Capítulo 87

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Capítulo 87: 

La mañana comenzó muy temprano para ellos. Antes de las 6, ya estaban casi todos despiertos. Mar se despertó acostada en el piso, en el lugar que recordaba haber caído noche anterior. Después de la charla con los chicos, se sintió más tranquila, y decidió descansar un rato, Antes, hizo dormir a los bebés, que se habían despertado. Y luego se acostó junto a Thiago. El estaba muy pálido y frío. Mar acarició su cara dulcemente y lo besó. Y cayó dormida.

En la mañana se sorprendió al despertarse y no poder moverse. Cuando abrió los ojos, sonrió. Thiago estaba a su lado, boca abajo, con su mano abrazando a su cintura. Después de todo, él se despertó de noche y la abrazó. Mar se lamentó no haberlo sentido, para asegurarse de que esté bien. Pero verlo así la conformó.

Mar se movió lentamente para no despertarlo. Pero Thiago la sujetaba con fuerza, y no logró salir sin que se despierte

Thiago: Dónde vas?

Mar:Mi amor!!-Mar lo abrazó, y se dijo mentalmente que tenía prohibido llorar- Estás bien? Cómo te sentís? Te duele algo? 

Thiago: Demasiadas preguntas

Mar: Perdón, es que estaba muy asustada

Thiago: Estoy bien. Me duele la pierna y estoy un poco mareado, pero bien

Mar: Tenía mucho miedo… casi me muero

Thiago: Pero gracias a vos estoy acá. Si no me hubieras agarrado, me mataba

Mar: Nunca te voy a soltar

Thiago: Qué hacemos acá? No me acuerdo de nada

Mar le contó todo detenidamente a Thiago, que estaba algo confundido

Thiago: Y qué vamos a hacer?

Mar: No sabemos

Thiago: Voy a hablar con los chicos

Mar:No. Vos no vas a hacer nada. te vas a quedar acá, y cuando sepamos qué hacer te avisamos. Por favor, no te muevas. Te va a hacer peor. Podemos solucionarlo

Thiago: Está bien. Entonces no hay nada acá? Ni siquiera agua?- Thiago dejó de preguntar al ver la mirada de Mar. Y la conocía bastante bien. Sabía que ella se sentía mal por no poder ayudarlo, aunque sea porque no tienen nada- No te preocupes. Estoy bien

Mar:No,no estás bien. Voy a conseguir agua en algún lado

Mar se estaba por levantar,cuando Thiago le agarró la mano

Thiago: De verdad, no necesito nada. Estoy bien. - Thiago lo pensó un segundo- En realidad, si quiero algo

Mar: Qué? Lo que quieras, yo te lo busco

Thiago: Un beso

Mar sonrió y se acercó a él. Lo besó, sintiendo que sus miedos desaparecían

Mar; Eso lo podés pedir cuando quieras. Ahora ya vengo

15 minutos más tarde habían decidido seguir avanzando. Su objetivo era llegar a la ruta, y ahí pedir ayuda.

Con mucho esfuerzo emprendieron de nuevo la marcha. Seguían cansados y hambrientos, y ahora tenían mucha sed. Encontraron un árbol de ciruelas, que hizo que su camino se suavizara un poco. Por lo menos era comida. Mar intentó amamantar a sus hijos, pero no logró mucho. Maira le había dicho que era mejor que les diera mamadera, porque durante el embarazo no había producido suficiente leche. Pero por lo menos logró que dejen de llorar

Thiago y Tacho mejoraron un poco, pero seguían en peligro. Podían caminar solos, pero les costaba bastante. Y para colmo, pensó Mar, tenía de compañía a Azul, que de a ratos lloraba y otros intentaba acercarse a Thiago, aunque estuviera inválido. Pero no habían podido dejar a los chicos ahí

Llegaron a un punto en el que ya no daban más. La sed era abrasadora. Decidieron parar a descansar. Pero los gritos de Lleca los hicieron poner en guardia. 

Lleca: Acá está! La encontré!!

Todos se dirigieron al punto de dónde provenían los gritos, y casi saltan de emoción. Entre unos árboles, muy escondida, estaba su colectivo, el que los había llevado hasta allí en un principio. Federico lo había escondido, y se suponía que él los iba a guiar hasta ella. Pero pudieron encontrarla. Tal vez sí los guió. 

Todos rieron y se abrazaron. Dentro de la camioneta había botellas de agua, comida y medicamentos. Estaba equipada completamente.

Luego de un rato de saciar su hambre y su sed, y de curar a los heridos, decidieron que era hora de ponerse en marcha. De volver a casa

Teo se subió en la camioneta, listo para irse. Pero, por supuesto, no era todo tan fácil. La camioneta no arrancaba. 

Todos protestaron y bufaron. Luca enseguida la revisó

Luca: El problema es el motor.Todavía tiene gasolina, pero el motor se recalentó

Nacho: Y eso significa?

Luca: Que estamos jodidos

Vale:Y no se puede arreglar?

Luca: Sí, puedo probar. Espero que las herramientas que hay nos sirvan. Voy a necesitar ayuda

Mar: Y para qué estoy yo?

Mel: Mar, por qué no dejar que lo haga Luca?

Mar: No! Hace días que espero hacer algo útil. Y yo se de ésto tanto como Luca

Luca: Perfecto. Vamos a trabajar

Todos volvieron a acomodarse para esperar un rato más. Pero tanto Luca como Mar estaban emocionados de poder hacer algo para lo que sirvieran.

40 minutos después de intentar de todo, ya no sabían qué probar. Se les terminaron las ideas

Nacho; Y?

Luca: Nada

Nacho: Loco, al final para qué sirven ustedes?

Mar: Vení a verlo vos,Ito. Seguro que lo arreglás

Luca: Mar, probalo una vez más

Mar: Dale

Mar se sentó en el asiento del conductor, rogando por qué funcione.Giró la llave, pero nada pasó. 

Mar: Dale, por favor. Yo sé que podés

Mar, ya frustrada, dió un fuerte golpe sobre la parte al lado del volante. Cuando de repente,el colectivo hizo un ruido, y luego, el motor se puso en marcha. Mar levantó la cabeza, y sonrió de emoción.

Todos gritaron de felicidad. Luca abrazó a Mar. Y luego, todos se abrazaron entre sí

Luca: Suban! Vamos!

Matías: Y qué va a pasar con nosotros?

Todos giraron hacia los cuatro chicos. Aunque casi ni los conocían, Nico y Cielo los habían educado bien. No los podían dejar solos, en el medio de la nada. Ellos no tienen a nadie en el mundo. No los pueden abandonar

Jaz: Se vienen con nosotros

Juana: Qué?

Pablo: No creo que seamos bienvenidos

Rama: Les aseguro que sí. Tenemos el lugar perfecto para ustedes, en dónde van a ser felices siempre

Matías: Están seguros?

Mar:No se pueden quedar acá solos. Ahora ya están con nosotros. No los vamos a dejar

Juana: Gracias

Pablo: Sí, de verdad

Azul: Sí, gracias

Rama: Suban. Nos vamos a casa

Guardianes de la felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora