Los días siguientes a la ruptura fueron horribles. Estaba destrozada, Noa me estaba ayudando a recomponerme, pero nunca me había sentido tan sola y vacía. Me había quedado sin familia y sin Liam, lo entendía, le había hecho daño, le había estado mintiendo, pero esperaba que al verme suplicar perdón me perdonaría. No había sido así, Liam me había dejado y sabía que esta vez no me perdonaría.
Habían pasado dos domingos y mi madre no me había mandado ninguna foto sobre sus uñas. ¿Había dejado de hacérselas como yo? ¿O simplemente no pensaba que valiera la pena el mandarme las fotos?
Noa se había quedado conmigo mucho tiempo. Sabía que se estaba perdiendo un tiempo con Andrew, pero aun así no me dejaba sola. Yo lo agradecía, no quería estar sola. Nos pusimos muchas pelis dramáticas con las que no dejaba de llorar. Acabábamos de poner Moulin Rouge que ya tenía lágrimas en mis ojos.
—¿Sabes? Si queremos dejar de llorar, deberíamos ponernos una mierda de película como, no sé, Mister Bean o Dos tontos muy tontos, así si lloramos que al menos sea de risa. O porque son patéticas.
Solté una pequeña risa que fue interrumpida por el sonido de varios toques en la puerta. Miré en esa dirección poniéndome en alerta.
—¿Esperas a Andrew? —le susurré.
Ella negó con la cabeza.
—Venga muñeca, sé que estás ahí, abre la puerta —dijo su voz desde el otro lado.
¿Liam? ¿Qué estaba haciendo ahí? Miré a Noa suplicando en silencio que no abriera y ella me respondió con un suspiro. Ambas sabíamos quién estaba en el rellano y no me apetecía verlo; no en ese momento.
Liam insistió de nuevo desde afuera, yo moví mi anillo en el dedo nerviosa. Si nos quedábamos en silencio quizás se pensaría que no estábamos en casa y se iría, sin embargo, Liam no se rendía.
Noa se levantó, pero yo le negué con la cabeza. Ella resopló dejándose caer al sofá de nuevo.
—Tienes que hablar con él —susurró mi amiga.
—No me apetece.
—Quizás tiene algo que decir.
—No quiero escucharlo, no después de como terminamos. No puedo volver a pasar por ese dolor...
—Tal vez venga a solucionar las cosas cariño...
Lo dudaba. Liam picó la puerta con más fuerza.
—Muñeca, te estoy escuchando... Por favor, abre la puerta... necesito... necesito hablar contigo... por favor...
Noa gruñó al escuchar su voz que parecía tan rota y destrozada como lo estaba yo, por lo que pasando de lo que le había pedido, se levantó y abrió la puerta.
—Hola, Liam.
—Noa —murmuró él antes de buscarme con la mirada hasta que nuestros ojos chocaron.
Liam suspiró entre aliviado y nervioso, podía verlo en sus ojos. Tenía ojeras profundas y parecía que no se había afeitado en varios días.
—¿Podemos hablar? —preguntó sin moverse de la puerta.
Me crucé de brazos.
—No.
Liam gruñó.
—Muñeca, necesitamos hablar.
—No me apetece ahora Liam, es mejor que te vayas.
Liam se quedó bloqueado. Noa nos miraba sin saber qué hacer y yo puse un cojín encima de mí como si pudiera protegerme.
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¿Princesa o muñeca? (Serie «Solo tú II»)
RomansaEmily cree que Connor es todo lo que necesita en la vida para ser feliz: guapo, inteligente y rico. Lo único malo es que, ese chico que cree que es perfecto, no la mira ni dos veces seguidas. Al menos, no hasta que Liam se interpone entre ellos. La...