— Iré al baño — Dije decidida a no desnudarme frente a él
Caminé hasta el baño y observé cada parte de mi cuerpo iniciando por los brazos. Pensé que sería lo más obvio, ya que "tatuaje" fue la palabra que usó el narrador como sinónimo para la marca de los malignos, y aunque ahí no estaba, seguía pareciéndome un buen lugar para tachar mi piel con la tinta que algunos humanos consideraban más demoníaca que los demonios verdaderos.
— ¿Sabes dónde está? — Escuché en mi mente al salir del cubículo del baño
— Sí
— ¿Y bien? — Podía notar la ansiedad de la parca incluso cuando continuaba convertido en perro — ¿Dónde está?
Al escuchar la pregunta, me limité a responder con un leve movimiento en el que levantaba mi blusa y descubría el árbol sin color que posicionado al revés invertía las hojas y las raíces. De lejos, pensarías que se trataba de un árbol marchito, pero de cerca, te dabas cuenta de que era un simple árbol a la inversa.
— Es lindo — Mencionó el perro contrario a todo lo que suponía y podría contestar — Pero, ¿Cómo lo ocultaremos?
— Maquillaje — Respondí sin pensarlo demasiado
— No podría ser tan sencillo — Juzgó
— ¿Acaso es tan difícil confiar en mí? El demonio narrador ha demostrado ser tan estúpido como para no creerme un maligno
— ¿Y no crees que eso es demasiada coincidencia?
— ¿En serio genio? ¿Crees que no lo he pensado? Pero es la única solución que se me ha ocurrido, si tienes una idea que no sea criticarme, podrías hablar en cualquier momento. Por ahora, ¡No me estreses más!
— Te conseguiré el maquillaje — Habló rendido — Este es un centro comercial, no debe ser difícil, pero mientras. NO – TE – MUEVAS – DE – AQUÍ, ¿Entiendes?
— Está bien — Dije y el perro se dirigió a la salida — ¡Espera! — Grité antes de que desapareciera tras la puerta
— ¿Y ahora qué?
— Sé que dijiste no más preguntas, pero me gustaría saber tu nombre — Dije, cuando en realidad solo estaba cansada de llamarlo parca celestial
— No tengo nombre, no son necesarios porque nadie nos llama nunca — Habló con total normalidad, aunque para mí, fue tan dramático que me hizo incomodar
— Inventa un nombre, llámame como quieras, Amanda
Había pasado tanto tiempo sin escuchar ese nombre, que me retorcí en escalofríos. El perro salió del baño dejándome sumergida en pensamientos, ¿Qué nombre iba mejor con él? Ahora debía inventar una forma de llamarlo distinta a la de parca celestial y eso hizo que me preguntara más sobre él, ya que no tenía nombre ni cadáver, me preguntaba en qué se basaba su existencia.
No pasó mucho para que el cachorro regresara con una bolsa en su hocico. En ella traía todo lo necesario para ocultar la marca de mi cintura y hasta podría atreverme a decir que había más cosméticos de los necesarios, pues era un atrevimiento de ignorancia. Nunca en mi vida había tocado un tarro de maquillaje y aunque la idea fue propuesta por mí, no tenía conocimiento de como llevarla a cabo.
— Empieza — Ordenó el perro
— Ok... — Tomé la bolsa que el can había soltado en el suelo — Lo intentaré
Siendo honesta, no sabía la forma correcta de aplicar cada cosmético, pero al menos podía distinguir el nombre de algunos. No quería admitir que mi idea fue propuesta a la ligera en un ataque de nerviosismo. No lo haría, mientras el cachorro siguiera mirando de forma tan expectante.
Tomé la base y la apliqué en mi piel, el can había traído varios tonos y en mi ignorancia, pensé en ellos como diferentes productos, así que terminé mezclando todo y manchando el pantalón que llevaba puesto.
— ¿Seguro que intentas ocultar la marca? — La parca no pudo detener sus deseos de regañarme — Ahora es más notoria y, lo que es más, esa mancha que has hecho en tu pantalón parece una invitación para desconfiar de ti
No pensaba admitir que me había equivocado, no frente a él. Así que, ignorando sus palabras, me decidí a limpiar mi ropa con el agua que obtenía del lavamanos.
Con la intención de borrar el horrible manchón que generé, sobé mi pelvis y me detuve, en cuanto vi que la base aplicada empezaba a tomar el tono que buscaba, aquel que camuflaba y, por lo tanto, ocultaba la marca del maligno.
¿Cómo había sucedido? No tenía mucha idea de ello, pero lo cierto es que pasó y me convenía en un 100%
— ¿Notas esto? Ya no soy una fuente a la que puedan atrapar — Sonreí orgullosa
Sin decir nada, el perro se inclinó hacia el frente y con un alargamiento preocupante fue cambiando extremidad por extremidad, hasta convertirse en un humano, o siendo más específica, en la parca celestial.
La transformación fue horrorosa, tanto que retrocedí intentando huir por si aquella aberración con partes humanas y partes de perro intentaba atacarme. Sentí miedo, pero luego ese sentimiento se tornó en asco. Impactante, es una manera de describir la transformación de la parca, pero no es dicho cómo algo bueno sino cómo algo repulsivo y notando que en el cubículo se transformó de forma rápida y sencilla, quise preguntar si lo había hecho a propósito.
— Qué molesto eres — Exclamé notando que, por primera vez en mucho tiempo, sonreía a costa de mi sufrimiento
— Ponte eso — Señaló una pequeña caja en los cosméticos — Ayudará a que no te manches o eso pienso
Se refería a los polvos faciales y sí, sabía que debía aplicarlos después, pero no consideraba acertado que eso evitaría generar más manchas.
— También traje un fijador de maquillaje, dicen que es útil
— ¿Quién dice? — Pregunté con dudas, pues si yo no sabía de maquillaje quién me aseguraba que él sí tuviera conocimiento de ello y no lo decía por ser mujer y el hombre, sino, porque con todo lo dicho, estaba segura de que él no fue humano, así que estos productos debían ser un mayor enigma para él que para mí y eso generaba más sospechas curiosas
— No eres la única a la que se le ocurrió maquillarse — Me miró expresando sus ideas, aunque yo solo me concentraba en sus ojos que repentinamente tenían emociones, unas que no lograba descifrar del todo — Los escuché hablar y normalmente aprendo rápido. De haber sabido que no sabías maquillarte, les habría preguntado, ellos sí sabían lo que hacían
— Demonios — Suspiré — Si tanto odias estar conmigo, ve y busca a uno de esos maquillistas profesionales — Dije mientras buscaba el spray antes señalado por la parca — De seguro ellos no te darían tanto trabajo John — Terminé de hablar mientras rociaba el spray en mi improvisado parche de maquillaje
— ¿John? — Preguntó confuso
— Sí, John. Ese es el nombre que escogí para ti — Lo miré y luego pasé de largo dirigiéndome hacia la puerta de salida — Pero si no te gusta, puedes ir con una de esas fuentes que de seguro te podrían un nombre absurdo, pero elegante
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Puntos Suspensivos
FantasyAlgunas vidas son arruinadas por las acciones de otras personas. Acorraladas por no tener más opciones, acaban cometiendo pecados que los condenan de por vida y... de por muerte. Al ser escuchado el llamado humano, se es contemplada la idea por ser...