Wells en Ravens Valley

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KIRA'S P.O.V

El día escolar acabo rápidamente, no se perdieron de nada, si quitas el hecho de que por primera vez en semanas, entre a todas mis clases. Chuck esta sentido y no me hablo, Alex estuvo nervioso y yo estuve cansada. Vaya trío. Al salir de la escuela subimos a mi auto, el cual no puse en marcha hasta que vi a Chuck salir del estacionamiento. Pude ver la cabeza de una barbie plástica en su asiento del copiloto. Suspire negando con la cabeza y deje que Alex me dirigiera hacia su casa.

Bajamos por treinta minutos a lo más bajo de la ciudad, se veían chicos no más grandes que yo discutiendo a gritos, una que otra pelea, uno que otro vagabundo, incluso uno que otro chico compartiendo droga, canjeando la, vendiéndola. El cielo nublado parecía estar hecho para este contexto, me pregunte cuantas historias habría aqui. Me espanto saber que mientras yo estaba haciendo nada en mi casa, Alex tenía que estar aquí. Me asusto al punto de querer pedirle que se mudara conmigo, pero me lo guardare para después.

Me gustaría decir que me sorprendí ante la Mansion que tenía en frente una vez que llegamos, pero no, era una casa blanca sin nada que resaltar, incluso me atrevería a decir que estaba descuidada y la pintura se empezaba a descarapelar. Alex toco fuerte sobre la puerta de metal tan oxidada que le dejo un manchón naranja en la mano, se veía nervioso, se veía irritado y nervioso.

La puerta se abrió con un chirrido, una mujer de unos 40 años me miro a los ojos, la mire de vuelta sin inmutarme. Tenía el cabello Rubio ceniza y los mismos ojos de Alex, sus labios estaban fruncidos remarcando las arrugas alrededor de ellos, su frente también estaba arrugada y sus ojos tenían unas ojeras profundas de un color violeta, más bien berenjena.

-No sabía que vendrías con compañía.-Le dijo a su hijo mientras me escaneaba con reproche, no supe si el reproche era para mi o para el.-No me gusta, no pertenece aquí.-Alex cambio su semblante, paso de ser el ser humano más nervioso a estar enfurecido.

-Es precisamente por eso que la quiero.-Le dijo entre dientes, su mama lo fulminó con la mirada y yo seguí petrificada. No sabía que se suponía que tenía que hacer, había venido como apoyo, pero nunca si quiera imagine con conocer a los padres de alguien, mucho menos si dichos padres son casi la mafia. Alex tomo mi mano y nos adentramos en su casa.

La madera rechinaba bajo nuestros pies, mis zapatos sonaban haciendo evidente para su madre que estaba ahí, le gustará o no. Mire a mi al rededor, los sillones estaban mullidos y viejos, incluso tenían ciertos hoyos, la cocina estaba repleta de cosas que no van en una cocina y no vi ninguna habitación donde se pudiera dormir. Definitivamente le pediría que se mudara conmigo.

-¿Que necesitas conmigo mama? -Su madre me señalo con la cabeza y Alex estuvo a punto de hablar, seguro para impedir que saliera de la sala a la cual acabábamos de entrar, negué con la cabeza y le dije que estaba bien, necesitaba encontrar su habitación y sacar sus cosas. Así de asustada estaba. Deje de escuchar su conversación en los primeros escalones, me sentía en una película de espías. De repente la idea de que no era una película, de que esto de verdad era peligroso me paralizo por unos segundos.

Llegue a la segunda planta, un olor a podredumbre me llenó las fosas nasales, incluso me pregunte si habría un muerto por ahí. Abrí la primera puerta que vi con cuidado de que no rechinara, en el momento en el que la puerta se abrió me di cuenta que no sabia si había alguien en casa además de su madre. De verdad esperaba que no, no había manera de que acabara bien si si había alguien mas. La puerta se abrió sin chirrido alguno, revelando un olor mezclado de perfume de mujer y colonia de hombre barata, mezclado con olor a encerrado y tabaco, por omitir otros olores. Me apresure a cerrar y seguir mi camino, no sin antes verificar que nadie estuviera viniendo

6 meses para vivir [Terminada.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora