Capítulo 13

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—Buenos días —el guitarrista oyó una voz familiar y unos pasos, eso hizo que se sobresaltara ligeramente en su asiento.

—¡Roberto! Hola... —Topo levantó la vista de su instrumento para ver al hombre de cabello castaño enrulado, quien ya se sentó en su lugar con intención de empezar a prepararse para el ensayo de ese día. Volver a verlo después de un fin de semana de silencio entre ellos era una sensación que no lograría describir con palabras, pero sabía que no era para nada una emoción negativa.

Si el malentendido del viernes no hubiese ocurrido, Gustavo Antuña se habría acercado a Roberto Musso para darle un abrazo y un beso en los labios, y subsecuentemente sentarse a su lado para hablar mientras esperaban que el resto de los miembros del Cuarteto de Nos llegaran.

Lastimosamente para ambos, la realidad era completamente lo opuesto.

Roberto no contestó el saludo, se lo veía mucho más concentrado en sacar de su mochila su cuaderno de notas y abrirlo por la mitad.

"No quiere hablar conmigo...", asumió Gustavo en mente, algo desilusionado. ¿Así se comportaría Roberto hasta el final del ensayo? ¿Le brindaría ese trato tan frío y distante? ¿Debería intentar hablar con él aprovechando que estaban solos?

—Te extrañé muchísimo estos días, Rober —siguió hablando Topo.

—No nos vemos desde el viernes, tampoco ha pasado demasiado tiempo. —contestó Roberto, a la par que sacaba su guitarra del estuche. Su voz sonó menos expresiva de lo que deseaba, quería intentar disimular que nada había sucedido, que estaba tranquilo por dentro, y acabó sonando distante y frío.

—Lo sé, pero en verdad te extrañé —replicó Topo—. Rober, quisiera que...

—Gustavo, quedamos que íbamos a hablar después del ensayo de hoy, no antes —le interrumpió Roberto, mirándolo. Aunque él mismo también quería aclarar las cosas de una vez por todas con Topo, habían establecido ya el momento en que hablarían sobre ese asunto pendiente entre ellos.

Y, no sabía cuánto tiempo duraría la discusión, pero estaba seguro que quince minutos antes del ensayo no sería suficiente.

—...Tenés razón, me lo prometiste y todo—dijo Topo, y después de un breve silencio, volvió a hablar: —. Por cierto, no me llames Gustavo con ese tono de voz, me das miedo.

—¿Qué tono? —Roberto sonó algo desconcertado.

—Ese tono de voz tuyo que suena como si estuvieras a punto de pegarme en la cabeza con el cuaderno—se rio el guitarrista, con la ilusión de que un poco de humor fuera a aliviar la incomodidad entre ellos.

—No te preocupes, jamás te golpearía. —dijo Roberto.

—Era un chiste, Rober. —aclaró Topo, y se dio cuenta que su broma o no tuvo ni la más mínima gracia o que explicarla le sacó lo poco que tenía.

—...Ah.

El silencio los volvió a cubrir, y esta vez se volvió más incómodo.

"Este será un día largo...", pensó Roberto, volviendo su vista a su cuaderno. Sabía que tendrían una pausa al mediodía para almorzar y que seguramente practicarían hasta las cuatro o cinco de la tarde. Aún no había considerado dónde podría ir a conversar con Topo: ¿La cafetería? No, muy ruidosa y poco íntima; ¿el parque? No, al igual que la cafetería habría gente y de seguro haría frío una vez que el sol ya no estuviese presente; ¿el departamento de Topo o el de él mismo? Eran mejores opciones que las dos citadas anteriormente...

Topo suspiró con cansancio y se puso a practicar un poco más para ablandar sus dedos.

El vocalista reconoció al instante esa melodía que el guitarrista estaba tocando.

Desvelos (Roberto Musso x Gustavo Antuña)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora