Capítulo 210

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Capítulo 210:

Una voz desconocida se escuchó del otro lado del teléfono

-Quién habla?

Mar: Marianella... quién es?

-Usted es la señora Bedoya Agüero?

Mar: Sí. Me puede decir quién es? Y por qué tiene el teléfono de mi hijo?

-Mi nombre es Jorge Echeverría, soy el oficial en jefe de la comisaría número 59

Mar: Me está asustando... pasó algo?

Mariana, que estaba sentada frente a Mar esperando a que corte para seguir con su charla, se sorprendió cuando vió a su mamá quedar pálida de repente

Mariana: ma? Te pasa algo?

Mar soltó el teléfono que sostenía junto a su oreja, dejándolo caer en el piso. Temblaba muchísimo, estaba pálida y sus ojos cristalinos

Mariana: Mamá!! Qué te pasa? Papá!!!!!

Thiago fue hacia donde estaban, y se asustó al ver a Mar así. Mariana le tendió el teléfono que había levantado del piso, del cual todavía se oía una voz. Thiago respondió, y reaccionó de una manera parecida a Mar. Su piel se volvió pálida, pero tuvo las fuerzas para decirle al oficial que irían en camino

Mariana: Vos también estás pálido! Qué pasó?

Thiago: Mar, vamos urgente

Mar asintió, sin responder. Las palabras no podían salir de su boca. Thiago le dijo rápidamente a Mora que debían salir, sin dar más explicaciones. Los chicos se quedaron sin entender nada, preocupados.

No recordaban nada del viaje de ida. Solo los apresurados latidos de sus corazones, que juntos parecían escucharse a gran distancia. Llegaron rápidamente a la calle señalada por el policía. La esquina estaba llena de gente y autos parados, por lo que dejaron el auto en cualquier lugar. Pudieron ver algunas cosas. Las caras de la gente a su alrededor, que los miraba como si fueran locos. El sonido de las sirenas, y los comentarios de las personas, diciendo palabras como "Choque", "fuerte", "locos", "riesgo".

Una cinta les impedía el paso. Se abrieron camino entre la gente, y un policía los frenó antes de poder pasar

Thiago: Soy Thiago Bedoya Agüero

El policía no dijo más nada, y los dejó pasar

-Señor Bedoya? Soy el oficial Echeverría. Mire, ésto no es fácil de decir

Thiago: Qué pasó?

-Bruno sufrió un accidente con el auto. Iba manejando, y de repente un auto...

Mar: Dónde está Bruno?

-Mire señora, primero tengo que...

Mar: Dónde está??? Quiero ver a mi hijo

-Es muy difícil decirles ésto, pero su hijo está grave. El accidente que sufrió fue muy fuerte

Thiago: Dónde está?

-Lo están revisando en la ambulancia

Mar se estaba dirigiendo allí antes que cualquiera pueda frenarla. Escuchaba a Thiago gritarle algo, pero no le entendía.

La ambulancia estaba llena de médicos corriendo de un lado hacia el otro, bajando y subiendo cosas. Ella trató de subir, hacer algo, pero una enfermera le impidió el paso

-Señora, no puede...

Mar se corrió apenas unos centímetros hacia su derecha, pero eso bastó para que pudiera ver algo. Y deseó no haberlo hecho.

Pudo ver un cuerpo tendido en la camilla, las sábanas blancas cubiertas de sangre. No pudo reconocer a su hijo ahí. Es más, hubiera asegurado que ese no era Bruno. Hasta que vió un destello asomando de su bolsillo. El reloj que le había regalado Thiago para su cumpleaños. Tenía todo el cuerpo cubierto de sangre, así que no pudo ver mucho.

Se alejó unos pasos, antes de caer de rodillas al piso. No se dió cuenta que estaba llorando hasta que sintió que se quedaba sin aire

-Está muy grave, hay que llevarlo al hospital ahora

Y así sin más, cerraron las puertas de la ambulancia, que salió a toda velocidad. Sintió unos brazos que la levantaban, pero era como  si cuerpo no respondiera. Thiago la abrazó, con los ojos llenos de lágrimas. Detrás de él pudo ver algo que terminó por destruirla. El auto en el que iba Bruno, su auto. El frente estaba completamente destruido, los vidrios estallados. 

Thiago: vamos al hospital, sí?

Mar asintió. Parecía que se iba a caer en cualquier momento. Solo el hecho de querer llegar al hospital rápido la mantenía en pie.

Ni siquiera se dió cuenta de nada. Cuando miró, ya estaban en la sala de esperas de urgencias, con el corazón literalmente en la boca. Mar no dejaba de llorar. Ni siquiera habían llamado a sus amigos, no se sentían con fuerzas para nada.

Un  rato más tarde, Cielo y Nico llegaron. Les contaron que Mora había llamado preocupada. Justina había ido a quedarse con los chicos un rato. No sabían cómo se habían enterado, y tampoco les importó mucho.

Fueron casi tres horas de larga espera, pero parecieron días. El tiempo no pasaba más, parecía ir más lento, en realidad. Cada minuto que estaban sin una noticia, era un minuto más de desesperación. 

Finalmente, el médico salió de la sala de operaciones. Cuando vió a Mar, Thiago, Cielo y Nico acercarse a él, se puso rígido

Nico: Y doctor?

Cielo: Cómo está Bruno?

-Necesito que sean fuertes, por favor

Nico: Hable

-El accidente fue muy grave. Bruno estuvo consciente hasta que llegaron los médicos, casi de casualidad. 

Cielo: Y?

-Lamento informarles que no pudimos hacer nada. Su corazón se detuvo unos momentos antes de llegar al hospital. Intentamos reanimarlo por dos horas, pero no tuvo efecto. Lo lamente mucho

Mar: Qué quiere decir?

-Bruno... Bruno está muerto.


Fin...?

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