Capítulo 20

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El resto de los miembros de la banda llegaron a las 10:00 hs.

—Oigan, Roberto dijo que no venía hoy —anunció Santiago Marrero con el teléfono celular en manos.

—Sí, lo leí antes de salir de casa —contestó Alvin, mientras tecleaba el siguiente mensaje:


¡Descansá lo que puedas, Rober! La salud es lo primero.


—Hace bien en quedarse a descansar, ayer estaba bastante... ausente. —comentó Marrero y se acomodó la gorra.

—Ojalá se recupere pronto, no es lo mismo sin Roberto —dijo Alvin.

—Sí, conociendo a Rober, en unos días estará mejor—agregó Santiago Tavella—Entonces... ¿Qué haremos hoy?

—Podríamos ensayar la parte instrumental por el momento —sugirió el tecladista.

—Sí, me parece buena idea —contestó el baterista— ¿Vos que opinás, Topo?

Topo parecía ausente también. Se puso a pensar en lo que había sucedido ayer en el departamento de Roberto. Dos colapsos en menos de tres días agotarían a cualquier persona, y su "amigo" había procurado luchar en contra de su propia mente y cuerpo para aparentar que estaba todo bien.

—¡Ey, Topo! —volvió a hablar Alvin, esta vez tocándole el hombro derecho.

—¿Eh? Ah, pues, me parece bien... —respondió el guitarrista.

Topo sacó su celular antes de que el ensayo empezara para escribirle un mensaje a Roberto:


¡Hola, Rober! ¿Puedo ir a tu casa después del ensayo? Tal vez terminamos temprano ya que no estás acá...


Topo no obtuvo respuesta hasta después de una hora y media, sintió vibrar su celular en el bolsillo y vio el mensaje de Roberto desde la pantalla de bloqueo:


Ok, Topo. Muchas gracias... ❤️


El emoji de corazón al final de la oración le dio una pequeña ola de alegría y calidez.


***

Ya que el ensayo del día había acabado a las tres de la tarde, Topo Antuña se había ido a hacer unas compras, seguía en mente visitar a Roberto para ver cómo estaba, le había avisado que estaría en su casa a las cuatro y que llevaría algunas cosas para merendar.

Ya tenía en su canasta algunas masitas, unos flanes, café molido y estaba considerando llevar verduras y atún enlatado para cocinar algo para la cena.

—Mirá a quién me vengo a encontrar, Uruguay en serio es demasiado chico, cuñadito —escuchó una voz detrás de él. Topo dio media vuelta y vio a un hombre de gafas de cabello enrulado oscuro.

Ricardo Musso.

—¡Riki! Ho-hola... —logró decir Gustavo, no esperaba encontrarse con el hermano de Roberto en un lugar tan trivial como el supermercado, y mucho menos oírlo decir "cuñado".

El ex-guitarrista del Cuarteto de Nos se percató del ligero tartamudeo del hombre que tenía al lado y se aguantó la risa.

—No sé qué te han dicho los chicos sobre mí pero juro que no muerdo —dijo Riki, a pesar de que conocía a Topo desde hace tiempo, ya que varias veces se cruzó con él en alguna que otra reunión con sus amigos, nunca habían ido más allá de charla superficial sobre música. Sabía que también era el guitarrista de la banda Buenos Muchachos, que era tan ciego como él, y que su risa era rara pero muy contagiosa.

Desvelos (Roberto Musso x Gustavo Antuña)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora