capitulo10

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Mientras Salvador conducía escuchábamos música, cantabamos y reíamos mientras el trayecto se hacía más corto, en ocasiones me miraba de reojo y eso me hacía sentir nerviosa.

Llegamos a una plaza comercial, Salvador se estacionó y Matías a un lado de él. Salvador se bajó del carro y corrió a abrirme la puerta.

gracias- dije mientras tomaba su mano y bajaba del carro, Salvador cerró la puerta detrás de mi y me sonrió.
Comenzamos a caminar entre platicas y risas, estando los 4 juntos, era muy divertido, los gemelos tenían muchas ocurrencias estando juntos, y bueno, ni se diga cuando estaban con Cristhian.
Llegamos a un restaurante, no muy lujoso, pero si muy cómodo. Nos sentamos, Salvador a un lado de mi y Matías con Sofía frente a nosotros. Una mesera se acercó a dejarnos las cartas. -cuando gusten ordenar me pueden llamar- dijo mirando a Salvador y guiñando un ojo, él solo la miró extrañado, la chica se dió la vuelta y se fue, Sofía y yo estábamos con los ojos abiertos -ah cabron- dijo Matías con una risa nerviosa -mira nada más- dije mirando a Salvador , si, estaba muy celosa
-yo no hice nada- dijo rápido -pero me encanta verte celosa- me quiso acariciar la mejilla y yo me quite riéndome -si tu eres la única que me gusta chingao- me tomó con fuerza pero lastimarme y me dió un beso en la mejilla -te creo- dije regresandole el gesto del beso en la mejilla sin
-ay ya- habló Matías -si quieren nos vamos- -primero comemos- dijo Sofía y todos reímos.

Después de unos minutos pensando y viendo la carta, los cuatro decidimos pedir. Primero pidió Sofía, luego yo, después Matías y solo faltaba Salvador

y para ti?- le dijo aquella mesera en forma coqueta
-una hamburguesa con papas y una Coca-Cola por favor- dijo y enseguida tomó mi mano que estaba sobre la mesa, a lo cual la mesera solo me miró con desagrado y se fue, los cuatro nos miramos y reímos, eso bastó para que la mesera dejara de coquetear con Salvador Después de unos minutos la comida llegó y comenzamos a comer.

-plebes, por cierto- dijo Matías dando un sorbo a su refresco -se rifaron con nuestra fiesta y nuestros regalos de cumpleaños- ambos tenían una cadena igual
-nuestros gemelos favoritos deben estar
siempre iguales- dije y reímos -a cabron- dijo Salvador -cuantos gemelos más conoces?- me preguntó levantando una ceja -solo a ustedes- bebí un poco de jugo -por eso son mis favoritos-
-siguele cabrona- dijo Matías y todos reímos Continuamos comiendo y platicando. -mi ama quiere hacer una carne asada mañana-
dijo Salvador terminando el último trago de su Coca-Cola- lo miramos -insiste en qué sus niñas vayan- Sofía y yo sonreímos -ahi estaremos- dije -obvio- dijo Sofía

Terminamos de comer y los gemelos pagaron la cuenta, nos despedimos ya que Matías iría a dejar a Sofía a su casa. Nos subimos al auto de Salvador y comenzó a
conducir.

-te puedo preguntar algo?- me dijo sin dejar de mirar al frente
-claro- le dije mirándolo
-de verdad te pusiste celosa por la mesera?- soltó de repente, yo no sabía que decir, avanzamos unos metros hasta llegar a un semáforo en rojo y me miró -y?- -creo que si- dije apenada
-si sabes que desde mis 16 años me has gustado verdad?- me dijo atrayendo mi mirada a la suya fija en mi -hoy tengo la oportunidad de conquistarte y no la voy a desperdiciar- dijo acariciando mi mejilla y yo tomé su mano sonriendo, el semáforo se puso en verde, el sin soltar mi mano, siguió conduciendo, de alguna forma y aunque estuviera nerviosa, me sentía completamente feliz, protegida y querida.

Después de unos minutos llegamos a nuestras casas, Salvador se apresuró a bajar del carro para abrirme la puerta, baje y me ayudó con mi mochila y mi ramo de flores. Caminamos hasta la puerta de mi casa.

-en su casa muchachita- me sonrió -gracias- dije colocando mi mochila en el hombro y tomando con la mano izquierda mis rosas
-supongo que nos vemos mañana- dijo con las manos en las bolsas de su pantalon -por supuesto- sonreí -nos vemos mañana- me
puse ligeramente de puntitas y le dí un beso en la comisura de los labios, su mirada se abrió de par en par, solo reí nerviosa y entre a mi casa, sonreí y camine a la cocina, tome un florero, le coloque agua y puse mis flores. -Salvador te trajo a casa?- la voz de mi madre me sobresaltó
-si- conteste dejando mi mochila en la silla del comedor -a ese plebe si lo aceptaría de yerno- dijo mi
papá desde la sala
-begonia y su esposo criaron a 3 jóvenes muy educados, y con muchos valores- dijo mi madre -mañana iremos a su casa- dijo mi padre mientras se ponía de pie -refrescate un poco y avísale a tu hermana que en una hora vamos al centro comercial por las cosas para la carne asada- asentí.
Tome mi mochila y subí a mi recamara, pase por la de mi hermana y le avisé las indicaciones de mi padre.

Aproveche la hora de descanso para realizar algunas tareas que tenía de la universidad, eran pocas. Después de la hora indicada por mi padre lave mis dientes y baje, ya estaban Fanny y él en el auto, así que subí en la parte trasera. Mire que no estaba el carro de Salvador en su lugar pero decidí no tomarle importancia.

Llegamos al centro comercial, caminamos y pasamos por la zona de comida. -que hace el Matías ahí?- preguntó mi papá señalando con la mirada a una de las mesas de uno de los establecimientos
-no es Matías- dijo Fanny -es el Salvador - dije mirando a Salvador tomar la mano de la chica con la que estaba platicando, ambos sonrieron y se pusieron de pie, se hundieron en un fuerte abrazo, sentí como mi corazón quería salirse del pecho
-seguro todo tiene una explicación- mi papá lo quería tanto que buscaba alguna justificación -es la gorda- dijo Fanny
-vamonos- dije comenzando a caminar, y ellos
detrás de mi

Compramos las cosas necesarias, y regresamos a casa, yo todo el tiempo estuve en silencio, llegando a casa solo ayude a bajar las cosas y subí a mi habitación, no quería saber nada de nadie, estaba confundida, quizá si, quizá todo tenía una explicación.
Tome una ducha y coloque mi pijama. Mi teléfono sonó...

Ya quiero que sea mañana y pasar todo el día contigo, te quiero mi virita" -Salvador

Decidí ignorar el mensaje y me dispuse a
dormir.

Mi Primer Y Único AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora