𝐀𝐂𝐓𝐒 ┃ ❝Mi vida se divide en actos, y de todos esos, el nuestro es el que más aprecio❞
La vida de un pequeño niño, Park Sunghoon, da un giro cuando su madre obsesionada con la inmortalidad lo usa para salvarse a ella misma. Su vida ya no será la...
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| ︶꒦꒷♡꒷꒦︶ |
Abrí los ojos de golpe, lo primero que vi fue un paisaje nocturno al frente mío. ¿Dónde estaba?
Lo último que recuerdo es estar en el salón de clases, sintiéndome mal, y de pronto todo fue negro. Y ahora estoy aquí. Debía averiguar qué pasó.
Analicé el panorama. Estaba en... ¿la playa? Una gran masa de agua se extendía delante de mí, yo estando sobre arena blanca, el mar golpeaba en algunas rocas, haciendo un ruido que me asustaba. ¿Dónde estaba mi papá cuando lo necesitaba?
Di un paso adelante, sintiendo raro moverme, casi como si mi cuerpo estuviera dormido. Era como si viera mi cuerpo moverse, pero no lo podía sentir. Ignorando eso, seguí caminando. Ni siquiera sentía la arena bajo mis pies.
Intenté hablar, pero las palabras no salían de mi boca, aunque lo intentara. Toqué mi garganta, pero tampoco la sentía, podía asegurar que estaba ahí.
Alcé la vista creyendo que mis ojos vieron algo, un elemento no propio de la playa donde estaba. Busqué entre las rocas, hasta que di con unos cabellos moviéndose con el viento.
Caminé hasta allá, no sentí miedo, por alguna razón, esa cabellera me parecía reconocida y me daba paz. Me acerqué tanto que pude ver que, claramente, era una chica, mirando la fina línea entre el océano y el cielo, sintiendo el agua mojar sus pies.
Se quedé observándola. La conocía de algún lugar, pero no lo recordaba. Solo podía asegurar, que era la persona más bella que mis ojos vieron. Tenía una piel suave, con un lunar bajo su ojo, nariz perfilada, unos ojos profundos con pestañas largas, y unos labios perfectos, rosados y carnosos.
De pronto, ella se giró hacia mí, siendo incluso ese acto delicado y hermoso viniendo de ella. Me miró atentamente a mis ojos, como si quisiera reconocerme a través de ellos. Bajó la mirada a mis manos, tomando una. Su tacto lo pude sentir, y con eso, sentí el viento en mi cara, la arena bajo mis pies y el olor a sal en mis narices. Su tacto me dio vida, me hizo sentir vivo, cuando ya me creía muerto. Acarició mis manos con sus dedos, haciéndome sentir de una manera inexplicable, pero linda.
ㅡ Sé que me salvarás ㅡ dijo de pronto, ahora podía oír las olas como una melodía y su respiración calmada. Mis ojos se abrieron.
¿La salvaré? ¿Quién era ella y por qué sabía que la iba a salvar? No, ¿por qué creía que la iba a salvar?
Su mano se apartó de la mía, dejándome sin palabras para decirle. Se adentró al bosque de aquella playa, pero, mis pies no pudieron moverse de aquel lugar. Oscureció con rapidez, no pude verla más y me sentía mal al no verla. No me sentía calmado. No me gustaba no poder verla.