26; it's not what it seems

165 24 9
                                    

26
No es lo que parece

Marizza P. Spirito


—¿Qué es esto? —Los ojos de Luján, ya de por sí saltones, parecían estar a punto de salírsele de las cuencas.

—Nada...

—Decime que no te vas con él.

—No me voy con él.

—Volvé a decírmelo y asegúrate de ser bien firme, porque estoy sopesando muy seriamente la posibilidad de internarte.

—No-me-voy-con-él —repetí despacio.

—¡¡Ey!! ¿Qué hacen ahí adentro? ¡¡Secretitos en reunión son de mala educación!! —gritó Mía al otro lado de la puerta.

—Júramelo —susurró Luján—. Júrame que te vas a Grecia sola.

—Te lo juro. Me voy a Grecia sola.

—¿Y qué es esto? —Agitó el iPad.

Boqueé. Apoyé la frente en la puerta. No podía decir nada con sentido.

—Marizza...

—Lo pensé, ¿bueno? Me hace sentir tan libre, tan capaz..., que sopesé la posibilidad de irme con él. No es un crimen —susurré para que Mía no nos escuchara.

—Voy a echar la puerta abajo, en serio. Y si creen que no puedo es porque no hic ieronn pilates en la vida.

—¡¡Ya voy!! —grité.

—Vamos a hablar de esto después —me aseguró Luján.

—No voy a hablar de esto ni ahora ni después —dije, apoyando la espalda sobre la puerta—. Lo pensé, hice una tontería reservando el vuelo y ni siquiera se lo dije porque me sentí ridícula, así que haz el favor de no humillarme más y déjame.

Abrí la puerta. Mía sujetaba un trozo de pan en la mano y me lo enseñó con cara de indignación.

—¡¡Pan!! ¡Estoy comiendo pan! ¡Pan blanco! Y son más de las siete.

—Dios santo.


Tengo muchas cosas que agradecerle a Mía. Por ejemplo, que me recomendara, allá por el año 2000, que no me hiciera la raya del ojo por dentro o que me confesara que el pelo largo me quedaba fatal. También trajo a mi vida grupos de música, películas y alguna prenda de ropa que fue icono de mi adolescencia. Pero, sin duda, todas esas hazañas de hermana mayor se quedan en nada frente al papelón que hizo en casa de mi madre aquella noche. Como si cosa no fuera con ella, quitándole importancia, le dijo que irme sola a Grecia era la mejor decisión que podría haber tomado y que, además del glamour de un retiro en playas paradisiacas y solitarias (solitarias un culo, que estábamos a finales de junio y no es que fuera un destino desconocido precisamente), era lo más inteligente.

—Los escándalos no duran eternamente. Para cuando vuelva, todo el mundo se habrá olvidado de que corrió por los jardines del parador vestida de novia.

Si a alguien le sorprende que mi madre montara un Cristo por el hecho de que me fuera de vacaciones sola, bueno..., probablemente tiene la suerte de no tener como progenitora a un extraño espécimen híbrido entre gato y humano a quien le preocupa más qué opinarán sus amistades (a las que en realidad no soporta), que lo que sus hijas decidan hacer con su vida para ser felices.

—¡No entiendo nada! Pero ¡si dijiste que lo mejor era que me alejara durante unos días! —exclamé con indignación mientras mi madre sujetaba su copa con mirada desafiante.

Un Plan Perfecto || {Pablizza} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora