10. Un peculiar primer acercamiento...

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Habían pasado con suerte la primera noche en aquel antiguo refugio suyo. Después de esa extraña serena charla que habían tenido, decidieron intentar descansar. Para Yuichi era suficiente con estar vivo. Para Leonardo era un retraso permanecer ahí, pero sabía que necesitaba recuperar fuerzas.

La mañana finalmente llegó.

Comían en silencio su "desayuno". Bueno, si así se le podía llamar a dos trozos de papa cruda que Leo había conseguido unos minutos antes de que Yuichi despertara. El único ruido que salía de ellos era el crujir al masticar. Por ratos se veían e incomodamente desviaban la vista cada vez que pasaba. Media vez tragaron por completo lo que quedaba, se levantaron, se sacudieron las manos, se estiraron y asintieron al mismo tiempo.

Tomaron las pocas cosas que poseían y decidieron empezar a andar. Leo tomó sus Odachis y Yuichi solo le siguió. Caminaban por aquel desolado sitio que alguna vez resguardada esperanza y risas. Para Leo era difícil de ver. Gracias al cielo no hubo ningún muerto, pero eso no quitaba el hecho que había sido un sitio que construyeron y resguardaron con todo su amor.

--- Entonces...¿Dónde crees que podemos empezar a buscar el laboratorio de tu hermano? - preguntó yendo unos pasos detrás de él y en voz baja.

--- Siendo honesto, no estoy seguro. Este lugar es prácticamente un basurero ahora. Así que, supongo que cuando demos con la abertura que hicieron los Kraang al entrar será más sencillo ubicarnos. - dijo seriamente pero no tanto como de costumbre.

Y así continuaron en silencio un par de minutos. Habían pasado lo que antes había sido la cocina y el mini parque para los niños. Yuichi notó como Leonardo parecía más decaído conforme pasaban por cada sitio.

--- Oye...

--- No hables.

--- No, es solo que-

--- Shh- hablo en serio, cállate. - se apresuró a taparle la boca con ambas manos y arrastrarlo a unos escombros. Debido a la fuerza y rapidéz con la que se escondieron Yuichi quedó un poco pegado a Leo. Como de costumbre, el conejo forcejeaba un poco sin entender por qué la tortuga hacía eso demasiado, sin mínimo explicarse antes de tomar una decisión.

Unos ruidos metálicos que se apresuraban a pasar por el área los alarmó un poco, más al conejo. Una fuerte luz roja comenzó a recorrer toda el área, en uno de esos momentos, la luz se asomó cerca de ellos, Leo por reflejo retrocedió lo más que pudo, colocando esta vez a Yuichi detrás suyo. Esta acción puso un poco incómodo a Yuichi pero la ansiedad de ser encontrados podía más con él.

Unos inquietantes segundos después, que se habían sentido como horas, el Kraang se fue. Ambos muchachos abrieron con lentitud sus ojos para inspeccionar su situación.

--- Este- ¿Leo? ¿Puedes moverte ya? Me siento un poco claustrofóbico así. - mentira, la incomodidad de hace rato le regresó.

¿Qué? - preguntó torpemente al voltear a verlo. Al notar la incomodidad de este rápidamente se alejó de él de manera controlada pero no tan sutil. --- Bueno, vámonos ya. El laboratorio debe estar cerca.

--- Bien. -caminaron por aproximadamente otros diez minutos y luego de un detenimiento análisis del área, habían dado con el laboratorio. Estaba realmente dañado y en gran parte destruido. Eso preocupo a Leonardo, esta vez Yuichi lo supo por completo, pues en su mirada ni intentó ocultarlo.

--- Vamos Yuichi, ayúdame. - comenzó a retirar los escombros que estorbaban la entrada.

--- Ya voy, ya voy. - se aproximó a apoyar.

Estuvieron unos segundos así en silencio retirarando todo. Faltaba un poco más, si hubieran más de ellos quizá sería más rápido. Así que el conejo tuvo que abrir la boca.

En la guerra no hay amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora