𝐀𝐂𝐓𝐒 ┃ ❝Mi vida se divide en actos, y de todos esos, el nuestro es el que más aprecio❞
La vida de un pequeño niño, Park Sunghoon, da un giro cuando su madre obsesionada con la inmortalidad lo usa para salvarse a ella misma. Su vida ya no será la...
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Después de esa noche, donde Sunghoon no quiso saber más acerca de sangre o alcohol, pasaron unas semanas, donde Jaehyun y los chicos lo habían convencido de acostumbrarse a beber sangre, y fue mejor, bebía al menos un vaso por día, sangre de animal claro. Seguía asistiendo a las fiestas, sin tocar mucho esa sangre humana.
Habían pasado así meses, consiguiendo una amistad fuerte con los chicos, y ellos conociendo mejor a Jaehyun. Se había quedado a dormir en su casa varias veces, siendo esta vez por voluntad propia, y algunos de los chicos habían dormido en la suya. Parecía que se conocían de muchos años, los amigos más íntimos. Hasta con Jay se llevaba bien, aunque jugaban a que se llevaban mal por su rivalidad del pasado.
Luego de cuatro meses de fiestas, sangre y accidentes, estaban a la vuelta del regreso a clases. Cuando Sunghoon comentó eso a los chicos, ellos dijeron que tal vez no les haría mal repetir el año que ya habían tenido. Sunghoon estaba más confiado esta vez, claro que seguiría siendo tan aplicado como era, pero sin miedo de fallar constantemente.
— Entonces, ¿cuándo compraremos los útiles escolares? — cuestionó Jay, tomando de su malteada, viendo a Sunghoon, pues siempre consultaban el día que él podría salir antes de hacer un plan entre ellos. Estaban en una cafetería pasando el rato entre ellos, una cerca de su vecindario.
— Creo que el lunes es una buena fecha, o el miércoles — comentó el chico, agitando la pajilla de su bebida. Heeseung abrió los ojos sorprendido.
— ¿No es muy pronto? Digo, podemos ir el viernes o el sábado — opinó, tomando una papa frita para comerla y darle otra a Jake en la boca.
— Créeme, es la mejor fecha — asintió varias veces hacia el mayor —. He visto lo que pasa esos días en la zona de especiales por regreso a clases. Mejor hagamos esto temprano, o tendrás que escribir en papel higiénico.
— Lo que diga el genio — rio Jake para terminar ese tema. Jaehyun ya les había hablado de cómo era Sunghoon con la escuela, y había presumido sus buenas notas, medallas y trofeos con ellos, haciendo el chiste de que Sunghoon era un ''genio''.
— Con eso determinado, tengo una pregunta — todos en la mesa miraron a Sunoo, esperando su respuesta —, ¿alguien recuerda lo que se hace el primer día de escuela? Porque yo no.
— De hecho... yo tampoco lo recuerdo — Heeseung volvió a comer papas fritas.
— Según lo que he visto — empezó a decir Sunghoon —, la primera semana de clases es de organización de los estudiantes, donde la mayoría no asiste, pero es mejor hacerlo porque se empieza a hacer la lista de cursos, la nota de asistencia y se conocen a los maestros y sus sistemas de evaluación. Deberíamos ir — concluyó tomando su bebida de fresa.
— Un aplauso para el genio — dijo Jay, haciendo que los chicos aplaudieran una vez, suficiente sincronizada como para que suene fuerte y algunas personas los miraran.
— Ya dejen eso... — pidió Sunghoon con un puchero de labios.
— ¡Es que sí eres como un genio! — señaló Sunoo con una sonrisa — Hablas como uno, piensas como uno. Parecemos idiotas al lado tuyo.
— Confirmo eso — Jake levantó la mano.
— Solo se puede dejar como idiota al que lo es.
— ¿Nos acaba de decir idiotas en idioma genio? — Jay frunció el ceño ofendido.
— Acaba de hacerlo — asintió Heeseung.
— ¡No! ¡No lo hice! No puedo llamar idiotas a mis mayores — Sunghoon levantó las manos con pánico por lo que estaba pasando, queriendo reír en lo profundo.
— O sea, que a mí sí me dijo idiota — Sunoo explicó con una sonrisa falsa, alzando su bebida hacia los chicos.
— Quiero decir, eso no lo sé, así que eso es falacia — apuntó Sunghoon para no hacer sentir a Sunoo, el chico tenía una habilidad para hacerte arrepentirte de tus actos.
— Deja de hablar en genio, por favor — pidió Jay, molestándolo con el chiste de nuevo.
— ¿Qué es falsalia? — cuestionó Jake, como si hubiera despertado de dormir oyendo primero esa palabra.
— No lo sé. Solo calla y observa la pelea — le dijo Heeseung, dándole una papa frita.
— Es falacia y es una forma de decir que un hecho no es verdadero — explicó Sunghoon.
— ¿Es que no encuentras qué hacer y decides leer un diccionario o cómo sabes eso? — preguntó Sunoo con el ceño fruncido.
— Me pusieron una tarea de investigar palabras una vez, y algunas se me quedaron — se encogió de hombros.
— Genial, un aplauso para el genio — de nuevo, las palabras de Jay hicieron que un unísono aplauso de oyera por el lugar.
— Dejen de hacer eso, nos están mirando mucho — bajó la mirada para ignorar los penetrantes ojos de los desconocidos que lo miraban.
— Oigan, ahora que lo recuerdo, ¿dónde está Jungwon? — preguntó Jay viendo hacia todos lados.
— Aquí — el susodicho levantó la mano, dejándose ver, estando justo al lado de Heeseung terminando su goncha —. Solo me quedé callado para ver su entretenida pelea.
— No vuelvas a quedarte callado así, Jungwon. Me asustaste, maldita sea — exclamó Heeseung tomando su corazón entre sus manos, a modo de drama.
— No digas esos disfemismos, hay una familia de niños en la mesa detrás de ti — comentó Sunghoon, viendo como el padre de aquella familia se le quedaban viendo mal.
— ¿Que no diga qué? — el mayor entrecerró los ojos confundido por la palabra que había salido de los labios del chico pelinegro.
— Disfemismos, palabras consideradas groserías o términos vulgares — explicó hacia los chicos. Claro que iba a parecer un genio al lado de ellos cuando era el único que sabía a profundidad su idioma natal.
— Un aplauso para el genio — por tercera vez, se oyó ese sincronizado aplauso que tenía harto a Sunghoon.
— ¿Saben qué? Ustedes pagan mi malteada — tomó su bebida para levantarse de la mesa sin esperar a los chicos, solo oyendo sus gritos para que volviera.
Cuando salió del café, pudo sentir como los chicos volvían a él. Se giró para ver a Jay dejando dinero en la mesa y correr hacia ellos con una sonrisa.
— No vuelvas a hacer eso, genio — lo señaló con un dedo fijo, para luego reír y pasar un brazo por los hombros de Sunghoon.
— ¿Y ahora a dónde vamos? — cuestionó Sunoo, tapando con una mano el cálido sol de esa tarde agradable.
— Digo que caminemos hasta que no conozcamos las calles — sonrió Jungwon.
— Esa será una corta caminata — chistó Jake.
— Créeme, no acabaremos ahora — dijo Sunghoon.
Los mejores amigos se abrazaron para caminar riendo y contando algún chiste, esperando lo que sea que los depare el futuro, bueno o malo.