Día uno: ¿Es la primera vez?

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Estoy emocionada por empezar este Fictober :D, no saben cuanto, tengo varios caps planeados! debo decir que este es uno de mis favoritos por ahora.

⚠️Advertencia: Reencarnación de personajes.
⚠️Mundo moderno.

Anubis no sabía bien que pensar sobre el nuevo niñero que sus padres habían contratado para cuidarlo esa noche. Lo cual, por cierto, lo ofendía muchísimo.

¡Tenía ocho largos años! ¡Podía cuidarse solito!

Pero no, sus papás habían decidido que mientras ellos se iban a un lugar del cual no le dijeron nada – aunque, con lo inteligente que era, supuso que no era un asunto divertido, considerando que su padre no paró de llorar mientras le explicaban que se irían unos días, por lo que él se quedaría en casa con otro adulto – otro mayor tendría que cuidarlo y él no entendía por qué.

¡Él era grande! ¡Ya sabía recalentar comida, llamar a emergencias, sus horarios de sueño y bañarse por su cuenta! ¡También era consciente de las reglas de no hablar con extraños, no abrirles a extraños, no salir muy de noche y nunca, pero nunca, jugar con fuego o con la hornalla de la cocina!

Él conocía esas cosas, las tenía bien grabadas en su mente, entonces ¿por qué necesitaba un niñero?

Se enfurruñó en el sofá mientras pensaba que no era justo. Sus amigos no necesitaban niñeras, ellos se cuidaban solos cuando sus padres salían -por supuesto, no más de una noche – él era el único bebé que aun necesitaba ser vigilado.

—Anubis...—los cálidos dedos de su madre acariciaron sus mechones oscuros –un rasgo que compartían – con ternura, a la par que le miraba con diversión y un poco de exasperación. —Se que no quieres un niñero, pero por favor no hagas esto más difícil ¿Sí? Prometo que será solo estos dos días. Eres nuestro pequeño cachorrito y no queremos que nada malo te suceda mientras no estamos.

Era difícil llevarle la contraria a su mamá cuando su mano seguía haciéndole pequeños mimos, cuando lo llamaba con ese apodo cariñoso o cuando decía algo que le sonaba lógico a su mente infantil. Si hacía una combinación de las tres cosas...bueno, estaba perdido.

—Bien. — exclamó desganado, aunque ya no estaba haciendo pucheritos. Simplemente se sentó como un buen niño esperando que llegara la hora en la que conocería al misterioso hombre.

Eso era lo peor, como era una salida de último momento, su niñera habitual no pudo ser contratada, por lo que sus progenitores tuvieron que recurrir a un completo extraño – lo cual era muy tonto ¿no sé supone qué él estaba siendo cuidado para evitar que tuviera contacto con extraños? – para que le cuidase.

Iba a preguntar algo cuando el timbre sonó, provocando que su madre cortara el contacto para ir a abrir. Hubiera gemido por la pérdida si no fuera porque justo su padre había salido de su habitación, tomándole en brazos, lo que hizo que chillara por la sorpresa.

—Mi bebé, eres mi bebé, mi pequeño bebé. — su padre repitió las palabras contra su pequeño oído a la par que lo sostenía como si aun fuera un pequeño infante, lo que provocó que todo su rostro se pusiera de un tono rojo. —Eres mi bebé ¿quién es mi bebé?

Iba a quejarse de que ya estaba grande para ese juego, sin embargo, ver los ojos azules de su padre llenos de tristeza le provocó una extraña sensación en el pecho. Por alguna razón su progenitor había estado muy deprimido los últimos días, llorando cuando creía que él no le veía. No entendía exactamente el por qué, pero algo le decía que estaba pasando algo muy, muy serio y que no era momento de sacar su carta de niño mayor.

—¡Yo soy tu bebé! — se señaló a si mismo. Esto tuvo una reacción interesante, dado que su papá lo alzó aun más alto, llenando de besos toda su carita, como hacía cada que tenía que ir al trabajo y ya debía despedirse de él.

╰┈⫸𝐃é𝐣à 𝐕𝐮⫷┈┈╯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora