21. Traición parte 1

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No soportaba ese molesto pitido, lo ensordecía, y a la vez, hacía olvidar lo que pasaba a su alrededor por unos instantes, por eso le desconcertaba. Giró su cuerpo acompañado de un gruñido y de a poco iba recuperando el ritmo de su respiración. De a poco recordaba fragmentos cortos de lo ocurrido hace rato...

--- ¡Leo, cuidado! - sintió como su hermano mayor lo empujaba a un lado y terminó rodando por una pequeña cuesta.

Chillidos Kraang.

Parpadeó con fuerza acompañado de un ligero dolor de cabeza. Volteó a ver a la superficie de donde había caído

--- ¡Defiendan al comandante! ¡Por la resistencia y nuestros seres queridos! - Escuchó mientras unos Kraang sin armadura, seguro eran de clase baja, por ende no eran tan imposibles de vencer pero igual podían alertar a los superiores.

Gritos, desgarradores. Trataba de escalar de vuelta a la superficie donde varios comenzaban a combatir. Había sido una emboscada.

Devolvió la mirada al suelo y la escena lo horrorizó.

Cuerpos. De colegas, compañeros. Esas inocentes vidas, desvividas frente a sus ojos. Algunos pareciera que hubiesen caído o sido lanzados al fondo de donde él estaba. Todos a los que vió en el suelo. No estaba Todd, no estaban Rafael o Donnie. Ni Sandro. ¿Podría ser que hubiesen...? Pero no, ¿Dónde estaban si no era ahí?

Decidió tratar de activar su ninpo, concentrarse y poder sentir a su familia al menos. Pero el estrés y el dolor de saber que perdieron gente, gente que confío en él y en un suspiro todo el plan cambió, no le dejaba contener la concentración. Tanto así, que sintió un poco el ninpō de Rafael, pero el de Donnie no, creía que era por la falta de concentración.

Al menos sabía que seguían ahí. Iría por ellos primero pero trataría de buscar a Sandro, a Todd y a quién pudiese.

Se estiró una pierna con algo de molestia. Como si se hubiese dormido. ¿Cuántas horas estuvo ahí tirado y por qué era el único en esa zona con vida? ¿Lo dejaron vivir? ¿Era otra trampa? ¿Los que estaban ahí muertos frente a él eran una advertencia? Que mierda..

Comenzó a caminar lejos de la zona, en búsqueda de sus hermanos, de Todd y de Sandro. Alguien tenía que estar, lo sentía. Pero no se fue sin antes tomar alguna prenda, accesorio o cabello de los que ya no estaban con él. No sabía como, pero debía decirle a sus familias y seres queridos. El deseo de volver cuanto antes a asegurar que los del refugio estuviesen bien no le permitieron enfrentar la pérdida de su gente. Así que solo se arrodilló ofreciendo una disculpa colocando su cabeza sobre la tierra. 

En tiempos como estos enterrar a alguien no sirve de nada. Para Leo era como querer deshacerse de la culpa, y fingir que quien ya no está estará bien. Quizá en esencia sí, pero su cuerpo merece el debido respeto, y al no ser él alguien de importancia familiar o parecido, se abstuvo de siquiera moverlos de ahí. Pidió permiso del último fallecido para tomar un calcetín para llevarlo, y sin  más, avergonzado, se fue.

Esa tarde llovió de tantas maneras posibles.
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--- Jajaja, ¡te toqué, corre! - decía haciendo lo dicho el pequeño niño humano de cabello negro mientras escapaba de la gatita quien reía mientras lo perseguía tratando de atraparlo.

Yuichi y Cassandra reían a lo lejos mientras continuaban con la labor de sacar algunas plantas secas.

--- Muchas gracias de nuevo, Cassandra. Me vino muy bien tu ayuda. No entiendo el porqué se están secando así. Pero supongo que es parte del ciclo de vida.

En la guerra no hay amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora