Eva
La academia, estaba anunciando, que en dos días; sería el partido de hockey. Folletos, que nos hacían llegar o, simplemente, estaban pegados en los casilleros. Debía dejar las sudaderas en casa, o las estaría coleccionando, y mi casillero terminaría por arruinarse.
De momento, uno de tantos papelillos, tenía al descubierto la cara de Jackson, como si el resaltarlo tendría que ser notorio, puesto que aquel chico de casco era nada más y nada menos que él. Al instante, Briggi estaba ahí, detrás de mí.
—¿Qué crees que haces?—preguntó, con un tono humillante.
—No sé a qué te refieres —respondí, cerrando mi casillero.
—Sabes de lo que hablo. —dijo.
—Se me hace tarde. —Le dejé saber, avanzando.
— No te hagas ilusiones. Jackson, busca en ti lo mismo que en todas, no te creas tan especial, das risa —soltó, con rabia en sus ojos.
Lena apareció enseguida.
—¿Pasa algo?—preguntó, observando a Briggi.
— No, no ha pasado nada. Briggi, quería, desahogarse un poco. ¿No es así? Puedo buscarte una cita, con una psiquiatra muy buena, podría ayudarte a ti también. Ya ves, que a veces estas situaciones enferman. Te entiendo— dije, haciéndole presión a mi mandíbula.
— ¿Qué fue eso?. —pregunto, Lena sonriendo.
No podía, concentrarme en aquel libro, todo estaba dando vueltas en mi cabeza, el mal rato que tuve de Briggi, y sin duda Jackson; no obstante, ver aquellos estantes llenos de libros, me recordaba a Brístol, cada uno de ellos con grandes historias para contar, que debían ser leídas. A veces, solo necesitaba que mi mente se apagara, y me olvidara de todo en horas. Me sentía tan agotada mentalmente.
—Las he estado buscando, tienen que venir, ya —dijo Theo, haciéndonos dejar la biblioteca.
Una gran multitud, de personas, rodeaban el pasillo, puesto que estaban haciendo un espectáculo. No me interesaba, no me prestaría para tener que observar la violencia tan de cerca.
—Acaso ese no es Wellhipn. —expreso Theo.
Me acerqué, enseguida, quedando en medio de los dos. No tenía idea de lo que acababa de hacer, como siempre. Me dejé llevar y allí estaba.
— Para, para — dije con un tono elevado, observando a Connor.
— ¿Quién es esta? ¿Tu nueva gacela?—preguntó en burla.
— Cierra la boca. ¿Qué crees que haces? Sal del medio. Por favor. —dijo a mi espalda.
—No, a menos de que vengas conmigo —dije, sosteniendo su mirada, sin darle importancia al comentario de Connor, al tiempo que veía cómo sus labios sangraban. Y las personas guardaban silencio.
—Muy conmovedor... Venga, bonita, yo voy contigo a donde quieras.
—Te voy a... — insistió, Jackson, yéndosele encima, cuando de repente.
—Ortega a la una— dijeron.
Jackson tomó mi mano y echamos a correr. Hasta que llegamos al recinto de enfermería. Su mano, ahora, sostenía la puerta, sin soltar la mía; quedando recostada a la pared, con el corazón a punto de salirse de mi pecho.
—Lo siento — dijo, notando mi incomodidad. Al tiempo que empezó a buscar si habría algo para curarse. —No es bueno, interrumpir una pelea.
—La violencia corrompe a los demás —dije volteando mi cara.
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Simplemente Eva
Teen FictionLos apegos emocionales son por naturaleza un vínculo afectivo, difícil de explicar, son sensaciones que se crean en el alma y trascienden vidas por vidas. Lo que debemos tener presente es que para avanzar, para encontrarte, es necesario soltar, sin...