12| EMILY

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Habían pasado varios días, estaban a punto de llegar las fiestas de acción de gracias. Liam y yo nos habíamos hecho buenos amigos y había interpretado un gran papel delante de Connor. Incluso un día me había recogido delante de la facultad sin que se lo hubiera pedido y eso me gustó mucho. Aunque no estaba muy segura del porqué me había gustado tanto.

Una tarde me convenció para volver a esa hamburguesería que tanto le gustaba y me enamoré de las patatas con queso y bacon que había mencionado la vez anterior. Esas patatas y la limonada de Stella iban a acabar conmigo. También me encontraba con que, tanto Linda como Stella, me caían bien, eran dos mujeres con carácter, pero muy divertidas. Y pude conocer a Tony, el chef detrás de esas maravillosas hamburguesas.

Connor intentaba flirtear conmigo cada vez que me veía con Liam y eso me gustaba. Mi plan parecía funcionar. Aunque esta semana había sido algo extraña y me tenía un poco paranoica.

Por la noche, Caleb no paraba de decir tonterías haciendo reír a Marlene mientras cenábamos juntos en el Pizza Hut. Yo sonreí en respuesta mientras le daba un buen bocado a mi pizza de pepperoni. Era la mejor pizza del mundo, sobre todo si era picante. La cuestión era... ¿desde cuándo estos dos estaban así de tontos? ¿Acaso se gustaban?

—Oye Ems, ¿qué tal el trabajo con Connor?

—Bien —suspiré—, nos juntamos poco para comentarlo, más bien cada uno hace su parte hasta que se haga inevitable.

—¿No prefieres quedar con él?

—Sí, pero él no. Y yo no pienso insistirle.

—Esa es mi chica —me guiñó el ojo Caleb antes de beber de su coca cola.

—Tercero es una mierda —gruñó Marlene—, solo nos ponen trabajos. ¿No tienen nada mejor que hacer que corregir lo que hacemos?

Me reí.

—Están acostumbrados a leer, solo leen y leen y leen papeleo aburrido de abogados. Por lo que nuestros trabajos son una mierda en comparación.

Mi amiga gruñó.

—Vamos a acabar así cuando nos graduemos, ¿no? Llenos de papeleo y sin nada de acción.

—Probablemente.

—¿Ya habéis mirado las opciones del año que viene para las prácticas obligatorias?

—Todavía no —gruñó Caleb. —¿Tú sí Marly?

Ella se encogió de hombros.

—He empezado a hacer una lista de los más interesantes.

—Todavía queda un año —le dije yo con las cejas en alto.

—Teniendo en cuenta que se tiene que dejar resuelto antes de que acabe el curso, eso es menos de un año.

—Está bien —rodé los ojos. —Todavía queda casi un año.

—Sabes que me gusta estar preparada.

Ya, por supuesto que sí. Marlene era la chica más preparada y con la organización más rigurosa que había conocido nunca, parecía casi una obsesión. No entendía cómo siempre llegaba tarde a los sitios siendo tan previsora.

No dije nada más del tema, sin embargo. Sabía que mis padres querían que hiciera las prácticas en su empresa. Era parte del trato de estudiar aquí en vez de en Stanford, suficiente escándalo había causado con que prefiriera estudiar en una escuela pública en vez de en la mejor universidad de Estados Unidos donde estudiar derecho. Pero ahora que se acercaba el momento odiaba ese estúpido trato. No quería trabajar con mis padres, así que, ¿por qué no podía hacer las prácticas donde quisiera? Fácil, ellos querían contratarme allí, una empresa familiar, y lo mejor era hacer las prácticas para conocer el funcionamiento una vez empezara a trabajar.

¿Princesa o muñeca? (Serie «Solo tú II»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora