╰┈⫸𝐃é𝐣à 𝐕𝐮⫷┈┈╯

Día 14: El secreto está en los lugares

⚠️Reencarnación de personajes
⚠️Relacionado con el cap "Objetos Antiguos"

-¿No es esto divertido, Anubis? Hoy vienes al trabajo con papá-le dio una sonrisa a su padre, quien se aferraba a su brazo como una colegiala, mientras trataba de ocultar la mueca de aburrimiento que se formó en su rostro desde que el primer encargado de esa reunión tomó el turno para hablar.

Siempre le emocionó el trabajo de su progenitor - un investigador de las antigüedades de la mitología egipcia - y siempre había soñado con hacer algo parecido a él, hacerlo de su mano era simplemente mágico...pero ahora tenía dieciséis años, y lo que antes sonaba divertido ahora ya no tanto. Eso no quería decir que lo fuera a decir en voz alta, no iba a arruinarle la ilusión a su querido padre solo porque las mil charlas previas a la actividad de la que formarían parte fueran un manantial de aburrición.

Era sorprendente que, la universidad donde trabajaba su padre Thot, hubiera armado una actividad padre e hijo donde se podía excavar en una vieja arquitectura que previamente había sido controlada para verificar que fuera segura (y que no tuviera objetos demasiado valiosos que se pudieran robar) para todos los participantes. Técnicamente él no tendría que estar allí porque no era alumno, mas su progenitor era miembro del personal y había insistido mucho, por lo que hicieron la vista gorda al verlo entrar de su mano.

Por supuesto, era el único adolescente entre gente de entre veinte y cincuenta años.

Bueno, no había nada que pudiera hacer, el tiempo de negarse había pasado hace rato y no iba a desilusionar al hombre que ayudó a darle vida simplemente porque los encargados hablaban y hablaban y hablaban hasta el punto de causarle sueño.

¿En serio necesitaban explicar tanto? Era bastante sencillo lo que tenían que hacer: colocarse el material de protección, tomar las herramientas previamente seleccionadas y ponerse a escarbar hasta encontrar algún objeto importante o hasta que el tiempo terminara. No había mucho más que hacer en realidad, por lo que veía tanto palabrerío como innecesario.

-No pongas esa carita, ya casi termina. - Ay ¿era tan notorio? Hizo un pequeño puchero mientras su papá le acomodaba el traje que debían usar obligatoriamente. -Vamos, ánimo. Es nuestra primera actividad padre e hijo desde que saliste de primaria.

-Papá, eso es mentira. Siempre tenemos actividades padre e hijo. -ladeó la cabeza cuando notó como los ojos azules de su padre se tornaron melancólicos. ¿Había dicho algo mal?

-Lo sé, lo sé, pero me refiero a mi trabajo. Me hace feliz que lo veas de cerca, quiero que te sientas orgulloso de lo que hago, me haría feliz. -Su padre golpeó un punto en su corazón. Era bueno para hacerlo.

Hizo otro puchero.

-Siempre estoy orgulloso de mi padre. - casi pega un grito cuando fue llevado a un apretado abrazo de oso que solo su madre y su padre podían dar. Rojo como remolacha ante la idea de que todos vieran, comenzó a fingir toser para que lo soltaran, cosa que funcionó. Soltó un suspiro de alivio, en verdad - aunque no lo pareciera - su progenitor era muy fuerte.

-Te adoro, mi Bis. -Sonrió enternecido, antes de volver a poner atención a la aburrida charla. Cuando acabó casi salta de felicidad, más aún cuando fueron guiados dentro de la estructura, tomando cada uno un lugar para empezar el trabajo.

Casi todos se pusieron al orden, empezando a cavar y buscar cualquier cosa que fuera valiosa o que pudiera ser parte de alguna historia. Él, por otro lado, se fue a un rinconcito un tanto alejado, jugando un poco con la tierra, viendo que podía encontrar.

Realmente no creía que allí hubiera algo único, pero al menos una vasija estaría bien. Tal cual, como a Thot, a él también le gustaba mucho las diferentes mitologías del mundo, así que incluso una simple baratija serviría para llevar a su casa y colocarla de adorno en el estante de su habitación.

Manos a la obra, estuvo un rato haciendo lo que se esperaba, añadiendo el tomar notas sobre algunos datos interesantes que eran dichos por el nuevo profesor que recientemente la junta escolar había contratado. Era un hombre curioso de cabellos rojos que sabía mucho sobre datos del pasado. Le había caído bien desde la primera vez que lo vio cuando fue a una reunión que la universidad había realizado para ayudar a los jóvenes a la elección de futuras carreras y darle a todos un pequeño vistazo a la vida universitaria.

Por alguna extraña razón, a su padre no le agradaba en nada, lo cual era raro porque a Thot le agradaba todo el mundo.

-¿Buscando algo interesante? - casi saltó hacia atrás cuando la persona en la que estaba pensando apareció de la nada. Se detuvo antes de hacerlo, mirando al señor Savant con una mirada molesta. - ¿te asusté?

-No. -mintió. La verdad que saliera de la nada si fue algo terrorífico. -Y si, busco algo que pueda llevar. Una vasija o algo así, quiero ponerlo como adorno en un estante que tengo en mi recámara. - ¿por qué entraba tan rápido en confianza? Se extrañó un poco por ello.

-Entonces te recomiendo buscar allá. -Colocó su vista donde ese dedo señalaba, viendo tierra plana y seca. No se veía como un buen lugar. -se lo que piensas, pero ¿quién sabe? Quizás encuentres la llave a otro mundo. - sin más se fue, alejándose de allí.

¿Qué perdía con intentarlo? Nada ¿verdad? Por lo que tomando sus cosas se movió de lugar, repitiendo de nuevo el proceso de escarbar y escarbar, realmente esperando no conseguir absolutamente nada.

Sus ojos se abrieron en grande cuando notó como su rasqueta chocó contra algo duro. Rápidamente la dejó de lado para no dañar lo que sea que hubiera debajo (¿tal vez un jarrón? ¿o alguna piedra más dura?) tomando su pequeña pala para mover con más delicadeza; removió y removió hasta que incluso sus manos se ensuciaron, pero finalmente logró sacar el delicado objeto que se escondía bajo la tierra.

Fue sorprendente cuando se vio sosteniendo una máscara de quien sabe cuantos años (si es que era real, podía ser puesta en broma por alguien). Mirándola bien, parecía vieja y era un poco pesada, con una forma de chacal que le recordaba vagamente a dioses del antiguo Egipto, como Anubis, que irónico que tuvieran el mismo nombre.

-Te dije que encontrarías algo interesante. - No hizo caso a esa voz masculina mientras limpiaba la tierra de la preciada joya que había encontrado, notando los relieves en dorado de la máscara y lo oscuro de la misma. ¿Realmente había encontrado algo antiguo o era alguna cosa falsa? -Parece que va con tu nombre y estética ¿por qué no te la colocas? -Miró al señor Savant y luego a la máscara y de nuevo repitió la acción, pensando en los pro y contra.

Al final, los pros ganaron sobre los contras.

Como si viviera un déjà vu, colocó el delicado objeto en sus cabellos, y de repente fue como si todo el tiempo se congelara.

Neftis, Seth, Osiris, Isis, Horus, Khnum, Thot, Maat, Ra...todos ellos y más eran reales, dioses reales. Pudo ver su crianza amorosa bajo el manto de sus padres, las vejaciones a Seth, su locura, la tragedia que golpeó su vida, Osiris jugando con él, manipulaciones, magia, maldiciones, las almas, el Duat, el agotamiento, el sentirse perdido, el querer irse, el desvanecerse...

Todo, absolutamente todo, volvió a su mente, desbloqueando cada pequeño recuerdo reprimido en su psiquis.

Tuvo que apoyarse en una pared cuando todo fue demasiado.

-¿Anubis? ¿Hijo mío? - la voz de Seth, no, la voz de su padre lo sacó de ese bucle de pensamientos que se formaron una vez comprendió que él era literalmente Anubis, un dios relacionado con la muerte. -¡Hijo! ¡¿Estás bien?! - ¡¿Cómo demonios iba a estar bien?! ¡¿Cómo?! Las palabras estaban por salir de su boca cuando una figura de cabellos blanco azulado se interpuso entre ambos.

Miró estupefacto la figura de su padre.

Un momento...

¡Thot ahora era su padre!

-¡¿Tu hijo?! ¡Es MI hijo! - La cabeza le dolía lo suficiente como para no notar el tono posesivo en esas palabras. -Y no dejaré que te le vuelvas a acercar, nunca. -¿ese fue un gruñido? No lo supo, porque su papá - Thot. Thot era su papá. Seth era su padre, pero Thot era su papá, al menos ahora. - Lo apoyó sobre su hombro, sacándolo de allí.

Algo le decía que las cosas solo se pondrían más difíciles de ahora en adelante.

/¿se vendra la guerra de papás? *emoji pensantivo*