10: 𝙾𝚋𝚕𝚒𝚟𝚒𝚘𝚗

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{Omnisciente}

Los integrantes restantes de la familia Hargreeves lograron pasar al otro lado de la puerta.

Habían atravesado un extraño túnel plateado con muchas luces que marearon a Blacky.

Al llegar al otro lado, su dueña lo dejó en el suelo.

—Maldito túnel —se quejó.

—No volvamos a hacer eso —murmuró Viktor cansado.

—¿Escapar del apocalipsis por un pelo? —habló sarcástico Five.

—Ya deberías estar acostumbrado, es el día a día de esta familia —Elizabeth se agachó junto a Blacky acariciando su cabeza.

Estaba pensativa, lo de Luther no la había dejado muy bien.

—Eso no parece estar bien —comentó Allison viendo que el búfalo de la habitación estaba al revés.

—Es el mismo lugar pero de culata —concordó Lila.

—Literalmente.

—Mi trasero es más bonito y suave —dijo Blacky con altivez.

—Es Alicia en el país de las maravillas al extremo.

Elizabeth al ver que Sloane no decía nada y le temblaban las manos, se levantó y se puso a su lado acariciando con suavidad su espalda.

La mujer solo apoyo su cabeza en su hombro aceptando el gesto.

Poco después entró Reginald y cerró la puerta con rapidez, estaba jadeando del cansancio.

—Aquí está... El otro lado.

—¿Dónde está Klaus? —preguntó Viktor desconcertado.

—Hijos, lo lamento pero... Hice lo posible pero él no logró cruzar.

Y ahí había ido otro pedazo del corazón de la chica que se destruía. Sintió como si le bajara la sangre a los pies y sus manos quedaran heladas.

Blacky se acercó a al puerta olfateando su alrededor por si aún percibía algo.

—El Kugelblitz se llevó a su última víctima.

—Eso no es posible... —susurró la chica con la vista perdida.

—Hice todo pero–

—Él estaba justo detrás de mí, y Blacky está de testigo.

—Eso es cierto —el perro miraba con recelo a Reginald.

Elizabeth se soltó de Sloane y se acercó amenazante al hombre, Blacky hizo lo mismo.

—Tenemos que volver —sugirió Sloane.

—No hay donde volver, lloraremos luego —soltó con gesto triste.

—Tú... Hay algo que estás ocultando —le dijo Blacky gruñendo.

—Él estaba detrás de mí y usted detrás de él... Es imposible que no haya pasado.

—Él se sacrificó por mí.

De las manos de Elizabeth salieron chispas morado brillante, Five al notarlo la tomó de la cintura con rapidez y la alejó.

—Debemos seguir —el hombre huyó sin mirar atrás.

—¿Luther y Klaus? —murmuró Viktor en shock.

Elizabeth respiró hondo intentando no soltarse a llorar.

—Vamos, cielo —le dijo su esposo con voz suave. 

La chica se soltó con brusquedad de su agarre y se dirigió a la puerta sin voltear a ver nadie.

¿Casualidad o Destino? - Five Hargreeves Donde viven las historias. Descúbrelo ahora