Capitulo 1

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Quinn

Una de mis grandes debilidades siempre será mi hermana pequeña Blake. La amo demasiado y haría lo que fuera por ella, mi amor no tiene limites..., o eso era lo que intentaba recordarme en ese preciso momento.

—Estate quieta Blake—Le pedí por doceava vez consecutiva. La tomé por la barbilla para que me mirara—Estas agotando mi paciencia.

Hizo una especie de puchero.

—Perdón—Se disculpó, pero era también la doceava vez que lo hacía—¡Es que estoy nerviosa!—Añadió de repente en un tono un poco alto, se alejo de mi y se puso de pie para comenzar a caminar de un lado a otro.

Yo por mi parte dejé a un lado de la cama las cosas de maquillaje y me giré para observar como mi hermana comenzaba a perder la calma. Era raro verla así, es decir, siempre parecía como nerviosa, pero en un sentido más alegre, como de pitufo.

Esa noche solo era nerviosismo normal, si es que eso tiene sentido.

—Blake, relájate—Le dije, pero ella siguió yendo de un lado a otro—Ahora.

Ella se detuvo frente a mí, vi como por un segundo volvía a re-conectar con la realidad.

—Perdón—Repitió.

—Deja de disculparte y ven aquí—Se acercó y se sentó a mi lado, eso si, sin mirarme. Yo igual clavé la vista en ningún punto en específico—¿Me dirás qué te sucede?

—Voy a tener una cita con Tommy.

—Lo sé.

Y no era que la idea me agradara mucho, pero a ella realmente le gustaba y una parte de mí sabía que ese tonto sentía lo mismo. Llevaban semanas hablando a través de textos y haciéndose llamadas el uno al otro, no eran nada todavía y ya empalagaban demasiado. En fin, se supone que esa noche en la que mi hermana desvariaba sería la noche de su primera cita y yo como buena hermana mayor se supone que tenía que ayudarla con todo.

Eso hice, días atrás ambas habíamos ido al centro comercial a comprar ropa nueva y un set nuevo de maquillaje. Que era el que le había estado intentando aplicar en esos momentos y que cuando apenas iba por la sombra para los ojos Blake enloqueció.

—Tengo miedo de que todo salga mal—Admitió Blake después de unos segundos de silencio. Se giró hacía mí, yo igual me giré para observarla y no me gustó lo que vi.

Tendría que intentar animarla.

—Lo peor que podría pasar es que no los puedan bajar de la rueda de la fortuna—Bromeé, pero ella no sonrío—O que descubras que es un vampiro.

—Esto se te da fatal—Me dijo, pero pude ver en sus ojos que su animo había subido—Además, nada de eso puede suceder o saberse si no voy.

Ah no, de eso nada, me había hecho perder dos horas de mi valioso tiempo y no me haría perder un poco más al llevarla a la maldita feria del pueblo por nada. Blake iría allí, aunque tuviera que arrastrarla por una de sus orejas.

—Claro que irás—Le dejé claro, ella negó—Si... ¡Blake!—Se puso de pie e intentó huir de la habitación la alcance en el marco de la puerta y la detuve por los hombros.

—¡Quinn!.

—Irás.

—No.

—¡Si!

Se hizo el silencio. Nos quedamos viendo las dos por un rato, la verdad era casi como verse en un espejo, uno un tanto distorsionado. Mi hermana era un poco más alta que yo a pesar de ser la menor, su cabello era de un castaño más oscuro y corto por lo hombros mientras que el mío casi era rubio y un tanto largo; Su rostro más aniñado y el mío... bueno ,no es que me viera como una vieja, pero si más maduro que el de ella. 

Dylan y QuinnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora