𝕱𝖆𝖒𝖎𝖑𝖎𝖆

2.3K 192 5
                                    

La grandeza y belleza estaba en los magníficos aposentos que desde ahora serían de la hermosa sultana.

Mientras las criadas entraban y salían con sus pertenencias la mirada de la sultana recorría el lugar en los que soñaría cada noche, estaba fascinada.

— Su majestad escogió los aposentos personalmente sultana.

— Es bellísimo.

— Apresurense. — les ordena el hombre a las criadas — Arreglen todo.

— Sümbül.

— Mi sultana. — se inclina ante ella, la mujer deja de ver encantada su nueva habitación para voltear hacia él.

— Que preparen el baño, necesito tomar uno, descansaré un poco para luego cenar con mis hermanos.

— De inmediato mi sultana.

Se marcha para obedecer a la mujer mientras está espera y ve como ordenan sus pertenecías.

Entre algunos aperitivos y risas su nuevo lugar está completamente listo. Se alista para tomar un buen baño pues era la único que anhelaba en ese momento.

Sus criadas ayudan que el baño sea muy relajante para la sultana, luego de ello se marchan a los aposentos para escoger cuál sería el vestido indicado con el cuan se presentaría hacia su familia.

Luego de unos largos minutos de escoger el vestido perfecto y indicado para que su madre no reproche cual hubiera sido mejor decide descansar por unas horas, su viaje había tardado mucho y los preparativos para marcharse de su antiguo palacio aún más, dejándola totalmente cansada.

Con una siesta había podido recuperar toda esa energía desgastada, sus ojos se abrieron justo minutos antes que la cena con sus hermanos se ponga en marcha permitiendole que pueda alistarse.

Esma se acerca a ella para ayudarla a peinarse y maquillarse. El hermoso vestido ya se hacía en su cuerpo junto a la joyería, el elegante peinado junto a las pequeñas tiaras en su cabello.

Un poco de aroma de rosas esparcen por su cuello y clavícula, ya lista con una sonrisa se pone de pie.

— Cuando llegue donde mi padre podrás volver Esma.

— Si sultana.

Salen de los aposentos para dirigirse donde su abuela, la madre sultana quien se había enfado porque su nieta no la había visitado cuando llego.

Sube a sus aposentos donde la mayor parte del tiempo la gran mujer se encuentra disfrutando. Al abrirse las puertas las personas a su alrededor se inclinan pues es nombrada con grandes lares.

— ¡La sultana Raziye esta aquí!

La nombrada se acerca para deslumbrar una sonrisa ante su abuela paterna quien no podía con la emoción.

— Madre sultana. — se inclina para besar su mano.

— Oh mi Raziye. Mi hermosa Raziye. — abraza a su nieta a la que había extrañado — Estas tan hermosa.

— Los días no eran los mismos sin su presencia sultana.

— Ya estas aquí y no te marcharas más.

— No podría vivir sin usted majestad, mucho menos sin las peleas de mis hermanos Selim y Bayaceto.

Sale una risa de la gran sultana junto a una sonrisa de la causante de su felicidad.

— Mañana iremos a los jardines y quiero que nos acompañes.

— Estaré ahí sin más mi sultana. Por ahora y con su permiso debo marcharme, mis hermanos y su majestad me esperan.

𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora