Las palabras de despedida por parte de mis amigos de secundaria retumbaban en mi cabeza, esos últimos días había estado muy distraída, triste, y con un nudo en la garganta. Mis padres habían decidido emigrar a los Estados Unidos, Phoenix Arizona, para ser exactos, todo por un "futuro mejor", o eso decían ellos, para mí, era la peor de las decisiones, dejar a mis amigos de infancia, a mi "novio" o lo que fuese a esa edad, a mis casi 15 años, para mí, todo eso era el fin del mundo. Ese día iniciaba algo nuevo, la preparatoria, o el "high shcool", estaba sumamente nerviosa, no sabía si la gente me miraría raro por ser imigrante, o si se burlarían de mi por mi escaso inglés.
Tome mi mochila color lila, mi favorito, baje las escaleras de aquella casa de tonalidades cafés, me encontré a mi pequeño hermano -hola- me dijo mientras me saludaba con su pequeña mano de 4 años -hola campeon- me puse a su altura y le di un beso en la mejilla, el solo rió y salió corriendo.
-estas lista?- escuché la voz de mi hermana
mayor llegando detrás de mi -estoy nerviosa- dije levantándome y quedando casi a su altura, me llevaba 2 años, y aún así estábamos casi de la misma estatura.
-nos irá bien- me reconfortó a lo que yo sonreí. Mi mamá nos despidió en la puerta de la casa, teníamos suerte, a pesar de llegar a éste lugar como la gran mayoría, indocumentados, la familia que teníamos cerca de aquí, nos habían ayudado a conseguir una casa amplia y cómoda para los 5 integrantes de la familia.
Comenzamos a caminar con rumbo al colegio, no estaba muy lejos de nuestro domicilio, íbamos platicando de todo y nada a la vez, así éramos nosotras.
De pronto ví caer a mi hermana al suelo, su cabello despeinado y una pelota de fútbol rebotando cerca de ella.
-sorry- escuché a lo lejos una voz con un acento gracioso
-son estúpidos?- les dije mirando a aquellos dos chicos que se acercaban a nosotras, mientras yo ayudaba a mi hermana a levantarse. -hey plebe, relájate- dijo el otro muchacho,
flaco, muuuy flaco, blanco y alto. -estoy bien- dijo Fanny sobando ligeramente su cabeza.
-ya la escuchaste- volvió a hablar aquel flaco -esta bien- dijo burlón a lo que su acompañante lo golpeó ligeramente en el brazo
-disculpate Salvador - le dijo el chico apiñonado, un
poco más alto que él
-pero...- lo interrumpió el chico con una mirada
de orden -ok, lo siento- dijo de mala gana -eres un imbécil- dije aún molesta, ellos solo abrieron sus ojos de par en par y sin decir nada comenzaron a caminar.
Se alejaron un poco y nosotras comenzamos a
caminar, metros detrás de ellos.
-hey plebes, esperenme- escuché detrás de mi, estaba apunto de voltear, pero aquel chico pasó corriendo a mi lado, no pude divisar su cara. Solo lo ví llegando junto a aquellos chicos, era más o menos de la estatura de aquel "imbécil", unos 10 cm más altos que yo.
Llegamos al colegio, nos despedimos y cada una fue a su clase correspondiente, me sorprendí, era una escuela habla hispana, me sentía tan tranquila que todos hablaban español, así fueron transcurriendo las horas, hasta que tocó la clase de deportes, llegue a los vestidores y me coloque mi ropa deportiva. -hola- escuche una voz alegre, la miré, era una chica muy linda -soy Andrea- estiró su mano y yo la estreché
Jimena le respondí la sonrisa, soltamos nuestras manos
-eres nueva?- preguntó y yo solo asentí
-bienvenida-
-gracias-
-vamos- me dijo al escuchar el timbrar de la
campana.
Llegamos a una cancha de fútbol, muy grande, un área verde preciosa.
Comenzamos la clase, calentamiento,
estiramiento y demás ejercicios.Casi al terminar la clase, el profesor dió unos minutos para que los chicos jugaran fútbol. Yo platicaba con Andrea, y de pronto sentí un golpe fuerte en mi cabeza.
-Salvador !- dijo Andrea enojada, ¿Salvador ? ¿De nuevo Salvador ?, Escuché aquella carcajada en voz de aquel chico burlón, me gire rápidamente, lo mire furiosa y el me miró con una sonrisa tonta, lo golpeé directo en el ojo.
-Matías!- gritó Andrea preocupada ¿No que se llamaba Salvador ?-¿No le dijiste Salvador ?- le pregunté mirándola ayudando al chico a levantarse
-Este es Matías- se levantaron -ese es Salvador -
me dijo señalando a espaldas de mi, me gire y me encontré con un chico igualito al que yo había golpeado, se burlaba con una gran sonrisa en su rostro.
-Definitivamente eres un imbécil- estaba por
golpearlo pero detuvo mi puño con su mano-calmada plebe- se reía -si me golpeas, nos volverás a confindir- Tome fuerzas con mi puño izquierdo y lo golpeé
fuerte en el estómago, el solo se tiró en el piso y me gire rápido a ver al otro chico. -de verdad lo siento- dije apenada acercándome a él y a Andrea
-tranquila, estamos acostumbrados- dijo con una mano en su pómulo visiblemente morado. -estoy muy apenada de verdad-
-no era la manera en que quería presentarte- soltó una leve risa- pero ellos son mis primos- me dijo Andrea -Matías- tocó el hombro de aquel chico de mejillas regordetas -y aquel es Salvador -lo mire sentado en el piso, levanto la mirada, solo hizo un gesto de "hola" con su mano y bajó su cabeza, aún quejándose de dolor. Solo rodé mis ojos y regrese mi mirada a
Matías y Andrea. -disculpame de verdad- solo quería que me tragara la tierra-te lo juro, estoy acostumbrado- me dijo con una tierna sonrisa que hizo aún más gorditos sus cachetes -Ademas- pauso y señaló su pómulo -con ésto nos vas a identificar más rapido- los tres reímos
-estas loca- escuché a mi lado, gire la mirada
y me encontré con Salvador con un gesto aún de dolor, sobando su estómago-y tu eres un imbécil- Salvador iba a comenzar a hablar, pero el ring de la campana lo interrumpió.
Andrea tomo mi mano y dejamos a los gemelos, Matías con una risa en su cara y Salvador visiblemente molesto.
-ya habías conocido a Salvador verdad?- me preguntó Andrea mientras nos vestiamos después de una ducha.
-algo asi- contesté irónica -digamos que su carta de presentar es golpear a las chicas con el balon en la cabeza- dije soltando una risa Andrea me miró extrañada -larga historia- Ambas reímos y salimos del vestidor, era hora de ir a casa. Me despedí de Andrea y camine a encontrarme con mi hermana. y
Caminamos a casa, contábamos todo lo sucedido en la escuela. -y resulta que golpeé al gemelo y no al imbécil-
dije terminando de relatar mi historia a lo que
ella soltó una carcajada-y el otro chico- cortó su risa -resulta que es hermano mayor de ellos- la miré extrañada -esta en mis clases, se llama Cristhian- sonrió -okeeey- dije sin estar convencida.
Estábamos a punto de llegar, a lo lejos observamos a mi madre cargando en brazos a Eduardo, estaban en el jardín platicando con una señora rubia quien tomaba en brazos a una niña, más o menos de la edad de mi pequeño hermano.-Hola mamá- saludamos al unisono -mira, llegaron mis niñas- dijo mi mamá a aquella señora -ella es Jimena y ella Sthepany- nos presentó -ella es begonia nuestra vecina- -mucho gusto lindas- las dos sonreímos y saludamos de mano a aquella señora, platicamos por unos minutos, conocimos a la pequeña jazmín, hermosa y sonriente, pero estaba completamente segura que me recordaba a alguien, solo que no sabía a quién.
Se escucharon gritos detras de nosotras. -ahi vienen mis chicos- dijo begonia, me gire para encontrarme de frente con aquellos tres chicos -los presento-
-ya nos conocemos- dije entre dientes -hola mamá!- saludaron los tres -Matías! Que te paso en ese ojo?- preguntó
asustada.-Le pegó...- Matías interrumpió a Salvador -Me pegó el balon- dijo rápido.
-hijo, ten más cuidado- Matías asintió -les presento a las vecinas- nos presentaron, todos sonreímos como si no nos conociéramos, estreché mis manos con ellos, primero el mayor, Cristhian, linda sonrisa, después Matías, solo de verle el ojo me sonrojaba, el solo sonrió dejando ver lo regordete de sus cachetes, y por último Salvador , estrechamos nuestras manos, suaves, me miró con aquellos ojos cafés, su cara mostraba seriedad, pero me perdí en su mirada, sentí un revuelco en el corazón y el estómago....
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Mi Primer Y Único Amor
RomanceJimena una mujer de carácter fuerte e indomable dedicada a tomar sus propias decisiones con el sueño de tomar las riendas de empresa familiar y con el sueño de ser la mejor maestra mezcalerá de Phoenix Jimena tenía un gran secreto estaba enamoradae...