Jimena una mujer de carácter fuerte e indomable dedicada a tomar sus propias decisiones con el sueño de tomar las riendas de empresa familiar y con el sueño de ser la mejor maestra mezcalerá de Phoenix Jimena tenía un gran secreto estaba enamoradae...
-si duele wey- Dijo Salvador quejándose mientras Matías le limpiaba la sangre del pómulo -pero ahí andabas de gallito mijo- dijo presionando más fuerte, a lo que Salvador solo hizo un gesto de dolor -porque no nos dijiste nada?- dijo Sofía mientras ponía pomada en mi pómulo, solo guardé silencio -espero que con ésto lo dejes- dijo Salvador mirándome, yo solo agache la cabeza -no lo piensas dejar?- gritó poniéndose frente a mi -crees que es así de fácil?- me dije encarandolo -lo fácil va ser esperar a que en verdad te agarre a golpes- notaba lo enojado en su mirada -entiende plebe- me miró Matías -ese vato está loco- -pero no me va a dejar en paz- dije soltando en llanto y sentándome de nuevo en la cama de Salvador -le tengo miedo- -y nosotros no te vamos a dejar sola- dijo Sofía sentandose a mi lado y acariciando mi espalda -sabes que nos tienes a todos, a los plebes, a tu hermana y a mi- -nadie va a tocar a mi carnalita- Matías se inclinó frente a mi, solo lo mire y abrace a ambos, eran mi fortaleza -Sofía- dijo separándose después de unos segundos -vamos afuera- ella asintió, me dió un beso en la mejilla y salieron dejándome a solas con Salvador .
-cusnto tiempo lleva haciéndote daño?- me preguntó tomando una gasa con alcohol -no mucho- le dije sin mirarlo -no mucho?- se sentó a mi lado -le tienes miedo- me miró -dime cuántas veces te ha tocado- notaba el enojo en su voz -ninguna- lo miré -si me habi levantado la mano, pero jamás había sido capaz- tomé la gasa de su mano y comencé a limpiar la poca sangre que quedaba en su rostro, él solo me miraba fijamente, con algún que otro gesto de dolor, tomó mi mejilla con su mano -no dejaré que nadie te vuelva a lastimar- me dijo -fui un idiota al no darme cuenta de cómo te trataba- yo negué con la cabeza -si, si lo fui, no supe cuidar a mi virita- me acercó a él y me abrazo fuerte, correspondi el abrazo y así nos quedamos unos minutos, en silencio, solo éramos él y yo. -por cierto- dije separándome de él y tome una cajita de la bolsa de mi abrigo -feliz cumpleaños- la puse frente a él -no tenías porque- dijo emocionado y la tomo en sus manos -te debía tu regalo de cumpleaños de los últimos tres años- los dos reímos, el abrió la cajita.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-está bien perra- dijo emocionado -gracias- me abrazo fuerte y lo correspondi -te la pongo?- le pregunté y se separó de mi -obvio- dijo emocionado -girate- dije y el negó con la cabeza -asi, de frente- cerró los ojos emocionado y yo me puse sumamente nerviosa
Tome la cadena en mis manos, una punta en cada mano, pase mis manos por su cuello, me acerque a él y quedamos cerca, nuestras caras estaban muy cerca, abroche con dificultad la cadena y me separé lentamente de él, antes de separarme por completo, me detuvo sosteniendo mi nuca con su mano. -sabes cuánto te quiero?- me preguntó y yo negué con la cabeza algo nerviosa -con todo mi corazon- se acercó lentamente a mi, mi corazón estaba sumamente acelerado, solo cerré un poco los ojos, sentí sus labios en mi mejilla, abrí los ojos y me miró -y te voy a conquistar- solo pude sonreír ante tal acto
~2 semanas despues~~
Estaba a punto de terminar mis clases, ponía la mayor atención posible, pero el sonido de un mensaje en mi celular me sobre saltó
~Hola hermosa, paso por tí al terminar tus clases ¿vamos a comer? -Salvador
-Hola catrincito, de acuerdo, te veo donde siempre.
Después de aquel altercado en la fiesta de los gemelos, Salvador y yo éramos más unidos, casi a diario venía por mi a la escuela para evitar que aquel tipo me molestara, y cuando él no podía venir, mi ubicación era compartida con él hasta llegar a casa. Las clases terminaron, tome mis cosas y las guarde en mi mochila. En el pasillo me encontré con Sofía
-Salvador vendrá por ti?- me preguntó mientras caminabamos a la salida -Si, Matías vendrá por ti?- le pregunté levantando una ceja y ella solo sonrió -me encanta la pareja que hacen- -nooo, solo somos amigos- dijo sonrojada -por ahora- ambas reímos -y tu que tal con Salvador ?- me dijo con un tono gracioso -solo somos amigos- dije imitandola y ambas reímos ampliamente -porque tanta risa morrillas- no nos habíamos dado cuenta que ya estábamos frente a los chicos -por nada Matías, por nada- dije, cada uno venía en su auto -cierren los ojos- dijo Salvador y ambas nos miramos confundidas -haganlo chingao- dijo riéndose Ambas cerramos los ojos, escuchamos el crugir de alguna envoltura. -abranlos- dijo Matías, al hacerlo, nos encontramos a los gemelos con un ramo de flores cada uno.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ambas lo recibimos y abrazamos cada quien a su gemelo.
-un pequeño detalle para mí virita- me dijo al oído y yo solo escondí mi cara en su cuello, impregnandome de su aroma, estaba levemente parada de puntitas, ya que era más alto que yo -gracias- susurré -eres rápida- escuchamos a nuestras espaldas, todos volteamos a ver para encontrarnos con Sebastián, parado detrás con un cigarro en la mano -llegale a la verg* mijo- dijo Matías dando dos pasos a él, Sebastián dió dos pasos a Matías, quedando a un par de metros uno del otro -tu hermanita no se puede defender sola?- dijo refiriéndose a Salvador quien estuvo a punto de hablar, pero me adelanté y sin saber de dónde saque fuerzas, lo golpeé fuerte en la cara, el giro rápido para intentar agredirme, pero los gemelos se pusieron enmedio mientras Sofía me abrazaba fuerte -la tocas y te mato perro- dijo Salvador , Sebastián solo se tocaba la mejilla dónde lo había golpeado, me miró con cierto odio y se dió la vuelta para irse.
-estas bien?- me preguntó Salvador mientras tomaba mi mano derecha, ya que en la izquierda tenía mi ramo de rosas -si- di un suspiro de alivio -plebe, no la hagas enojar o te irá mal-dijo Matías riendo mirándo a Salvador , ambos reímos y solo me sonroje -ya lo noté- me miró -vamos a comer- dijo Sofía -del susto me dió más hambre- todos reímos -vamos- dijo Salvador , quien tomó mi ramo de rosas y mi mochila, las colocó en la parte trasera de su carro y me abrió la puerta, me subí y antes de cerrar la puerta me dió un fugaz beso en la mejilla, a lo cual sonreí. Subió al carro y comenzó a conducir.