𝕯𝖊𝖈𝖊𝖕𝖈𝖎ó𝖓

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La mañana siguiente llega con un brilloso sol despertando a la sultana del día y de la noche quien ya se preparaba para ver a su familia.

— Mi sultana.

— Ven Esma. — la mujer se acerca ayudando a su sultana a acomodar mucho mejor la capa en ella — Le mostrare a su majestad todo lo que aprendí.

— ¿Peleará?

— Si, mis hermanos estarán con nosotros.

— Sultana..

— Tranquila, padre me lo pidió.

Con una sonrisa su amiga asiente para terminar de ayudarla. La puerta es tocada para abrirse dejando ver a Firial quien se inclina 

— Sultana, la madre sultana la espera en los jardines privados.

— Ya estoy lista, Firial, vamos.

Sale a pasos seguros y calmados pasando por el harem donde se inclinan a su presencia.

El aroma fresco se mezclaba con las rosas palmoteando la nariz de la sultana que se embelesa con tan divino aroma.

Los hombres giraban al paso de la sultana y demás mujeres, estaba prohibido para ellos, no eran dignos.

La carpa de la madre sultana se deja ver a la mirada de la hermosa mujer que apresura su paso al notar a su majestad con sus hermanos al otro lado del jardín, estaba ansiosa por llegar a ellos.

Las criadas de las sultanas junto a Gulfen se ponen de pie al nombramiento de la sultana Raziye para reverenciarla a su llegada.

— Madre sultana. — está vez es ella quien se inclina ante la poderosa mujer y su madre que se encuentra a un lado — Madre, Hurren.

— Mi hermosa Raziye — trata de ignorar la ropa de su nieta — ven siéntate conmigo.

— Mi sultana su majestad desea verme, con su permiso me marcharé ahora para regresar a usted y tener su cálida compañía.

— ¡Por Alá! — exclama algo fastidiada — Cuando dejarán que te tenga para mi.

— Deseo estar con usted sultana, permitame marcharme y regresar rápido.

— Ve ahora, vuelve rápido, no e tenido ningún momento en paz con mi nieta.

— Gracias sultana.

Se inclina nuevamente para marcharse con una hermosa sonrisa, quien la veía atentamente podía confirmar que por unos segundos había corrido hacia su padre.

— Sultana, no corra por favor, no es propio de una sultana.

Ignorando las palabras de Firial acelera su paso hasta estar metros atrás de la carpa de su padre, su paso se frena y respira profundo para mantenerse calmada al ser mencionada.

Los hombres presentes se voltean a excepción de su familia y el Pasha   quien se inclina a su espera.

La mujer entra a los jardines con una enorme sonrisa para reverenciar a su padre quien no duda en ponerse de pie para abrazarla.

— Mi pequeña niña.

— Padre. — en el abrazo mira a sus hermanos que se inclinan para mirarla con una sonrisa — Hermanos.

— Hermana, su valentía es extraordinaria al estar aquí, creímos que tuvo miedo.

— Padre, su hijo Selim me está llamando cobarde.

Los labios del mencionado se abren en negación a la mirada de su majestad quien lo mira serio simplemente por jugar.

— No es así padre, esa no fue mi intención.

𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora