Capítulo 37

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Nota de la autora: Se recomienda discreción en este capítulos por temas sensibles como el suicidio. Siempre menciono que esta es una obra completamente ficticia y que no pretendo ofender o desear mal a las personas que la protagonizan. Si estás pasando por una situación similar, por favor, pide ayuda a alguien de confianza, nadie merece luchar en silencio.


Roberto se sentía mucho más cansado de lo usual. Aunque la próxima gira y la grabación del nuevo disco no sería hasta dentro de un par de meses, el peso de ser el compositor de letras principal a veces era demasiado abrumador para él.

Pasó gran parte de la mañana transcribiendo las notas de su cuaderno a Papelito.doc, para después ir leyéndolas una y otra vez, buscando algo para colocar en las canciones ya hechas. Prácticamente, estaban acabadas en un 90%, pero siempre su cabeza le daba vueltas al asunto porque no lograba satisfacer su autocrítica.

"Ni siquiera están buenas, dudo mucho que a tus amigos o a los productores les guste", se burlaba una voz en su cabeza.

"¿A quién le gustaría una canción sobre un humano peleando contra una computadora?", se burlaba otro pensamiento.

"A nadie le interesa una canción sobre el hiperconsumismo o sobre el anonimato"

"Tuviste que haber hecho lo que hizo el hombre con alas cuando tuviste la oportunidad..."

"El balcón está a unos pasos de vos..."

"Dale, Roberto, hacele un favor a tus seres queridos y matate."

Roberto tuvo que detenerse y alejarse del escritorio por unos minutos cuando ese último pensamiento se le cruzó. En una de las últimas sesiones con el terapeuta le había comentado sobre los pensamientos intrusivos que le decían que debería quitarse la vida, fue algo difícil de contar pero sabía que tenía que hacerlo.

Le estaba doliendo todo en general, los brazos, la espalda, las piernas, la cabeza. Sentía a su cuerpo como si fuese una carga; si lo decía en voz alta le dirían que era por viejo, no obstante, era un malestar que conocía desde que tenía veinte años. Hacía un par de años, estando aburrido, había investigado en Google y encontró el término "somatizar", el cual se refería, literalmente, a la transformación de problemas psíquicos en síntomas físicos de manera no voluntaria.

"En esos momentos de fragilidad, procure respirar hondo y distraerse con algo que le guste o llame a un ser querido para poder conversar", ese fue uno de los consejos que le dieron.

Podría llamar a Topo Antuña, pero él estaba ese día ocupado con su otra banda: Buenos Muchachos. Tampoco quería molestar a su hermano Ricardo Musso, a esas horas estaba trabajando. No quería recurrir a ninguno de sus amigos o a su pareja, lo último que deseaba era ser el fastidio que siempre había sido.

"La terapia no te está funcionando, es tan infructuosa como barrer las hojas en un día de mucho viento, vos no tenés remedio. Sos un caso perdido, no tenés esperanza."

"¿Por qué siempre te olvidas que estás solo en este mundo, Roberto? ¿Por qué es tan difícil para vos aceptar que la vida de los demás sería mejor si estuvieras muerto?", le tentó un pensamiento intrusivo.

"Distraete con algo que te guste, distraete con algo que te guste, distraete con música, distraete con algún libro o crucigrama", empezó a repetir la voz de la razón para luchar con el pensamiento anterior, "Es el TOC sobrepensando y dándote una mala pasada, acordate que los pensamientos intrusivos no son reales."

"La próxima semana tenés terapia, hablale de todo esto al psicólogo.", se ordenó a sí mismo.

¿Por qué era tan complicado tener un momento de paz en su cabeza? ¿Era un esfuerzo sobrehumano para su cabeza no sobrepensar? ¿Qué obtenía maltratándose a sí mismo?

Desvelos (Roberto Musso x Gustavo Antuña)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora