Estaba de más decir que mi familia era un tanto diversa e inestable en cuanto a dónde se les apetecía nacer. Los años pasaron, los días, el tiempo iba tan deprisa, el verano había terminado, ya tenía 16 años, las probabilidades de que los rayos solares llegaran a mí, los últimos días eran un alivio, si alguna vez me pudo haber gustado un poco la fresa, eso había quedado en el olvido, le temía a los lugares pequeños y resultaba ser un tanto insegura si no fuesen por la filosofía de platón.
Mis padres volverían a su rutina: el mismo desayuno integral de mi madre y sus pinturas, que resultasen interesantes, y mi padre; rara vez él desayunaba; su trabajo lo mantenía días enteros ocupado, a veces no llegaba a casa. Su pasión más que un trabajo era ayudar a los demás y así fue como opto por ser pasante en una clínica, llego hacer director y hasta ahora era un Doctor admirable; todo esto cambio luego de que mi padre renunciase al legado de sus Padres adoptivos "La pescadería", quizá estaría exagerando o solo era un berrinche tonto, puesto que no pasábamos mucho tiempo juntos.
De inmediato desaparecían esos pensamientos negativos, debía entenderlo, sabía que, a pesar de no estar mucho tiempo en casa jamás, jamás olvidaba las fechas importantes, como la de mi cumpleaños, el aniversario con mi madre, las reuniones familiares... Ya no era una niña a la que le entretuviese escuchar historias tras historias; ahora me destinaba a estar pegada en mi laptop admirando a Malevy Clinton y su academia de hip hop o ciertamente mi sueño más grande, escribir relatos de los cuales se me hacían muy difícil de terminar; no obstante, de vez en cuando salía con las chicas, ayudaba a arreglar el jardín, me colocaba meticulosa con mis calificaciones o cooperaba con el que hacer u obligaciones que llevaban vivir bajo el techo de mis queridos padres
A la mañana siguiente. Mi papá se despertó más temprano de lo habitual para irse muy temprano. Acostumbraba a ser puntual en todo lo que quisiese; en este caso, era su obligación serlo, era todo un coleccionista mañanero.
Y así fue, sin siquiera tocar la puerta de mi habitación entro a despertarme, no escuche caer el talón al suelo, ni las ondas sonoras de mi oído vibrasen por su respiración, en un santiamén me despertó cantando esa canción que escribió con mi madre, cuando tan solo era una niña, esa misma que hizo que me despertase de pesadillas, sin dejar un rastro de ellas, como si entrase en mis sueños más profundos y cubriese mi somnolencia con un escudo. -Cada pesadilla tiene su despertar y su calma—.
—Mi pequeña Eva, mi niña bonita, despiértate ya, el día te espera, el sol brillará, tómame de la mano, yo no te soltaré jamás, salgamos ya, eres mi luz en medio de la oscuridad, aquí estaré sin dudarlo y sin parpadear.
Su mirada era radiante, como ninguna otra, y me inspiraba paz cada vez que lo veía sonreír. La delicadeza de su alma, era una obra de arte digna de admirar.
Lo miré, dejando ver solo una parte de mi rostro, mientras la otra parte quedaba bajo el cobertor de mi cama.
—Ya basta, papá, ya déjame dormir, no soy una niña. —Dije entonces, evitando reír, lo que me fue imposible.
Mi madre al oír, se dirigió a donde nos encontrábamos, me cogió de un extremo, frotando sus manos suaves en mi cabello, fue por instantes vergonzoso, esto no pasaba muy a menudo; sin embargo, era un momento nuestro, que solo perduro hasta que en ese instante interrumpió un ruido, que no se escuchaba como mi alarma, era ... Aaah, el teléfono de papá, lo cogió alejándose de nosotras.
Le noté preocupado, no cabía duda de que tenía que irse, debía irse. No tuvimos tiempo de platicar ni sentarnos todos juntos a desayunar, sin nada de canciones o lo que fuese, como cualquier familia normal.
—¿Debes irte? Pregunta mi madre. Él asintió dándonos un fuerte abrazo a ambas, dejando partiduras (Es una metáfora para hacer más bonito el recorrido del gesto). Era de esos apretones, rompe huesos que lo caracterizaban, se alejó de la habitación, diciendo:
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Simplemente Eva
Teen FictionLos apegos emocionales son por naturaleza un vínculo afectivo, difícil de explicar, son sensaciones que se crean en el alma y trascienden vidas por vidas. Lo que debemos tener presente es que para avanzar, para encontrarte, es necesario soltar, sin...