Especial III

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-Especial Bridgetown-

-Hija mía, por favor, es tu tercer año en promoción, debes intentar encontrar esposo- suplicó su madre tras la larga discusión.

-Madre, es que Saturno y marte están en retrógrado, por lo que no puedo hacerte caso hasta que Mercurio entre en la temporada de Piscis- respondió Leslie sin mirarla, jugando con su pequeña gatita sobre su falda.

-¡Leslie Henderson tercera!¡Ni te pienses en hablar de astrología para librarte de tus obligaciones otra vez!-.

-Deja que lo anoto en mi papelito...-.

-Leslie... Me vas terminar matando-.

-No lo creo. No entiendo que problemas tiene con que esperé, ni que piense en quedarme soltera para siempre- respondió mientras besaba al gato, levantándose y dejándolo en el sofá.

-Eres un caso perdido... Una desgracia para tu apellido.

-Gracias, oye, que forma de animar a una que tienes.

-Jovencita...- Leslie la interrumpió.

-¡Mamá! Mamá, esta noche voy a ir al baile, vestida con mi vestido favorito, coqueteare, reiré y hablaré con cada hombre que se me acerque, como cada año. Pero a no ser que me caiga un príncipe del cielo, me voy a dedicar a guardar estás naranjas a quien se las gane-.

-¡Leslie!- la regaño su madre ruborizada.

-¿Qué?-.

...

A mitad del baile consiguió despistar a su madre, que no se resistía a presentarle jóvenes poco interesados en el matrimonio.

Se escondió entre dos grandes cortinas y la pared, escabulléndose en silencio a una esquina. Logró llegar hasta un gran florero, donde al fin respiró aliviada.

Era agotador tener que lidiar con eso, pero más agotador era tener que soportar a aquellos hombres poco avispados y muy cachondos. Cachondos como ratas.

Leslie vio a su madre dirigirse a la habitación de mujeres, por lo que aprovecho para salir al gran jardín.

Caminó un poco por la sombra de la noche, hasta el laberinto de Lady Trambery, que tantas veces había recorrido de niña.

Entró sin dudar y caminó por los largos pasillos buscando la fuente que se escondía en el centro. A los pocos minutos llegó y caminó hacia ella.

Se sentó en el bordillo y se quitó los guantes para refrescar sus brazos y rostro.

-Perdón...- dijo una voz en la sombra. Leslie se incorporó asustada y mirando hacia la oscuridad -No quería asustarla, entró usted tan segura aquí y fue todo tan rápido, yo estaba aquí fumando...

-¿Quién es usted?- preguntó menos amable. Un joven alto y con mirada dormida la miraba atentó, saliendo de la oscuridad.

-Le pido nuevamente perdón- dijo amable, sin responder a su pregunta. Leslie le miró sería, pero no intimidada.

-No, discúlpeme usted, no debí entrar aquí sin preguntar, un error mío- admitió contra su orgullo -Me retiraré...

-No por favor- dijo rápido el caballero, acercándose rápido hacia la puerta -Me iré yo.

-Oh, no podría...- le detuvo sujetándole del brazo, el tacto de su chaqueta azulada se fundió con el brazo bajo ella. Leslie no pudo hacer nada más que soltarlo como si quemará, avergonzada de no llevar sus guantes -Perdón, quiero decir que quédese. Creo que hay espacio suficiente para ambos, yo me retiraré pronto.

STRANGER THINGS (T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora