8. Código T6027, escape

240 29 10
                                    


--- ¿Salir a las...afueras, con ustedes?

La fogata hacía más ruido que los presentes al rededor de esta. Casi ya no quedaban personas al rededor, la mayoría ya se encontraba en sus tiendas. Yuchi pasaba su mirada por cada tortuga, humana y líder de ese grupo sin entender si lo que había escuchado fue correcto.

Leonardo resopló luego de entender el tono en que lo había dicho. Era un "no" rotundo

--- Quiero creer que se refieren a mí nada más y no a mi hermana también, porque sí creen que soy tan idiota como para dejarla salir y con ustedes, están muy equ-

--- Mira, hablemos en otra parte, ¿sí? - pidió en voz baja el de orejas rojas mientras se atrevía a tomar de los hombros al conejo y hacerlo retroceder. --- Te lo explicaremos bien, pero, calma. - dijo sereno.
.
.
.
.
.
.
El líder cerró las telas de la entrada a la carpa de Donatello y Abril una vez los presentes entraron. Y se volteó a todos pero enfocando su atención en Yuichi.

--- Mira, sé que fue repentino, pero Hana está abstenta de esto. Aún es solo una niña, no sería tan estúpido como para arriesgarla. Tampoco para arriesgarte, y sinceramente no estás siendo obligado, y por favor no sientas que lo estás. Es solo que...- el de tez verde volteó a ver a su familia para encontrar un tipo de apoyo. Pero volvió a tomar seguridad al devolverla vista al conejo. --- Tengo la sensación de que tú podrías conocer mejor las afueras que nosotros. - exclamó con firmeza. --- La última vez que salimos por suministros y equipo, fue hace tres meses, y tú hace pocas semanas. Seguro sabes más.

--- ¿No pueden rastrear con los jueguetitos de tu hermano el ñoño?- señaló con la mirada al de morado.

Este refunfuñó y Rafael lo sostuvo antes de lanzarse a él. Leonardo solo devolvió la mirada a Yuichi algo molesto.

Los ojos de ambos jóvenes se encontraban explorando al otro. ¿Por qué le daba esa mirada? Parecía ligeramente desesperado y molesto pero en sus palabras no. Que doble cara.

--- ¿Por qué yo? - preguntó a su vez con ligera sospecha y desconfianza. --- ¿Por qué no sus "supuestos equipos élite"?

--- Oye tú- quizá anticiparse Donatello pero una palma en su pierna indicó que no debía ceder a sus arranques de ira.

--- Yuichi...¿Puedo llamarte así? - trató de comenzar la mujer de tez morena. --- No confías en nosotros del todo y eso hace que yo no quiera confiar del todo en ti. Porque conozco a mi prometido...- puso su mano sobre la del de morado. ---conozco mejor que nadie cada rostro que puedes ver en esta fogata. Todos son los seres más auténticos que existen. - decía señalando con la mirada a cada uno. --- Y quiero protegerlos tanto como tú a tu familia.

Yuichi suavizaba lentamente su fruncir.

--- Solo...piensa por un momento. Todas estas familias han perdido a alguien. Todas las familias nuevas han vivido un infierno. Todos...sin alguna excepción, hemos visto la muerte de cerca...unos más cerca que otros...¿Crees que perderíamos nuestro tiempo en salir a las afueras si no fuera realmente necesario para preservar las vidas que intentamos cuidar?

Relajó por completo el rostro y miró por breves segundos cada rostro. Haciendo...por primera vez, un intento de análisis profundo en la mirada de cada uno.

--- Así que lo que trato de decir...es "¿por qué tú?" Porque pareces tener el mismo miedo que te impulsa a acabar con cualquiera y lo que sea que se metiera con lo que al menos creo para ti es importante. Y es nuestro principio más importante como Hamato...la familia.

--- Familia...tch. Claro que sí. - sonrió casi de forma burlesca. --- Miren, no me agrada la idea de involucrarme con ustedes más de lo que prefiero...

En la guerra no hay amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora