capítulo 35

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Con algo de dificultad camine hasta estar dentro de la casa, sentía mis piernas desvanecer, mi cuerpo sudaba frío. Caminé por el pasillo hasta llegar la puerta del cuarto de Salvador , estaba por entrar, pero escuché voces adentro, sabía que quizá no debía hacerlo, pero me acerque lo más posible para escuchar

-porque no has hablado con ella?- era la voz de Cristhian
-que se supone que le diga?- Salvador habló -pues lo que pasó!- dijo Matías levantando un poco la voz -ya te dije que no me acuerdo bien de lo que pasó!- dijo casi gritando Salvador -y ustedes no me ayudan mucho que digamos- -pues no mames, nosotros no vimos que pasó- dijo Cristhian -estabas bailando con la morra y de repente ya no estabas- -no me acuerdo ni siquiera de haber bailado con
ella- se escuchaba frustrado -como te vas a acordar- dijo Matías -si desde que estábamos en el escenario estabas tome y tome- -y la morra que te dice?- preguntó Cristhian -pues nada, me manda mensajes diciendo que le dirá lo que pasó entre nosotros- se escuchó un golpe -pero no se que chingados pasó- dijo ya gritando
-calmate cabron- dijo Cristhian
-cuando te encontramos estabas dormido en la camioneta wey- dijo Matías-y ella estaba bajando de la camioneta- sentí como mi sangre subió y bajo de golpe, no podía creer lo que escuchaba, entre de golpe al cuarto, los tres me miraron con un tono pálido en su rostro y los ojos sumamente abiertos.
-Ximena- dijo Salvador -que haces aquí?- preguntó nervioso
-dime que pasó entre Natasha y tu- dije mirándolo a los ojos
-yo...- se notaba que no sabía ni que decir
-carnalita...- dijo Matías
-¿Carnalita?- pregunté mirándolo -aun te
atreves a decirme así?- una lágrima cayó por mi mejilla, Salvador se dió la vuelta y recargó sus manos en la mesa de noche con la cabeza abajo, Matías y Cristihian me miraban -claro- reí irónica -ustedes sabían todo y le ayudaron a armar todo el teatro de ayer para tratar de tapar quien sabe que cosa-
-no Ximena esperate, así no son las cosas- dijo Cristhian
-y como se supone que son?- dije casi gritando -a ellos no los culpes de nada- escuché a Salvador -aqui el único que tiene la culpa soy yo- me miró, su rostro ya reflejaban lágrimas callendo por sus mejillas -dejenos solos- le dijo a sus hermanos, quienes pasaron por un lado de mi, trataron de mirarme y yo solo desvíe la mirada, salieron y cerraron la puerta
-te escucho- dije con los brazos cruzados -mira, yo sé que debí decirte las cosas antes, pero no sabía que decirte, no se que decirte, porque no se que pasó- dijo mientras se acercaba a mi
-dime de que te acuerdas- di un paso atrás para evitar contacto con él
-recuerdo que en el escenario comencé a tomar, primero cerveza, luego vodka, y whisky- hacia ademanes con las manos -bajamos del escenario y tuvimos otro meet & greet, de nuevo se acercó la morra con sus amigas y nos invitaron un shot...- reí con ironía levantando las cejas -desde ahí tengo flashasos, si, si recuerdo que la morra me intento besar pero yo me quite- más lágrimas salían de mis ojos -te prometo que no hice nada más allá- quiso tomarme de los brazos, pero lo evité y camine hacia su mesa de noche y lo miré de nuevo, estaba de espaldas con los brazos abajo así como su cabeza
-y como terminaron juntos en la camioneta?-
pregunté con dificultad
-no sé- dijo sin mirarme
-Salvador por Dios, como no te vas a acordar- dije en voz alta
-de verdad que no- me miró -yo sé que no hice

nada que te faltara al respeto..- -pero ella ya te hizo dudar- dije y el asintió -y a mi también- la voz se me quebró, me miró a los ojos, su mirada brillaba por las lágrimas que salían de sus ojos -será mejor que me vaya- dije intentando pasar por su lado
-espera- me tomó de la muñeca -no me dejes- reí
-pretendes que me quedé aquí contigo?- lo mire a los ojos -cuando ni siquiera tu sabes si me engañaste o no?-
-no te engañé- dijo con desesperación
-Salvador no lo sabes!- me safe de su agarre -y más allá de si me engañaste o no- me limpie las lágrimas -me mentiste, trataste de ocultar las cosas-
-porque no sé ni que pasó- dijo con desesperación -pero estoy seguro de que no te engañé-
-si estuvieras tan seguro- respire profundo
-no me lo hubieras ocultado, más sin embargo
hasta sigues platicando con ella por Instagram-
reí -claro, ahora entiendo porque tanto misterio con el teléfono, y tantos malditos cambios de actitud- de nuevo las malditas lágrimas
-por favor- Salvador me tomó de las manos y se hincó frente a mi -te amo-
-tu no me amas- le dije soltado sus manos -si, si te amo- el me miró
-una persona que ama a alguien no la destruye- di un paso para atrás -no le miente, no le hace daño- suspiré -asi que no, no me amas- salí del  cuarto rápido, lo escuche caminar detrás de mi pronunciando mi nombre, y yo lo ignoraba, afortunadamente nuestros padres y no estaban en la fiesta.
Salí hasta el patio y todos nos miraron, pues Salvador  venía detrás de mi, repitiendo mi nombre y yo limpiaba mis lágrimas.
-Ximena que pasa?- preguntó Sofía y se acercó a mi junto con las demás, mientras los chicos detenían a Salvador  para que me dejara de seguir -nada, solo quiero irme a mi departamento- dije tratando de tranquilizarme
-yo te llevo- escuché la voz de Matías
-no gracias- lo miré con decepción -prefiero irme sola-
-como crees- dijo Andrea -nosotras te llevamos- -si, no te vas a ir sola y menos asi- me dijo la gorda
-Ximena por favor escuchame- dijo Salvador
-vamonos por favor- dije con un nudo en la garganta, las chicas asintieron y solo pase de largo frente a los hermanos, Salvador  quiso caminar a mi pero Matías y Cristhian lo detuvieron.
Salimos de la casa.
-Ximena que pasó?- me preguntó Fanny preocupada
-no sé- dije llorando -no sé que pasó con Salvador  y Natasha en el último la presentación que tuvieron- -Natasha?- preguntó Sofía
-vamonos de aquí por favor- le pedí a Andrea
-vamos- dijo la gorda y me abrazó
-Fanny y yo las alcanzamos en tu departamento, solo entraremos por tus regalos y nuestras cosas- dijo Sofía y yo asentí, necesitaba a las cuatro conmigo, no quería estar sola.

Subí al carro de la gorda, iba en la parte de atrás, nadie decía nada, yo estaba recargada en la ventana, me dolía muchísimo la traición de los tres, porque no solo Salvador  me había traicionado, también mis supuestos mejores amigos, mis hermanos, yo sabía que le debían más lealtad a Salvador , por obvias razones, pero ¿Ocultarme algo así?....

Mi Primer Y Único AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora