Desvelos (Roberto Musso x Gustavo Antuña)

Capítulo 25

El día de partida llegó. Los miembros del Cuarteto de Nos y algunos de sus familiares se encontraban en el aeropuerto de Montevideo. Tocar en vivo en otros países de Latino América de por sí ya era algo con lo que jamás soñaron, e ir a otro continente, menos.

La gira de Apocalipsis Zombi por España había estado en la mente de ellos desde hacía meses; si bien ya habían cruzado el Atlántico más de una vez desde que se volvieron famosos internacionalmente, seguía siendo una experiencia fascinante y emocionante para cada uno de los integrantes.

Aún faltaban como dos horas para subir al avión, no obstante, era mejor llegar temprano ahí para que ningún imprevisto sucediera. Como era de esperarse, Roberto Musso era el que quería estar ahí lo más temprano posible y ya no estaba tranquilo en su casa.

Si algo me desespera es esperar...

Llegó al aeropuerto con Laura, Federica, Ricardo Musso y Alvin Pintos. La costumbre de despedirse de su hija y ex-esposa cada vez que él iba a irse de gira seguía intacta.

—Ahí está Gustavo, Rober —señaló Laura cuando estaban por llegar al área de equipaje, el guitarrista estaba parado frente al monitor donde enlistan el horario de salida de los vuelos.

El corazón del vocalista dio un vuelco al ver a su pareja, aún si había estado con él el día anterior, la presencia de Topo lo hacía sentir como un joven enamorándose por primera vez en su vida.

—Buenos días —Roberto se acercó a Topo.

—¡Roberto! —el hombre de gafas grandes dio media vuelta y bajó su mochila del hombro para abrazar al más alto.

—No podía esperar a verte de nuevo —Roberto recostó su cabeza sobre el hombro derecho de Gustavo.

—Estaremos juntos durante esta gira, como siempre, Rober —Topo le dio unas palmadas amistosas en la espalda. Levantó la vista y se percató de que sus amigos y familiares los estaban mirando.

—¿Se lo decimos ahora? —le susurró Topo a Roberto al oído.

—Sí, me he aguantado las ganas de contarlo desde el viernes —murmuró Roberto antes de disolver el abrazo; se notaba que estaba tratando de no mover demasiado las manos por el entusiasmo, porque estaba jugueteando con los brazaletes que tenía en cada muñeca.

—Bueno, es nuestro momento, entonces —sonrió Gustavo Antuña, a la par que se acercaban al grupo.

—Atención a todos los presentes —exclamó Roberto, levantando las manos en el aire— Topo y yo tenemos un anuncio importantísimo.

Los miembros del Cuarteto de Nos, Riki Musso, Laura, la pequeña Federica y Dani, la esposa de Santiago Tavella, dirigieron su vista a ellos.

—¿Estás listo? —le preguntó Topo a Roberto y este asintió con la cabeza.

—Más que listo —contestó el hombre de cabello castaño.

Tan sólo unos segundos después de esa respuesta, se dieron un beso en los labios frente a los que los estaban contemplando. Al tener los ojos cerrados durante el roce de sus labios, ambos señores asumieron que los testigos de su beso estaban boquiabiertos.

Cuando el beso acabó, esperaron ansiosos lo que sea que sus seres queridos dirían.

—Ya, pero, ¿cuál es el anuncio? —preguntó Alvin, cruzando los brazos a la altura del pecho.

—¿Qué el beso no lo hizo obvio? Roberto y yo somos pareja —dijo Topo, y agarró a Roberto de la mano sin dejar de sonreír.

—¿Qué no lo eran todavía? —preguntó Santiago Tavella, algo desconcertado—. Los vi besándose en el estudio el otro día.