Capítulo 17

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— ¡Solo un trago! ¡Uno pequeño! — exclamaba el chico, el cual había encontrado alcohol de alguna parte de la fiesta. Sunghoon se alejó lo más que pudo evitando el vaso de alcohol que le ofrecía Sunoo. Cuando le dijo que encontró algo increíble, no creía que fuera eso.

— ¡No, no quiero tomar! ¡Que sepas, no tengo la edad! — gritó de vuelta al chico, empujando delicadamente su brazo con la bebida, no quería que la derramara en ese piso. 

— Hoonie, no es tanto. Yo bebí más, pero uno solo no te hará mal — intentó convencerlo de nuevo, tomando un trago del vaso y saboreándolo —. ¿Ves? ¡Nada! — sonrió abriendo los brazos, como si estuviera demostrando que no explotó por beber aquello.

— Sunoo, las consecuencias de alcohol a temprana edad son violencia permanente en el cerebro... 

— Te doy seis mil wones si lo pruebas — dijo enseriado, sacando el dinero.

— Dame el vaso — Sunoo se lo extendió feliz, mirando su cartera buscando el dinero.

Sunghoon no dudó mucho en beber un trago, claro que cuando su lengua saboreó el dulce sabor de la bebida, bebió un poco más. Cuando Sunoo lo miró, solo pudo ver que Sunghoon se acabó todo el vaso y tenía una mirada de deseo en los ojos.

— Vaya que te gustó — le extendió el dinero. Sunghoon lo tomó sin esperar. 

Tenía planeado esconderlo en la cartera de Jaehyun como ya había hecho otra veces. En juegos amistosos de cartas o apostando cosas divertidas ganaba dinero, y sin pensarlo mucho, lo dejaba en la cartera de su papá, compensando el dinero que le daba cada vez que salía de casa, y saliendo de fiesta la mayoría de noches, consideraba que Jaehyun había perdido mucho dinero en él.

— Es buena — dijo, pero sintió algo raro al hablar. Tocó su boca con su lengua, buscando algo raro en su estructura, además de sus colmillos de vampiro.

Un momento... ¿Colmillos? ¡Sunghoon no tenía colmillos tan largos! 

— Sunoo... — arrastró las palabras en su boca. Miraba el interior del vaso, como si acabara de beber veneno.

— ¿Qué pasa, Hoonie? — usó su voz adorable, siendo servicial. Pero su cara cambió de amabilidad a terror cuando él lo tomó de los hombros bruscamente.

— ¿Acaso, lo que me diste, fue sangre? — alzó su mirada para verlo a los ojos. Sunoo pudo ver que claramente ese deseo que vio antes fue de sangre, y eso no era bueno. Los chicos estaban evitando que Sunghoon incluso viera sangre. 

— ¡No! ¡Fue el alcohol que tomé! ¡Te juro que me serví alcohol en mi vaso de...! — se calló de repente, teniendo miedo en su mirada.

— ¿Estabas bebiendo sangre antes, no? — asintió con miedo — Escucha, Sunoo, esto haremos. Cerrarás esa puerta, no me dejarás salir aunque te grite que me muero. Si alguien se entera que bebí sangre de nuevo, no me dejarán volver y Jaehyun se dará cuenta. Espera al menos una hora antes de abrir la puerta. ¿Entendiste?

— Claro como el agua — asintió sin rechistar. Lo había arruinado, lo sabía. Se suponía que Sunghoon no bebiera sangre, porque él no estaba acostumbrado. Y le había dado un vaso, mezclado con alcohol. Ambas cosas eran ''malas'', y Sunoo las juntó.

— Vete ahora — lo dejó ir, viendo las marcas de sus uñas en la ropa de Sunoo.

El chico salió rápidamente y cerró la puerta. Sunghoon escuchó cuando le puso el seguro de afuera. Suspiró intentando negar ante sus deseos, que estaban tan vivos en su mente como él mismo. 

Se quedó parado en ese cuarto donde estaban él y Sunoo cuando lo invitó a tomar. Era un amplio espacio con una lámpara y cortinas donde se veía un poco la luz de las calles.

Su mente y alma le exigían sangre, más sangre, pero él sabía que no podía darse el lujo. Esos chicos sabían controlarse, pero él no. Ni siquiera es vampiro completamente como para beberla naturalmente. 

Su cabeza empezó a dar vueltas, el cuarto estaba dando giros en su eje. Sentía las paredes irse de lado, ¿cómo era posible? Sentía algo correr en su interior, ese veneno que era tan dulce, tanto su perdición como su salvación, algo que lo guiaba al deseo.

Sintió algo caer en su mejilla, pesado pero pequeño. Se tocó la mejilla, sintiendo algo líquido. Luego vio esa gota caer en el piso de donde estaba. ¿Estaba lloviendo ahí dentro?

Tal vez su vista le jugó en contra, pero juró ver una esquina de la pared oscurecer, como si se hubiera vertido jugo de uva en ella. Así fue luego con las otras esquinas. Sintió otras gotas caer sobre él, alzó la cabeza para ver como caía de la lámpara algo. 

No lo podía creer.

Lo próximo que supo Sunghoon, es que estaba bañado en sangre, cayendo del techo del cuarto. 

En ese cuarto donde solo se encontraban él y la sangre, todo se puso al revés, su brillante vista de diamante vio la linda y encantadora sangre caer en su rostro. Siendo honesto, tenía miedo de disfrutar lo que estaba pasando, pero el contenido de ese vaso giratorio era lo que más quería, no podía negarlo. 

El dulce aroma que lo abrazaba lo hacía sacar sus rojos colmillos inconscientemente y disfrutar aquel festín de sed que se estaba dando. Estaba tan aturdido que se levantó para patear el charco de sangre con su pie y bailar en ella, abriendo la boca para beberla, y aunque parecía que no estaba bebiendo nada, por su garganta aún seca, su mente le decía que se estaba dando el carnaval de su vida, de hecho, estaba atrapado dentro de un carnaval. Con el corazón ardiendo, empezó a dar giros de felicidad y euforia.

Fue tarde cuando sintió que debía parar, estaba bastante aturdido, su cabeza estaba hundida en el deseo de solo bailar hasta que dejara de dar vueltas. 

𝐀𝐂𝐓𝐒 ㅡ Park SunghoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora