Jimena una mujer de carácter fuerte e indomable dedicada a tomar sus propias decisiones con el sueño de tomar las riendas de empresa familiar y con el sueño de ser la mejor maestra mezcalerá de Phoenix Jimena tenía un gran secreto estaba enamoradae...
Estaba sentada en la orilla de mi cama, después de lo sucedido en el escenario estaba completamente en shock, lo único que pude hacer fue decir "gracias" y salir corriendo. Y ahora estoy aquí, sentada y mirando fijamente la cajita plateada recargada sobre mi tocador. -no piensas abrirla?- preguntó Fanny a mis espaldas -y si solo es una broma?- pregunté nerviosa -amiga, Salvador será lo que quieras, pero nunca jugaría con el corazón de una mujer- me dijo Andrea sentándose a mi lado -yo no se que está sucediendo- dijo Sofía acercándose tímida -pero ese chico de ahí- señaló la ventana -cantaba con un brillo muy especial en los ojos- solo sonreí Solo suspiré y tome nerviosa la cajita, la miré unos cuantos segundos y la abrí. Tenía una pulcera hermosa, con un dije de un ala, sonreí ante tan bonito detalle.
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hay una nota- dijo Andrea con una sonrisa pícara -tu sabías algo?- la cuestioné y ella solo hizo un gesto de cierre en la boca, reí y tome la nota
Feliz cumpleaños loca, no soy muy bueno dando detalles y menos de éste estilo, pero espero que sea de tu agrado... No espero que sea el día de hoy, pero si espero que algún día me des la oportunidad de compartir un pedacito de tu vida conmigo.
Quieres conocernos más?
Estaré esperando tu respuesta
Salvador (el imbécil)
es una declaración de amor?- preguntó Fanny confundida -no lo sé- contesté sonriente sin dejar de mirar aquella nota -ok te lo voy a decir un adelanto pero lo demás se lo tienes que preguntar a él- habló Andrea y las tres la miramos atentas -le gustas a mi primo, por eso te ha tratado así, solo quiere llamar tu atención- reí -ya sé, es un tonto y Matías y yo se lo hemos dicho pero no sabe cómo expresarse- -Matías sabía?- pregunté y ella asintió -yo lo mato- entiendelo- dijo Sofía -supongo que es lealtad de hermanos- Andrea asintió y lo acepté -deberias ir a hablar con él- dijo Fanny parada en la ventana observando el patio de los vecinos, nos acercamos y vimos a Salvador sentando en una banquita con las manos en sus bolsas y viendo el cielo, las tres solo me miraron -de acuerdo, iré- sonrieron ampliamente y me dieron ánimos, tome la cajita, regrese la nota y la pulcera y la cerré. Suspiré y baje las escaleras, la fiesta era en la parte de atrás de la casa así que salí por la parte frontal, cruce un pasillo que dividía ambos jardines.
Estaba a metros de él, me sentí sumamente nerviosa, no sabía que hacer. Tomé valor y dí unos cuantos pasos hasta llegar a su lado, seguía con sus manos en las bolsas, su cabeza recargada en el respaldo de aquella banca de madera y sus ojos cerrados, podía ver cada facción de su rostro. Me senté a su lado y él dió un pequeño salto y se incorporó para quedar bien sentado, mirándome. -hola- dije nerviosa -hola- dijo con una mueca y bajó el rostro, sus manos estaban entrelazadas -gracias por la canción- dije para romper la tensión -no tienes nada que agradecer- me miró con una sonrisa de lado que dejaba ver un pequeño hoyuelo cerca de la comisura de sus labios y yo sonreí al notar tal facción -es cierto lo que dice la canción?- no sabía realmente como abordar el tema -aun crees que es broma?- me miró señalando la cajita en mis manos, mi corazón estaba sumamente acelerado -pero siempre me tratas mal- dije con una ligera risa de nervios -porque no se expresarse- suspiró -te vi el día que llegaste con la mudanza- rió -tenias una sudadera sumamente grande, cubría tus manos y el gorro no dejaba ver tu rostro, pero en el momento en que descubriste tu rostro...- sonrió -no he dejado de pensar en ti- bajé la mirada -plebe, me disculpo si no he sido el más romántico -lo mire levantando una ceja -de acuerdo, nada romántico- reímos -pero en verdad quiero conocerte, que me conozcas
Estaba en shock, digo, el también me gustaba, aunque éstos tres meses estuviéramos como perros y gatos. Supongo que me identifique con él, a nuestra corta edad, no sabíamos expresar nuestros sentimientos y quizá teníamos miedo de enfrentarlos. Mire la cajita en mis manos, estire mi mano frente a él, solo me miró triste...
Me la pones?- dije antes de dejarlo hablar, sus ojos se abrieron con emoción, tomó la cajita en sus manos y con cuidado saco la pulcera, la colocó en mi mano derecha, mientras lo hacía su saco se remango un poco y logré ver una pulcera exactamente igual en su muñeca derecha -tu...- -tenia la esperanza- me interrumpió, abrocho la pulcera y solo sonreímos -te puedo dar un abrazo?- preguntó dudoso y yo asentí Abrió sus brazos y yo lo tome por la cintura, acurruque mi rostro entre su cuello y el hizo lo mismo, nos quedamos así unos segundos, la conexión que sentí en ese momento, es inexplicable. -Se logró!- escuché el grito de Matías, nos separamos y mire a todos viniendo a nosotros, Matías, Cristhian, Fanny, Andrea y Sofía -tu lo sabías- lo mire con los ojos entre cerrados -plebe, te quiero, pero mi carnal es mi carnal- rió abrazando a Salvador por los hombros y éste solo se sonrojó -por fin!- llamó nuestra atención Andrea -podremos convivir todos en paz- -no te confíes- dijo Salvador mientras me miraba y me sacaba la lengua en forma de juego -tonto- reí -bueno, ya no eres imbécil- dijo Cristhian y todos reímos ante tal comentario -creo que yo me voy- escuchamos a Sofía -tu te vas madres- dijo Salvador -ya eres parte de éste grupo- -siii- dijimos las tres al unisono y abrazamos a Sofía -creo que es hora de ir a disfrutar el resto de la fiesta- dijo Fanny a lo que todos asentimos
Fuimos a la fiesta, no parabamos de divertirnos, al final éramos unos chicos de entre 15 y 18 años jugando y divirtiéndonos. Bailabamos, gritábamos y nos abrazabamos. Ese día se creó el grupo de 7 mejores amigos...
