Cerré de un portazo al salir de casa de Emily y me apoyé en la puerta con los ojos cerrados.
—¡Mierda!
¿Por qué había caído de esa forma? Emily no me quería a mí, quería a Connor así que, ¿por qué se había acostado conmigo?
Estuve a punto de llamar a la puerta para hablar con ella. Quería aclarar un par de cosas, pero sacando fuerza de voluntad me detuve. No pensé que ninguno de los dos estuviera en condiciones para tener esa conversación, no esa noche, necesitaba pensar y aclararme las ideas, sin embargo, tenía un nuevo propósito: iba a demostrarle como fuera que me quería a mí y no a ese principito de pacotilla.
Cogí el coche y fui hacia mi apartamento. Evan todavía no había llegado, imaginaba que la fiesta todavía seguiría en marcha sino ya estaría ahí ya que Evan no era un tipo de tener sexo casual, al igual que yo, y ahora mismo no tenía novia.
Ambos, sin saber cómo, nos habíamos ganado ese tipo de reputación. Imaginaba que todos pensaban que los deportistas éramos todos mujeriegos, nada más lejos de la realidad, mi madre y abuela se aseguraron de que supiera apreciar y amar a una mujer. Así que, ¿por qué tenía que haberme acostado con Emily sin hablar antes? ¡Yo no era así!
Esa chica era como un imán, me atraía a ella con una fuerza imparable, además, que fuera la chica más preciosa que había visto nunca no ayudaba; eso y lo cómodo que me sentía con ella a la vez que nos divertíamos hacían el pack completo, no me estaba siendo difícil enamorarme de ella. No pensaba que hubiera llegado a ese punto todavía, aunque tenía claro que iba a demostrarle como fuera que yo era mejor partido que ese gilipollas. ¿Cómo se atrevía a dejarla plantada después de haberle escogido a él para ir a esa fiesta? No se la merecía en absoluto.
El lunes fui a buscarla a la facultad con un chocolate caliente. La vi salir al lado de Connor y sentí unos celos incontrolables, unos que antes no estaban ahí; al menos no tan fuertes.
Me acerqué trotando para que me viera.
—Hola muñeca.
—Liam, hola.
Le tendí el vaso para llevar que estaba relleno de su chocolate favorito del Coffee Place.
—Gracias.
Sus ojos brillaban, pero no llegaban a mantenerse fijos en los míos, cosa que me ponía nervioso. ¿Iba a librarse de mí? ¿Le había hecho daño? ¿La había cagado mucho la otra noche?
—Disculpa —carraspeó Connor poniendo la mano en la cadera de Emily en un acto posesivo. Me mordí la mejilla interior mientras nos retábamos con la mirada—, estoy teniendo una encantadora conversación con Emily, un poquito de privacidad sería de agradecer.
¿Qué mierda de vocabulario era ese? ¿Quién hablaba así?
Resoplé.
—Creo que a Emily no le importa que esté delante, ¿cierto, muñeca?
Me arriesgué con esas palabras, pero esperaba que lo echara a él a patadas, no a mí.
—Muy cierto, no me importa en absoluto. ¿Querías decirme algo Connor?
—Quería disculparme por lo de la fiesta, no pude ir a buscarte.
—Un mensaje avisando habría estado bien, la verdad.
—Lo sé, lo siento. Me siento fatal.
—No lo sientas, Liam vino a hacerme compañía y pasamos una muy buena noche —dijo mirándome con los ojos brillantes—, ¿cierto Liam?
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¿Princesa o muñeca? (Serie «Solo tú II»)
RomansEmily cree que Connor es todo lo que necesita en la vida para ser feliz: guapo, inteligente y rico. Lo único malo es que, ese chico que cree que es perfecto, no la mira ni dos veces seguidas. Al menos, no hasta que Liam se interpone entre ellos. La...