07: 𝙰𝚞𝚏 𝚆𝚒𝚎𝚍𝚎𝚛𝚜𝚎𝚑𝚎𝚗

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{Omnisciente}

Elizabeth estaba sentada en uno de los sofás de la habitación del búfalo blanco con la mirada perdida en la nada.

Mientras que Five miraba la puerta y Blacky olfateaba alrededor.

—Aún me falta buscar en la chimenea.

—¡No lo encontrarás! ¡El Kugelblitz se lo llevó!

—¿Y quién fue la culpable? ¡Tú lo trajiste aquí!

—Recapitulemos —murmuró la adolescente—: Primero Stanley asesinó a su tío, después dejan que se "pierda" en ese lugar porque ustedes estaban ocupados haciéndole un hermano, y luego el Kugelblitz se lo lleva...

La joven los miró impresionada al verlos asentir cabizbajos.

—Son los peores padres del mundo.

—La última parte en nuestra defensa no fue nuestra culpa —añadió Lila.

Elizabeth rodó los ojos suspirando.

—Sí, ambos apestan como padre y madre, ahora ¿Podemos volver? —señaló la puerta—. ¿Cómo la abrieron antes?

—Yo que voy a saber, ya estaba casi abierta.

Diego seguía buscando bajo los cojines y la alfombra.

Five rodó los ojos.

—Casi abierta... Diego, debiste estudiar ingeniería, tanto potencial innato.

—¿Para que quieren entrar ahí? Solo hay sushi y muerte —se quejó Lila.

—Suena como el paraíso —comentó la chica.

—Mi futuro yo me advirtió de Oblivion, y ahora Pogo nos dijo que–

—Un momento, ¿Pogo está vivo? —Diego estaba sorprendido.

—Sí, pero ahora es reguetonero —le dijo Blacky.

Diego lo miró raro.

—El punto es que nos dijo que mi chiflado suegro pasó años entrenando a esas aves egocéntricas para una misión dentro de Oblivion —señaló la puerta.

—Y luego volvemos aquí y nos enteramos que ustedes, tórtolos psicóticos ya habían entrado ahí.

Elizabeth sonrió al oír aquel apodo.

—Todo nos lleva a Oblivion, por eso debemos entrar ahí —terminó de decir Blacky olfateando la puerta.

De allí provenía un olor extraño pero no de peligro exactamente.

—¡Apenas escapamos vivos! —se quejó la morena.

—El mundo no gira alrededor de ustedes dos, Sándwich y su salsa extra.

—Es fácil decirlo cuando están sanos y salvos, no tengo esto para parecerme al capitán Garfio —señaló la venda de su mano.

—Al menos fue considerado y te dejó con los dos dedos que necesitas —se burló Elizabeth.

Diego la fulminó con la mirada.

—Perdí los dedos por una especie de cuchilla con una cadena.

—Diego podrá ser 90% idiota y 10% sexy, pero tiene razón en cuanto a Oblivion se refiere. No entraremos de nuevo ahí solo porque ustedes lo dicen.

—Muy bien, porque vendrán con nosotros.

Luther y Sloane entraron en la habitación.

—Interesante, más drama —murmuró sarcástico el perro.

¿Casualidad o Destino? - Five Hargreeves Donde viven las historias. Descúbrelo ahora