Eva
La luminosidad del día, llegó a mis ojos, provocando que me levantara de un brinco. Se me estaba haciendo tarde, para irme al Rowling, por lo que, me apresure, olvidando desayunar y ni siquiera tuve tiempo de ver a mi madre; estaba tan distraída, tanto así, que cuando la facilitadora de Literatura, me pidió, que le hablara sobre el libro que nos había enviado de tarea; la semana pasada, quede en blanco unos segundos, observando cómo algunos, esperaban, a que soltara unas palabras y que otros simplemente, les costaba mantenerse despiertos, lo cual me provocaba bostezar, hasta que, de por sí recapitule aquella historia y di mi versión más alternativa.
— Rachel, era una mujer extraordinaria. — dije, prosiguiendo. Su imaginación, en aquel tren, era sorprendente; a pesar, de que su ex, pensara lo contrario, fue capaz, de tomar un rumbo, del cual, no le importó arriesgar su vida. Solo, iría por su cometido, su inestable vida, era agobiante, puesto que, ver las cosas a su manera, era una barbaridad.— haciendo, énfasis. Aunque el alcohol, fuese su debilidad, su forma de escapar de los conflictos, sin justificación alguna, su autocontrol era imponente y peligroso; sin embargo, su adicción, no la hizo menos ser humano que cualquier otra persona. De por sí, sin Rachel en Londres, la verdadera cara de Tom Watson, no sería descubierta. —Era una osada. — Terminé de decir.
Suspiros de satisfacción e impropios albergaban en el aula.
—Muy bien, señorita Scott, toma asiento.
Arthur, el chico que nos llevó a casa esa noche, levantó su mano para que me sentara junto a él. No era tan antipático, podría ser buen chico, aunque era muy intenso. Claro que no quería sentarme a su lado, y menos al ver que a su izquierda estaba el arrogante y mentiroso. No le soportaba, me causaba mucha indignación verlo. ¿Por qué está en el curso? No lo puedo creer, ahora me observaba detenidamente, provocando que me intimidara, como si quisiera asesinarme. ¿Eva, qué estás pensando? ¿Asesinarte? Me decía causándome mucha gracia.
No obstante, seguía mirando, y lo estuvo haciendo durante toda la clase. No sé qué pasaba con este instituto, todo el mundo estaba mal.
—Scott, léetelo, seguro te gustará—, sugirió Mónica pasándome un libro que tenía en su escritorio, haciéndome espabilar.
—Lo traeré a la próxima clase. — Inquirí.
—No, es para ti, quédatelo, tengo otras ediciones en casa. —expreso.
—Ok.
—Pronto instalarán la biblioteca —recalcó.
—Vale — afirmé.
Aquella profesora, tendría, unos 45 años. Creería, que era de esas mujeres, que llegarían a casa y esperasen, sentadas en el sofá, a que su esposo, se acercara, con una taza de té, con los pies descalzos y una laptop en sus rodillas. Sus hijos en la alfombra, con juegos didácticos o pequeñas consolas; evitando generarle
ruido a su madre, quien estaría, escribiendo una novela de drama; viendo una serie turca; o, por al contrario, llegaría a su casa y prepararía su propio té. Leería unos cuantos libros, de 154 páginas, visitaría a su familia en invierno, esas que vivían al norte de la ciudad, y volviese a la cama temprano, sin nadie quien la esperase, más que su cómodo dormitorio y su domicilio en Calgary.
Estando en la cafetería, propició un acto indiferente. Al darme la vuelta, vi cómo colocaban una manzana roja en mi plato, sin siquiera poder preguntar, qué de inmóvil. Ya que, la persona que la había puesto allí, era la menos indicada y de la que esperaría cualquier cosa, que no fuese buena.
—Venga, Eva, ya tengo hambre, empecemos a merendar —gritó, Theo a mi distancia. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué era todo aquello, se habría dado cuenta de que la he querido coger? No me dio tiempo, de reaccionar, no era cierto, el chico engreído, Jackson, el más arrogante, sin sentimientos, que he criticado y odiado, desde mi llegada al instituto, que estaba planeando, no me apetecía entrar en sus bromas, no lo aceptaba, le detendría y se la devolveré, sí, eso es lo que haré. Pensaba mirándole directamente, desde mi lugar. Pensaba.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente Eva
Teen FictionLos apegos emocionales son por naturaleza un vínculo afectivo, difícil de explicar, son sensaciones que se crean en el alma y trascienden vidas por vidas. Lo que debemos tener presente es que para avanzar, para encontrarte, es necesario soltar, sin...