CapĆ­tulo 4

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— ¿Está seguro de esto, Jaehyun?

— Completamente.

Padre y hijo se encontraban en una tienda comprando cosas para Sunghoon. No podían ir a su casa a buscar sus cosas, plus de que esas eran pertenencias de un niño de cinco años, ahora debía tener cosas de adolescente de diecisiete.

Estaban en el pasillo de ropa, ya le habían comprado cosas como desodorante, cremas, peine, cepillo de dientes, calzones, entre otras cosas. Pero Jaehyun ahora quería comprarle ropas muy caras. Sunghoon incluso quería trabajar para pagarle todo eso, pero Jaehyun no le dejaba.

— ¿Qué tal esto? — tomó una camisa manga larga con rayas negras y blancas.

— Es linda — Sunghoon tomó la camisa para ver el precio, y viendo lo caro que era la devolvió —. Olvídalo, es fea. Parece de prisionero.

— Sunghoon, olvida el precio, puedo pagarlo — Jaehyun tomó la camisa a escondidas y la echó en el carrito.

— Tú puedes, pero yo no. ¿Cómo te devolveré todo esto que estás pagando si apenas tengo cinco años? — musitó para que las personas no oyeran.

— ¿Quién dijo que tienes que devolverme todo esto? Lo hago porque debo y quiero — tomó otra camisa para ponerla sobre Sunghoon —. Nunca fui a comprar con nadie, la ropa que tengo siempre me ha servido. Tengo una fortuna de vampiros anteriores que solo guardo, pero ahora puedo gastarla en ti solo — tiró la camisa al carrito.

— Entiendo, pero mi conciencia no está tranquila.

— Tranquilízala entonces — dijo para seguir caminando.

Luego de treinta minutos de Jaehyun tomando todo lo que le gusta y Sunghoon intentado detenerlo, se encontraban en la caja pasando todo. Sunghoon sufría por Jaehyun, el total solo subía y subía. Vio que la camisa de antes estaba ahí, así que la sacó, eso bajaría mucho más el precio.

— Oye, devuelve eso para que lo paguen — le dijo Jaehyun concentrado en poner la ropa en la cinta.

— Es fea y asquerosamente cara. No es necesaria.

— ¿Asquerosamente? Qué palabra — rio mientras seguía poniendo artículos en la cinta.

— Lo digo en serio, Jaehyun — empezó a agitar su hombro para que lo tomara en serio, lo cual funcionó menos. 

Jaehyun quería olvidar que tenía cinco años mentales, pero Sunghoon actuaba como un niño a veces.

— Si vas a impedir que gaste dinero mejor ve a otro lugar — agitó sus manos para que se fuera.

— ¿A dónde podría ir? Me perderé.

— ¿Ves a esas chicas que estás volviendo locas? Puedes ir donde ellas y pedirles sus números.

š€š‚š“š’ ć…” Park SunghoonDonde viven las historias. DescĆŗbrelo ahora