𝐀𝐂𝐓𝐒 ┃ ❝Mi vida se divide en actos, y de todos esos, el nuestro es el que más aprecio❞
La vida de un pequeño niño, Park Sunghoon, da un giro cuando su madre obsesionada con la inmortalidad lo usa para salvarse a ella misma. Su vida ya no será la...
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— Buena suerte, hijo. Espero que...
— No lo intentes, papá — expresó su emoción mediante una seria cara hacia Jaehyun.
— Calla — mandó con un ademán de mano —. Te decía que espero que no te vuelvas loco este año de escuela y que la pases bien con los chicos.
— Hablando de ellos, tengo que pasar por su casa para no tardar en llegar — comentó mirando el reloj de la casa.
— Qué insensible — dijo con una cara de disgusto —. Igualmente, ¡cuídate! — sonrió para abrir la puerta y dejar ir -por fin- a Sunghoon hacia la casa de los chicos para luego ir a la escuela.
Habían quedado en que Sunghoon iba con ellos, ya que la casa de los chicos estaba de camino a la escuela, y de ahí se iban juntos. Jaehyun no tenía problema, claro que le daba dinero por si tenía que comprar algo o pedir un taxi, algo innecesario.
Sunghoon no esperó más y trotó hacia la casa de, los que consideraba, sus mejores amigos. Llegó viendo a los chicos sentados en la entrada esperando por él, viendo sus celulares o durmiendo, siendo este último el caso de Heeseung.
— Hasta que llegas, genio — comentó Jay, despertando a todos de sus burbujas, haciendo que se levanten de las sillas de la entrada.
— Lo siento, papá me detuvo para dar un horrible discurso — se excusó.
— Típico — dijo Jake, caminando hacia el lado de Sunghoon rápidamente para chocar puños.
— Entonces, vamos rápido, o no llegaremos al primer día y no me cambié por nada — apresuró Jungwon, siendo el primero en adelantarse.
— Mira ese potencial — apuntó Sunoo, riendo de Jungwon.
El grupo de amigos caminó entre charlas amistosas hacia la escuela, deteniéndose al ver muchos estudiantes y sin saber por dónde entrar. Se quedaron alejados unos minutos esperando saber qué hacer.
— ¿Y si seguimos a ese grupo? — preguntó Jake, señalando a una maestra con unos estudiantes.
— Jake, ¿acaso tienes cinco años? ¿Por qué iríamos con los niños de parvulitos? — respondió Jay con enojo y un tono de obviedad.
— ¿Qué sugieres? ¿Que nos quedemos en ese molesto sol? — se cruzó de brazos.
— A mí no me está molestando, si soy sincero — comentó Jungwon, como si su opinión importara. En el grupo, él tenía el papel de, si no hablaba, nadie notaba que esta ahí o que se había ido.
— A mí tampoco — dijo Sunghoon —, de hecho, creo que por fin dejaré de tener color de un cadáver con este poco de sol que estoy tomando — comentó entre risas, achinando los ojos, buscando alguna entrada a la escuela accesible.
