Jimena una mujer de carácter fuerte e indomable dedicada a tomar sus propias decisiones con el sueño de tomar las riendas de empresa familiar y con el sueño de ser la mejor maestra mezcalerá de Phoenix Jimena tenía un gran secreto estaba enamoradae...
A la mañana siguiente nos despertamos por la luz que entraba por la ventana. Nos duchamos y nos arreglamos, algo sencillo, en pants, pues estaríamos en casa de mis abues todo el día, aprovechando que los cuatro estaban aquí. Bajamos y con ayuda de Daniela y mi tía hicimos de desayunar, prácticamente todo lo hacía Salvador, le encantaba cocinar. Desayunamos y nos sentamos todos a conversar en la sala, aprovechamos para darles sus regalos a mis abues, a mis tíos, a Daniela y a Ricardo, solo faltaban la bolita de mis primos pero ya sería más tarde, pues vendrían a comer. Mientras disfrutaba de la compañía de mi familia, les contaba como nos había ido estos años y ellos de igual forma me contaban de su vida los últimos años. Después salió el tema de mi relación con Salvador, mis dos abuelas lo habían adorado y ni se diga de mis tías.
y ya hay planes de boda?- preguntó Ricardo y Salvador casi se ahoga, pues estaba tomando agua -veo que aún no- dijo y reímos
-apenas llevamos dos años no manches- le dije mientras le daba una servilleta a Salvador y el limpiaba la comisura de sus labios
-no estoy negado a la idea- dijo de repente Salvador y lo miré -y lo sabes- me sonrió
mijo, eres bien recibido a la familia- dijo mi Yaya -se nota lo feliz que haces a mi muñequita- me miraba sonriendo -y lo mucho que la amas- dijo mi Tita
-pocos hombres quedan así- dijo mi tía Alejandra -las generaciones de ahora no se que traen que vienen bien mal educados- -no quieren compromiso- completó Daniela -y las relaciones las quieren pa un rato nomás-
-en ese aspecto debo decir que fui muy afortunada por encontrar a Salvador - lo mire -y agradecida estoy con sus padres pues criaron a tres plebes bien caballerosos, amorosos y hechos a la antigua- no podía esconder mi sonrisa
-mijos- habló mi Yayo y lo miramos -aunque aún no esté nada hablado, yo creo que puedo hablar por todos- se refería a mis cuatro abuelos -si Dios y ustedes quieren unir sus vidas en matrimonio algún día, tienen la bendición de todos nosotros- todos sonrieron asintiendo muchas gracias- dijo Salvador , yo me había quedado muda -creanme que su nieta para mí es...- me miró y sonrió -es mi primer y único amor, y ella lo sabe perfectamente, sabe que haría cualquier cosa por verla sonreír, por ver ese brillo en sus ojos cuando se emociona- limpio una lágrima que resbalaba por mi mejilla -mi virita- sonreí y lo abrace fuerte.
Éste era un momento muy emotivo para mí, tenía mucho significado, en casi ocho años no había visto a mis abuelos, una pieza fundamental en mi vida, y el hecho de que aceptaran a Salvador de tal manera, hacia que mi corazón se sintiera cálido.
-y que Dios nos preste vida para ver ese momento- dijo mi Yaya poniéndose de pie, nosotros hicimos lo mismo y nos abrazó -asi será Yaya- dije abrazándola fuerte
Pasó el día entero, llegaron mis primos y nos pusimos de acuerdo para el día siguiente, comimos y disfrutamos un rato entre todos con juegos y uno que otro drink. Ya relativamente tarde mis primos se fueron a sus casas, que solo estaban a unas calles de ahí, acordamos que nos iríamos a las 8 AM, y para nuestra desgracia, habían invitado a Memo y a Monse, o bueno, más bien, se habían invitado solos. Nos dormimos de lo más tranquilos, realmente había sido un día muy emotivo y que jamás olvidariamos.
Al día siguiente nos levantamos y nos duchamos, nos arreglamos.
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Solo aplique un poco de maquillaje, muy muy ligero, ya que haría muchísimo calor y no quería accidentes. En mi bolsa coloque solo un labial nude. Al terminar de alistarme, Salvador estaba listo.
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-listos?- escuchamos la voz de Daniela afuera del cuarto
-listos- abrí la puerta y ambos salimos, saludamos a todos y salimos de la casa, ya estaban afuera todos, había dos carros dispuestos, pero éramos once personas....
-conmigo se va Daniela, Ximena, Salvador y...- dijo Ricardo -y yo- dijo rápido Monse interrumpiendo, yo la miré mal -estás pendeja- dijo Abigail riéndose -ese es mi lugar- se pasó a mi lado -y yo dónde me iré?- dijo con su voz chillona, me estaba fastidiando y el día apenas comenzaba -pues en las piernas del Memo- dijo Erick y ella lo miró feo -es eso o te vas en la cajuela- -ash, ya vamonos- dijo resignada y todos subimos a los carros.
No les había comentado, Daniela y Ricardo son hermanos, Daniela es la mayor; Abigail e Israel son otro par de hermanos, Israel es el mayor; Johan el mayor, Erick el segundo y Azu la tercera, un trío de hermanos. Arrancamos camino a nuestro destino. -porque dejaron venir a esos weyes?- preguntó Ricardo mirando a Daniela de reojo, quien iba con él en la parte frontal. -se apuntaron nomás- le contestó -sabes que siempre hemos estado juntos con ellos y se nos hizo mal plan decirles que no-
-no nos hagamos pendejos- dijo Abigail a mi derecha y la miré -a la Monse le brillaron los ojitos cuando vió al primo- mire a Salvador a mi izquierda, quien me miró levantando ambas cejas -yo?- preguntó señalándose a si mismo -claro que tú- dijo Abigail mirandolo -esa nada más ve burro y se le antoja viaje -siempre ha sido así- dijo Daniela -pero el primo desde antier la ignoraba bien machín- miró a Salvador riéndose no me di cuenta- dijo Salvador disimulando, ciertamente nunca le gustaba fanfarronear de tratar mal a una mujer, fuera quien fuera -esta bien wey- le dijo Ricardo mirándolo por el retrovisor -la morra es bien enfadosa, nada más la soportamos por el Memo- regreso la vista al frente yo tengo aquí a mi muñequita y es para la única que tengo ojos- me dijo y pasó su brazo por mis hombros -ah la madre- dijo Abigail emocionada -de casualidad no tienes un tercer hermano escondido?- dijo y todos reímos
-no, pero tengo primos- la miró sonriendo y chocaron puño