Pausa intermediaria.

24 1 0
                                    

La metáfora que agregaré, es solo una historia irreal que un 30 de septiembre llegó a mi cabeza.

Observaba la brisa y sentía el frío del aire en el Banco Mercantil, sentada en unas sillas de hierro, que rechinaban tan solo con un movimiento, mientras esperaba mi turno, personas de aquí para allá y de allá para acá y otras observándome con impaciencia deseando apresurar el registro para salir del lugar, también tenía un poco de prisa, como siempre, pero con ansias espere mi primera tarjeta de crédito, mi primer documento legal. Tiempo en el que pensaba.

Aproximadamente en el siglo XI a.C. en Beijing, existía una familia de nacionalidad Asiática y Latina que vivían en un refugio cerca de un vertedero. Eran esos tiempos de pobreza extrema, donde tenían que moverse para no morir de hambre.

Empezo el invierno, lluvia tras lluvia, perdón, si ha de llamarse lluvia al aguacero con relámpagos, que parecían granizo, miles a millones centenares de moléculas de agua, para los que fueran de clase, media y alta en esa ciudad, estaba de más decir que era fácil movilizarse. Las empapadas de agua y el mal olor, traían grandes consecuencias consigo.

Al contario, el verano lo disfrutaban con libertinaje al irse todos en un carrito que su padre habría construido para llevar sus pertenencias y a sus pequeños. El invierno era para largo, le dio un giro a Jai-ven y su familia, que acostumbraban salir a vender cualquier objeto viejo, necesitaban irse antes de que empeorara todo, entre estrés y desespero el hombre tuvo una gran idea, cuando la lluvia se calmó un poco, recorrió el basurero con cautela e inteligencia, vio a distancia un tubo de hierro manchado, unos pedazos de lo que pareciese alambres y corrió en seguida a su refugio, cogió del catre una de dos sabanas viejas que tenía extendida.

Su esposa se preguntaba qué era lo que pareciese un techo. El hombre, con una gran sonrisa, le dijo: Solo usa —Palagua—, lo amarró a su carrucha y emprendió su camino, llamando la atención de varios habitantes del lugar, los cuales, ofrecian 8 yuanes por uno igual.

Desde entonces fue creciendo su economía, su estabilidad; gracias a aquella idea que llegó un día para hacerle frente a la llovizna; dando visibilidad. Fue entonces donde la lengua latina, revirtió su acento —Para agua—, y se inventó lo que llamamos —Paraguas—.

La letra S fue la auxiliar para apuntar qué sería por su familia (plural). Ese hallazgo le dio mejor vida a su familia y compartió su invento al mundo.

Yéndonos al desastre que ocasionaba tanta lluvia, muchos estudios científicos armaban un rompe cabezas, de cómo evolucionaba la naturaleza, sin olvidar que aunque hay muchos descubrimientos hay otros que quedan inconclusos y se trabaja en ello, la creación humana, encontró un motor mucho más que el cofre de los recuerdos, el cambio genético, puso a desarrollar las capacidades cognitivas del cerebro, siendo así que es lo más poderoso que tenemos y no solo para controlar los movimientos, la memoria y las emociones, va mucho más allá de lo que nos podemos imaginar.

Todo ser racional le superabunda la inteligencia.

El trastorno no tiene pies, ojos, ni distinción humana alguna, no elige a quien reclutar y a quien no, esta va más allá de lo visto, son factores genéticos y ambientales estos se relacionan e interfieren el riesgo de desarrollar esta patología en las personas más vulnerables, diciendo dolo de una manera más directa el cuerpo humano emite alarmas, que tienden hacer conectadas con cada átomo del sistema nervioso esta enfermedad, porque sí, es una enfermedad compleja, como bien dice la "Revista Cúpula del 2014" totalmente definido en Google, trae consigo diferentes procesos en los que provocan pérdidas de tiempo significativas, comportamientos que están fuera de sí, y que de cualquier forma hacen ver que no hay nada bien en ti, no era un alienígena, pero sí me sentía como un bicho raro. Esta afección la ligamos con el adjetivo —Demente—, el cual proviene de diversos sinónimos como el estar — loco.

El origen de esta corta palabra en el latín elucus significa somnoliento. Y aquí, es donde se debe a cómo ha evolucionado esta insignificante palabra, el sentido que se le daba y se le da a sustantivo locura.

Como mencione anteriormente el estar —Loco— bajo la teoría de trastorno es un estado irracional que llega a extenderse superando el pensamiento racional, dejando ver pensamientos negativos, desórdenes mentales que provocan más y más ansiedad, deseos suicidas, pensamientos recurrentes sexuales u obsesiones llevando a realizar comportamientos repetitivos inmanejables si no son tratados antes. De por sí lo han modificado a "Problemas mentales", ya que en el siglo XIX la —locura—.

Por otro lado, en distintas facetas de la vida; el estar enamorado y es descrito como un estado extremo de obsesión, por alguna cosa, objeto o persona; sin embargo, este tema abarca todo lo que no está bien, lo que no tiene límites, y eso se alarga a una serie de comportamientos míticos.

RECORDATORIO.


 Todo ha tenido su arte constructivo y destructivo en los ojos de diversas mentes biológicas y químicas, de la neurociencia.

Simplemente EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora