Capítulo 42:
Durante media hora, nadie habló. Todavía estaban muy consternados por todo lo que había pasado. De vez en cuando, se escuchaban algunos sollozos, pero nadie decía una palabra. Tacho iba en el asiento del conductor junto con Jazmín, que sostenía a Alai, ya dormida. En los asientos de atrás iban el resto de los chicos. De repente, Tacho dió un brusco giro y frenó de un golpe. Todos lo insultaron y gritaron, pero él salió afuera. Era muy de noche. Hacía frío, y no había estrellas en el cielo
Rama: Me podés decir qué te pasa?
Tacho: Pasa que todos actúan como si nos estuviéramos yendo de viaje, cuando en realidad estamos escapando para que no nos maten. Y no sabemos qué pudo haber pasado con los chicos
Thiago: Ellos van a estar bien…
Tacho: Y cómo lo sabemos? Tuvimos que salir muy rápido. Ni siquiera pudimos ver si el resto pudo llegar a sus colectivos, o si Cielo y Nico pudieron escapar…
Jaz: Bueno, pero ya no podemos hacer nada. Tenemos que seguir
Simón: Jaz tiene razón. Lo mejor es que avancemos lo más que podamos, mientras es de noche. Es seguro que Juan Cruz va a mandar gente a buscarnos, y no nos podemos arriesgar
Nacho: Y a dónde estamos yendo?
Luca: No sabemos
Nacho: Pero el GPS no dice nada?
Tacho: No, marca un lugar en el medio de la nada. Está en Misiones, eso es seguro. Pero no hay ningún pueblo cerca, ni nada que nos indique donde vamos a estar.
Mar: Cielo dijo que hay que seguir la ruta
Nacho: Y qué vamos a hacer con este médico, amigo de Nico? Es confiable?
Thiago: Nico no va a mandar a alguien que nos pueda hacer algo
Tacho: Nico confiaba en Salvador, y terminó siendo Juan Cruz
Jaz: Tacho!
Tacho: Bueno, perdón
Vale: Yo digo que sigamos ahora. Si nos llegan a agarrar, no creo que nos dejen ir
Rama: Sí, vamos
Volvieron a subir al colectivo, muy angustiados, pero a la vez más liberados. Que Tacho haya expresado las palabras que todos pensaban, pero que nadie se animaba a decir, los relajó un poco.
Poco a poco, todos fueron quedando dormidos. El colectivo era bastante grande, pero aún así estaban todos juntos en un sector. Ya habían dejado a mucha familia atrás ese día, y necesitaban sentirse unidos. Un rato después, fueron Mar y Thiago los que se ofrecieron a manejar, así Tacho y Jaz descansaban. Bruno y Mora se habían dormido hacía rato.
Mar: Mi amor, qué va a pasar?
Thiago: No sé. Pero lo importante es que vamos a hacer todo lo posible por estar seguros
Muchas horas, y varios cambios de conductores después, el GPS les marcaba que su destino estaba a 10 minutos
Tefi: Y qué vamos a hacer cuando lleguemos?
Thiago: No sabemos, Tefi
Luca: No tenemos que buscar al amigo de Nico?
Rama: Nico dijo que él nos iba a buscar
Luca: Y de paso hacemos que te revise esa panza
Tacho: Ya llegamos
Todos se asomaron por las ventanas, muy desconcertados
Mel: Cómo que llegamos? Si acá no hay nada
Tacho: El GPS marca acá el lugar
Al bajar del colectivo, estaban más perdidos aún
Mar: Pero no puede ser acá, es una ruta vacía
Thiago: Tiene que haber algo que nos indique cómo ir
Después de 15 minutos de búsqueda y revisión del lugar, estaban igual que antes
Kika: Y si seguimos hasta algún pueblo? A lo mejor tenemos que buscar ahí
Thiago: No, Cielo dijo que no podemos hablar con nadie
De repente, vieron a un hombre caminando hacia ellos. La luz del sol lo hacía parecer una sombra. Pero mientras se acercaba, pudieron distinguir más sus rasgos. Tenía el pelo algo largo y desaliñado. Llevaba ropa holgada, y un bolso colgando. Cuando llegó hacia ellos, ninguno dijo nada. El mismo se presentó
-Hola, mi nombre es Federico. Me manda Nico. Quién de ustedes es Thiago?
Thiago: Yo
Fede: Perfecto.Nico me dijo que vos te vas a encargar de todo
Nacho: perdón, y por qué él?
Fede: Eso es lo que me dijo Nico. Tranquilos, chicos. Yo sé por todo lo que estuvieron pasando, y también sé que deben estar muy cansados y asustados. Pero tienen que confiar en mí
Tacho: Y cómo sabemos que podemos confiar en vos?
Fede: Nico me dijo que podía pasar ésto. Vos debés ser Tacho, no?
Tacho: Sí
Fede: Bueno, Nico me dijo que les diga que la confianza es fundamental para crecer. Y que piensen que nunca está todo perdido. Tras las nubes, el cielo es siempre azul
Finalmente, con ésta frase logró convencerlos
Fede: Bien. No tenemos tiempo que perder. Tenemos un largo camino antes de llegar a su nueva casa
Rama: Qué, no vamos en el colectivo?
Fede: No, porque así los pueden encontrar. Además, no podemos llegar al lugar que vamos con eso
Y así que empezaron a caminar. Federico los condujo un tramo a la vera de la ruta, y luego, en un cierto punto, se adentraron entre los frondosos árboles que crecían sobre el suelo de Misiones. Estaban tan cansados, tenían sed, hambre y frío. Caminaron por más de una hora, hasta que casi no pudieron más. Hasta que Federico les avisó que habían llegado. Y ninguno podía creer lo que veía
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Guardianes de la felicidad
Fiksi PenggemarLuego de una impactante revelación, los chicos vuelven a estar metidos en un problema, esta vez más grande y peligroso: Juan Cruz quiere destruir Eudamón y sus vidas para siempre, y ellos deben impedirlo. Ahora, armados solo con su fe, su amor, su u...