Les dejo otro por hoy!! Gracias por too, y nos vemos el martes con otro capítulo!!!!
Capítulo 84:
Reaccionaron al instante. Nunca habían sentido tanto miedo en toda su vida. Thiago abrió las compuertas que llevaban al sótano, y sin dudarlo un segundo entró. Mar lo siguió
Dentro, escucharon gritos y llantos. Una mezcla de alivio y mucho más miedo se apoderó de ellos. El sótano era bastante grande. Pero se estaba viniendo abajo. Las paredes temblaban, y la única luz que antes había estaba apagada. El techo caía poco a poco, y todo el lugar estaba lleno de polvillo. No podían ver nada
Mar: Chicos!!
Thiago: Están acá?
Caminaban a tientas. No distinguían nada. Tras unos segundos que parecieron interminables, en los que parecía que el lugar se había quedado en un completo silencio
Bruno: Mamá?
Mar: Bruno! Donde están?
Bruno: Mami!! Ayudanos!
Thiago: Bruno!
Bruno: Por favor, vengan!
Mar y Thiago avanzaron hasta encontrarse con Bruno. No pudieron ni siquiera abrazarlo, porque al ver lo que estaba pasando, no pudieron pensar en otra cosa.
La escena los dejó sin aliento. Y hubieran comenzado a llorar, si no fuera porque sus mentes no no reaccionaban. Cuando pudieron adaptarse a la poca luz que había, entendieron todo. Y a la vez, nada
Bruno estaba arrodillado en el piso. A su lado, estaba Mora. Y casi tienen un ataque al verla. Mora estaba acostada en el piso, con los ojos cerrados. Con horror contemplaron que hasta parecía muerta. Pero seguía respirando, aunque débilmente. Mar cerró los ojos con fuerza para evitar que las lágrimas se escaparan. No era momento para eso ahora.
Pero luego, sintió un sonido. Uno que ella conocía demasiado bien. Que podía alterarla y tranquilizarla al mismo tiempo. Y sabía perfectamente de dónde provenía
Mar giró, y entre las sombras de la cueva pudo distinguir una tenue figura. No lo dudó ni un instante. Y su corazón se aceleró al reconocer a otra pequeña figura a su lado. Ambos lloraban mucho, pero estaban bien. Sanos y salvos. Mariana y Juan Pedro estaban ahí
Thiago: Bruno, vos estás bien?
Bruno: Sí
Thiago: Podés moverte?
Bruno: Sí, estoy bien
Thiago: Bueno. Escuchame. Vamos a salir de acá. Cuando yo te diga, vos salís lo más rápido que puedas. Afuera está el tío Rama. Ayudá a mamá a sacar a los bebés y a Mora de acá, sí?
Bruno: Bueno
Thiago: Mi amor, agarrá a los bebés. Vamos a salir de acá
Mar tomó sin mucho esfuerzo a sus dos hijos en brazos. Bruno salió primero. La entrada al sótano era en realidad un agujero en el piso. No tenía escaleras ni nada parecido. No era mucha altura, pero igual se complicaba. Thiago agarró a Bruno y lo subió. Suspiró aliviado al ver brevemente a Rama ayudándolo a subir
Rama: Están bien?
No llegaron a contestar, porque una sacudida muy fuerte se sintió en todo el lugar. El techo y las paredes se derrumbaban detrás suyo
Thiago tomó a Mora en brazos, que temblaba sin parar. También la levantó, y fue recibida arriba. Más voces se escuchaban desde afuera. Luego hizo lo mismo con Mariana y Juan Pedro. Ellos lloraban sin parar- Thiago giró y quedó frente a frente con Mar
Thiago: Dale mi amor, seguís vos
Mar: Por favor, subí lo más rápido que puedas
Thiago: Confiá en mí
De repente, otra explosión inundó el lugar. Ahora, el techo bajo sus cabezas se derrumbaba
Thiago: Dale Mar!
Thiago tomó a Mar de la cintura y la levantó sin esfuerzo. Esperó hasta asegurarse de que ella esté arriba por completo. Luego, sus brazos alcanzaron el agujero el el techo. Había subido muchas veces antes por ahí, cuando bajaba con Mora. Pero era distinto. Podía sentir las suaves risas de su hija desde arriba. Ahora no. Sentía los brazos cansados. Pero con algo de esfuerzo, logró subir. Vió las caras de todos sus amigos ahí, esperando. Ya estaba a punto de salir, cuando sintió una nueva explosión, y un agudo dolor recorriendo su cuerpo. Experimentó la sensación de caer.
Mar: Thiago!!!!
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Guardianes de la felicidad
FanfictionLuego de una impactante revelación, los chicos vuelven a estar metidos en un problema, esta vez más grande y peligroso: Juan Cruz quiere destruir Eudamón y sus vidas para siempre, y ellos deben impedirlo. Ahora, armados solo con su fe, su amor, su u...