La pelea.

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KIRA'S P.O.V

Salí del baño envuelta en una toalla negra, más negra que mi alma. Los baños me despejaban, pero este no había logrado mucho, aunque había llegado a una conclusión; Que todo salga como se supone que lo haga. ¿Para qué matarte pensando algo si va a pasar como se supone quieras o no? Sólo los idiotas lo hacen, y puede que sea idiota, pero no tanto.

Entre a mi cuarto y vi a mis dos chicos, les dedique una sonrisa y sólo Alex me la devolvió. ¿Lo ven? Ya se le paso. Chuck le señalo la puerta a Alex y este salió como preocupado, fruncí el señor y me senté en la orilla de mi cama esperando a que mi pelinegro amigo me dijera que carajos tenía ahora.

-¿Y bien? -Le dije confundida, el no se había movido ni un milímetro y sinceramente me estaba comenzando a dar frío. Le cortare las bolas si por su culpa me da gripe.

-¿Porqué le hiciste eso? -Lo había entendido a la perfección, pero preferí fingir inocencia, claro que eso con Chuck no iba a servir pero ya que, no tenía nada más que hacer.

-No se a que te refieres.-Dije por fin parándome y metiéndome en el closet, era lo suficientemente grande como para poder vestirme cómodamente. No es por presumir, pero mi casa y en especial mi cuarto, son bastante grandes. Supongo que son las ventajas de que tu madre sea una magnate neoyorquina a la que no le importas, pero no le vales del todo.

-¿PORQUÉ TENÍAS QUE DECIRLE ESO A ALEX? -Me grito, Chuck nunca o casi nunca me gritaba en serio. Trague saliva y desvíe la mirada, salí ya vestida y lo mire con vergüenza.

-¿Que se suponía que le dijera? -Lo mire frustrada, no sabía que quería o porque le molestaba tanto, ni siquiera era su maldito asunto.

-El te iba a pedir, se suponía que aceptaras.-Me dijo enojado, frustrado y paseándose las manos por el cabello despeinando lo, realmente no sabía porque pero había algo en lo que había dicho que me había prendido hasta los huesos.

-¡¿SE SUPONÍA!? ¿PORQUÉ CARAJOS SUPONES ALGO SIN SABER LO QUE QUIERO? -Le grite, eso era lo que me molestaba. ¿Porqué todos decidían por mi? ¿Qué mi opinión no les importaba en lo más mínimo? -Mira, esta para comérselo, es lindo y todo, pero es el tipo de persona que querría como te quiero a ti.-De nada sirve gritarle a alguien como Chuck, sólo se empeora todo.

-La verdad Kira, eres imposible, ¿Porqué no simplemente te dejas querer? -Ojalá pudiera, de verdad que quisiera, pero no me nace.-No todos son malos, no todos te van a herir y si lo hacen, sabes que yo estaré ahí.-Me dijo con lástima, odiaba la lástima, pero en cierta manera me sentía mejor cuando alguien la tenía por mi, me sentía comprendida.

-No es eso, Chuck.-Le dije suspirando, ¿Cómo explico que estoy perdidamente enamorada de recuerdos y sueños que ni siquiera se sí son o pudieron ser reales?

-¿Entonces que es? Si es lo que creo que es, estas mal. Te mereces a Alex y más, puedes hacerlo feliz y puedes serlo tu también, no hay necesidad de huir.-Me dijo, quizá fue la forma en la que sonó, como el padre que nunca tuve, quizá fue lo que dijo, el punto es que me irrito de sobré manera. Sentí como si fuera patética, sin sentido, sin previo aviso.

-Cállate.-Le dije simplemente, otra vez estaba cansada. Quería irme, quería manejar ese precioso Audi a todo lo que da, quería embriagarme y perderme en el absoluto éxtasis del líquido, hacer lo que quiera sin sentir nada más que libertad. Me perdí por tantos minutos que no supe que Chuck me hablaba. Si tan solo Alex no me quisiera, podríamos hacer tantas cosas, tendríamos solamente tiempo, sólo para los dos, pero no puedo prometerle algo que no le voy a dar.

-Vas a ir y a decirle que era broma y a aceptar, ¿Entiendes? Es por tu jodido bien Kira, ya me lo agradecerás.-Oh no, el Cabron no acababa de decirme que hacer, y mucho menos con este tema.

-Eres un idiota Chuck, un idiota y un Cabron. A veces estoy triste por no tener papa, luego recuerdo que podría ser como tu y se me pasa.-Le dije, quizá me había pasado. En efecto, me miro lastimado y se limitó a decir por lo bajó;

-Yo sólo quiero lo mejor para ti.-Sin querer las lágrimas me traicionaron y salieron libres por las mejillas. Me sentía cansada, me sentía una mala persona y a pesar de saber que no lo estaba, me sentía sola. Sentía que estaba sola y que sólo una persona me podría quitar el sentimiento, pero sentí que esa persona no existía. Chuck se acercó y me abrazo, las lágrimas se hicieron más intensas igual que mi agarre.

-Ya lo se, pero no con el. Quiero, de verdad que si, pero no puedo.-Le dije sincera, lo sentí suspirar y me hizo verlo, sabiendo que odiaba que me vieran llorar. Eso era otra cosa que quería dejar de hacer y no podía, coño.

-¿Con quien si no con el? De verdad te quiere, te quiere tanto como se puede querer a alguien en semana y media.-Hizo una pausa dramática y puso su tono chismoso.-Y me han dicho que te puedes enamorar en menos que eso.

-Ya lo creo.-Dije pensando en los miles de recuerdos que tenía de un chico inexistente, mi corazón dolía físicamente de sólo recordarlo, era como si alguien hubiera muerto. Finalmente camine hacia mi puerta dejando a Chuck con los brazos abiertos y la confusión del mundo en su rostro. Saliendo al pasillo me encontré a Alex dormido, se veía lindo y medite mis decisiones. Era como si cada vez que lo intentara, algo me hiciera falta.

-Nos vamos.-Dije despertando lo, el rápidamente se levantó y me sonrió con esa sonrisa mañanera, sólo que eran las 6 de la tarde. Su sonrisa me hizo la vida mejor y la conciencia más pesada, si es que eso era posible. Le sonreí con culpa.

-Ya sabes que voy a donde tu sin importar que, pero me pica la curiosidad. ¿A dónde vamos? -Me dijo Alex ya una vez en el coche, no le conteste porque no lo sabía, sólo sabía que quería irme, irme lejos y quería dejar de estar sola. Quería dejar todo de lado, aunque fuera por unos segundos. El se encogió de hombros y miro por la ventana.

La radio sonó con un playlist de los 80, nunca nadie lo supo, pero era mi música favorita. De algún modo, es la que más pasión tiene. ¿Dónde quedaron los hombres con esas palabras? ¿Dónde quedo ese sentimiento y devoción hacia alguien? A tu lado. Dijo mi subconsciente. Subconsciente de mierda.

Escuche las canciones atentamente, ignorando las miradas que a veces me dirigía Alex, sentía como de vez en cuando unas lágrimas surcaban mi rostro, de verdad me sentía abrumada y no sabía porque. Pare en una carretera, como a dos horas de la ciudad, Alex no se quejó en ningún momento.

Nos bajamos y sin esperarlo me tumbe en el pasto de la pequeña pradera que ahí había, eran las 8:30 pero parecían las doce de la noche, me di cuenta de lo precioso que se veía el cielo sin las luces de la cuidad. Por más que amara la ciudad, el aire frío convirtiendo el concreto y tu cuerpo en uno, jamás iba a gustarme nada como este cielo, tan lleno y extenso como la vida misma.

-Es precioso.-Dije sin poder evitarlo, Alex a lado de mi se removió un poco y sentí la brisa helada recorrer mi cara hinchada y mojada. Ya no quería alcohol, sólo quería recostarme ahí y dormir la eternidad, no tenía ganas de nada más por un buen rato.

-Es más que precioso.-Me gire a verlo, pero el no miraba el cielo, me miraba a mi. No es como en los libros, no es lindo y no me dio ganas de dejar todo atrás sólo por el, me hizo sentir incómoda y me dio tristeza, quería sentir lo mismo por el.-Perdón.-Dijo notando mi incomodidad. A sabiendas de que no debería, lo abrace de lado y recosté mi cabeza sobre su pecho.

-Perdóname tu, te mereces mas de lo que te puedo dar.-Le dije somnolienta, su loción me arrullaba, me imagine, con un chico de ojos azul como el mar, sus manos acariciando mi cabello en una casa llena de luces neón, su olor mezclando se con mi aliento. No era Alex, nunca sería Alex.

-Prefiero lo que me des, al todo de cualquiera otra.-Sin tiempo de procesar su comentario mis ojos se cerraron y me fundí como un pedazo más de oscuridad, siendo Alex la estrella que brillaba por ambos.

6 meses para vivir [Terminada.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora