Capítulo 2

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Ricardo Musso había estado como dos horas con la vista clavada en el celular mirando memes en una aplicación que su hija mayor le había mostrado aquella tarde.

—Fua, el que inventó Pinterest es un genio —se dijo el hombre de gafas grandes, guardando otra imagen—. Pero mejor me duermo ya que es pasada la medianoche...

A los pocos minutos de haberse acostado entró una notificación de llamada. Rápidamente, volvió a ponerse las gafas para ver.

—¿Roberto? —se dijo Riki, algo sorprendido. No es que su hermano mayor nunca lo contactara, es que usualmente no lo hacía a altas horas de la noche.

—Hola, Rober —saludó Ricardo Musso al atender la llamada de su hermano.

—Hola, Riki, ¿todo bien? —dijo Roberto, se encontraba sentado en el borde de la cama, aún no había logrado conciliar el sueño a pesar de que había intentado leer cualquier libro para cansar sus ojos.

—Nada raro ha pasado, lastimosamente. ¿A qué se debe tu llamada? A estas horas estás durmiendo... —Riki apartó el teléfono celular de su oreja por un par de segundos para poder ver la hora exacta: Las 01:30.

—Necesito charlar con alguien, necesito consejos... —respondió Roberto con un poco de nerviosismo en su voz, como si lo que fuese a pedir fuese algo que lo incomodara mucho.

—¿Qué clase de consejos? —inquirió Riki, aun sin entender a qué quería llegar su hermano mayor.

—Consejos románticos. —dijo el mayor de Musso finalmente.

—Si soy la primera opción para pedir consejos románticos, me parece que necesitas más amigos, hermanito —dijo Ricardo Musso entre risas.

—No eres la primera opción, esta tarde llamé a Santi pero no me contestaba el teléfono, Laura estaba ocupada con Fede, Marrero y Alvin estuvieron ocupados en el estudio con unos ajustes de sonido para la gira, a Topo no le puedo hablar sobre esto... Así que eres en realidad la sexta opción para hablar de cosas románticas—explicó Roberto— Perdón por llamar tan tarde, es que se me olvidó.

A veces a Riki le seguía sorprendiendo la sinceridad extrema de su hermano mayor. Aunque su comentario hubiera sido una broma, el de Roberto posiblemente no. Casi siempre se lo tomaba todo en serio.

—Por algo no tienes más amigos —pensó el menor de los hermanos Musso en voz alta.

—No necesito más amigos —dijo Roberto— Tú, Laura y los chicos son más de lo que esperé en mi vida.

—Awwww te pusiste sentimental. —se burló Ricardo.

—Ay, basta Riki...

—Bien, bien... Nos ponemos serios. Así que, te gustás de Topo pero no sabés cómo decírselo.

—¿Por qué asumiste que es sobre Gustavo? —se sorprendió Roberto.

—Acabas de decir que no puedes hablar con él sobre consejos... Y también estuve hablando con Alvin. —explicó Ricardo, y se cubrió la boca por unos segundos para aguantarse la risa.

—... ¿Tanto se me nota? —se atrevió a preguntar el vocalista.

—Según Alvin se te cae la baba por Topo —se rió Riki.

—Si lo pones de esa forma suena a que estamos en el Liceo de nuevo. —Una vez más, Roberto sintió que le quemaban las mejillas. Pensar que para otros miembros del Cuarteto como Alvin su fijación por Gustavo Antuña era demasiado notoria le daba algo de vergüenza, vergüenza por ser tan pésimo en disimular que no había nada raro ocurriendo en su cabeza cada vez que estaba tan cerca del hombre que le gustaba.

¿Gustavo ya lo habría notado? ¿Qué tal si era así pero no decía nada porque los sentimientos no eran mutuos? Una red de pensamientos empezó a formarse en la cabeza de Roberto Musso que lo dejó sin habla por un par de segundos.

—¿Rober? ¿Seguís ahí? —oyó la voz de Ricardo.

—¡Ah! Sí, sigo aquí... —contestó Roberto lo más rápido que pudo— El domingo estuve hablando con Lau y me dijo que debería intentar a "volver a jugar" en esto de buscar pareja, y saltó el nombre de Topo porque según ella y ahora según vos, se me nota demasiado que siento algo por él. Pero, dudo mucho que sea correspondido.

—¿Por qué piensas eso? —preguntó Riki.

—No sé, algo en mí me dice que me va a rechazar si le digo que quiero que seamos pareja y...

—Estamos muy viejos para andar titubeando. —le interrumpió Riki— Si te gusta Topo, andá a decirle frente a frente, sos experto en ser sincero con todo el mundo.

—¿Por qué me complico tanto? —esta vez, Roberto parecía hablar consigo mismo.

—Porque sos un maldito obsesivo y sobrepiensas cada pequeño paso que das. —agregó Riki, ya con tono molesto.

—No lo puedo evitar, así soy yo —dijo Roberto, dejándose caer en la cama—. Sólo... no quiero arruinar nuestra amistad, nos llevamos demasiado bien, es como si lo hubiese conocido desde siempre.

Riki podía percibir desde donde estaba lo cuán embobado estaba su hermano mayor, pocas veces lo escuchó hablar así, no era alguien que se enamorara fácilmente. Nunca estuvo seguro si esto era porque a Roberto le costaba relacionarse con los demás o porque la lógica era algo que dominaba gran parte de su cabeza a la hora de buscar amigos o pareja.

—Es un riesgo que todos tomamos al menos una vez en la vida —contestó Ricardo—. Yo lo tomé varias veces, y puedo decirte que es 60% efectivo.

—¿...Sólo el 60%? —inquirió el mayor.

Riki sólo se rio.

—Te mandaré unos memes que encontré en Pinterest, ¿cuál era tu número de fax?

—Qué pesado sos, Ricardo, sabés bien que ya sé usar WhatsApp.

—Chau, Rober, te deseo suerte en tu hazaña —dicho eso, Ricardo Musso colgó la llamada.

Roberto recostó la cabeza sobre la almohada y se quedó mirando el techo. No podía dormir, todos aquellos pensamientos no le permitían cerrar los ojos tranquilamente. Suspiró pesadamente y se lamentó en silencio.

¿Lamentarse de qué? No había nada que lamentar. Él y Gustavo eran amigos y sólo eso, su amistad no estaría en peligro siempre y cuando ocultara sus verdaderos sentimientos. La angustia de un posible amor no correspondido lo estaba carcomiendo de a poco. Le dolía aunque no se hubiese arriesgado aún.

Si tan sólo no se complicara tanto...

Oyó su celular vibrar por una notificación de mensaje. Era un mensaje de Riki:


Para hacerte reír 🙂

Para hacerte reír 🙂

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Desvelos (Roberto Musso x Gustavo Antuña)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora