILY

La vida iba viento en popa. Los días desde que estaba con Liam eran increíbles, sin embargo, Caleb y Marlene estaban de lo más insoportables.

—¿Cuándo vas a decirnos la verdad? —insistió Caleb mientras nos dirigíamos a la primera clase del día.

—No tengo nada que decir —resoplé.

—Te está creciendo la nariiiiz —canturreó Marlene con una sonrisa infantil. Yo la fulminé con la mirada. Frené de golpe y los encaré.

—Connor y yo ya no estamos juntos y punto. No hay más.

—Pero no lo entendemos Ems, estabas mega obsesionada con él y ahora que por fin lo tienes, ¿lo dejas?

—Ah, ya sé —continuó Caleb—, te ha dejado él.

Rodé los ojos y emprendí la marcha, no quería llegar tarde.

—Venga, y entonces, ¿dónde estabas el otro día? Le dijiste a Noa que estabas con nosotros, lo que era totalmente falso.

—Qué pesaditos —añadí entre dientes. Ellos se rieron.

—¿No vas a decírnoslo?

—No.

Entré en la clase y fui directamente a mi sitio de siempre. Mis amigos se sentaron al lado, quedando Marlene en medio. Me di cuenta de que Caleb pasó un brazo por detrás del asiento de mi amiga y eso me sorprendió un poco, no solía hacerlo.

Connor entró y yo fingí que la pantalla de mi portátil encendiéndose era mucho más interesante. Busqué la carpeta de la clase que tocaba, pero al final no pude evitarlo, levanté la mirada y nuestros ojos chocaron. Connor se mordió el labio y frunció el ceño con disgusto, no dijo nada, simplemente pasó de largo.

—Está claro que aquí ha pasado algo —insistió Marlene.

Por suerte entró el profesor y ambos me dejaron en paz durante toda la mañana. ¿Cómo era posible que justo el día que le digo a Noa que estoy con Caleb se encuentran? Tenía muy mala suerte. Por suerte para mí, pasados unos días, todos parecían que se habían olvidado del asunto.

No sabía que motivo me hacía querer ocultar lo que tenía con Liam, no era nada malo. Pero parecía que Liam no quería decir nada, así que tampoco yo. Los únicos que lo sabían eran Evan y Kate, ya que nos veían en el piso constantemente. Aunque eso iba a cambiar en breves.

Estábamos delante de Tony's y empecé a sentirme nerviosa. Frené en seco ante la mirada confusa de Liam.

—¿Qué ocurre muñeca?

—Nada.

Liam se puso delante de mí y con sus manos en mis mejillas levantó mi cabeza hasta que nuestras miradas conectaron.

—Eh... ¿estás bien?

—Sí... es solo... estoy nerviosa.

—¿Por qué? Hemos venido miles de veces.

—Lo sé, pero ahora es diferente.

—¿Por qué? ¿Por qué eres mi novia?

—Porque te he hecho daño —susurré—, y ellos son como tu familia y sé que me van a odiar por ello. Y yo no quiero que me odien porque realmente me gustan y...

—Emily —me cortó él—, no te odian.

—Pero...

—Te prometo que no te odian. Ellos estaban esperando tanto como yo que esto sucediera, les gustas.