Emily cree que Connor es todo lo que necesita en la vida para ser feliz: guapo, inteligente y rico. Lo único malo es que, ese chico que cree que es perfecto, no la mira ni dos veces seguidas. Al menos, no hasta que Liam se interpone entre ellos. La...
En disculpa por mi tardanza, os regalo ¡un nuevo capítulo! Sabéis que me gusta publicar siempre los viernes y cuando no puedo, intento recompensaros jeje.
Es la segunda actualización de hoy por lo que si no has leído el capítulo anterior te recomiendo que te pases por allí primero jeje.
Espero que os gusten.
¡Darle amor al capítulo!
|Besos de vaca🐮💚
Mar.
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Fingir que estaba bien se había convertido en todo un reto. A ojos de todos mis amigos, estaba saliendo con Connor, por lo que debía estar sintiendo las 3 E en mayúscula: enloquecida, emocionada y enamorada. No me sentía del todo así. Era feliz, pero algo me faltaba y sabía que el nombre de ese algo era Liam; lo echaba de menos.
Ir a casa de mis abuelos con Noa, lejos de la universidad, me ayudó a dejar de pensar. Connor estaba con su familia y hablábamos solo un poco por las noches.
La Navidad había llegado y para mí siempre había sido un día emocionante. Me levanté de un salto de mi cama y fui corriendo a la habitación de Noa. Puede que me hubiera vuelto un poco loca y me pusiera a saltar encima de su cama para despertarla. Por suerte para mí mi mejor amiga estaba igual de loca que yo, y después de esquivar un cojinazo para que la dejara en paz, se puso a dar saltos conmigo hasta que nos dejamos caer en la cama riéndonos como dos niñas pequeñas.
—Feliz Navidad, Emily.
—Feliz Navidad, Noa.
Fuimos juntas a la cocina para prepararnos algo para desayunar. Estaba vacía, así que empezamos a sacar sartenes, ingredientes para hacer tortitas, todo lo necesario para hacernos un café... Pusimos un CD navideño mientras cantábamos usando las espátulas como micrófonos y haciendo un verdadero desastre en la cocina. De repente, escuchamos una tercera voz; era Mark, que se puso a cantar con nosotras.
—Feliz Navidad —expresó mi abuela, entrando también en la cocina.
Mi primo y yo fuimos corriendo a abrazarla. Enseguida se unió mi abuelo, dando un pequeño show con la canción "Santa Claus is coming to town". El único que faltaba era mi primo pequeño.
—¿Dónde está Charlie? —preguntó Noa con el ceño fruncido.
—Durmiendo —gruñó Mark—. Es imposible despertarlo hasta en Navidad.
—¿En serio? ¿No le emociona abrir regalos?
—Muchísimo —contestó mi abuela—, pero dice que los regalos seguirán ahí, despierte antes o después, así que prefiere dormir.
