Capítulo 26: El vínculo del mañana.

14 0 0
                                    

Jackson.

Sé, estaba comenzando, a sentir el verano. No regresé a la piscina desde entonces; no obstante, habíamos tenido una reunión, en la oficina de mi padre; donde dimos por terminado, el contrato con Daniel, ya no estaría en su club, ambos se hicieron socios y habrían habilitado un nuevo listado, para los que quisiesen entrar, sin ningún costo exagerado; le habían cedido, mi lugar, a Connor. Desde luego, estaba mejorando su técnica y, sin ninguna trampilla, tenía potencial para ganar, no era mi amigo, en lo absoluto; sin embargo, no se podía negar el esfuerzo en las prácticas.

Con respecto, a mi madre, quiso, tirar todos los artículos de natación, las revistas, todo donde me mencionaban, y sin lugar a dudas los premios; fue entonces, cuando lo evite y le aseguré, que nada de ello, me causaba remordimientos, como para echarlos a la basura.

Mi presente, era el resultado de mi crecimiento mental y la natación; aunque no fue mi meta, me hizo saborear el otro lado de la moneda.

Miré, hacia la repisa, y observé el trofeo de la primera competencia, el que no tenía valor monetario alguno, ya que era de plástico; el mismo que mi padre estaba admirando. Su actitud, era más paciente y serena, desde entonces, en ocasiones me daban náuseas, tanto afecto —lo usaba como escudo—. Para no admitir, que de veras su cambio era notorio.

Seguí, yendo en las tardes a hacer servicio en la academia, ya faltaba poco para acabar, con el tiempo previsto; puesto que en última estancia, Connor confesó ser en parte culpable y su castigo fuese el mismo.

Con esto sabréis, que varias tardes compartíamos oficio.

Pasada la competencia, en la que los Roothars, fuimos ganadores, estaba más que seguro, de que llevaba, el hockey en mis venas. Eva, no había estado allí como lo imaginé, no devolvió mi mensaje de voz, ni ese, ni otros que le había dejado por Gmail. No sabía nada de ella, en semanas, hasta que un día, trabajando en el proyecto de mi padre, me enteré, de que nada estaba perdido.

Ahora, podría ver a Eva, desde más cerca, con más cosas en común, ya que mi padre, ahora mismo, y para largo, era el nuevo accionista, de la galería que Emma Lee Morrison, su madre, había hecho crecer en tan poco tiempo; y que ahora, era la encargada en mostrar el arte en Vancouver....

—Hasta aquí, doy por terminado, el aporte de Jackson Wellhipn, en la vida de Eva Scott Lee. No sin antes, agradecerles, por haber llegado hasta aquí, la historia no termina, el personaje principal espera por ti, para que sigáis descubriendo la belleza de la vida. Donde la estrella, más preciada, está dentro de ti.— 

Simplemente EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora