Ep 15

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— P... Parca Celestial?

— ¿Quién más vendría a ayudarte? — Escuché al tiempo en que comprendía que la voz estaba en mi mente, algo así como la telepatía, pues daba la seguridad que nadie más escuchaba al can o eso anhelaba mientras veía al narrador de antes acercarse a mí — No haré todo el trabajo, al menos deberías moverte si quieres mi ayuda.

— Hola señor

De pronto, el perro se giró e inclinándose hacia atrás ladró.

— ¡Vete de aquí! ¡Ahora! — Los rugidos en mi mente se hicieron demasiado fuertes, por lo que me sentí muy incómoda.

— Oye tú — El narrador habló antes de que pudiera obedecer la orden del canino — Te veías muy emocionada, ¿Sucedió algo?

— Te atraparon otra vez — Escuché en mi mente — Sigues siendo un caso perdido

— ¡No digas eso! — Exclamé

— ¿Decir qué? — Cuestionó el narrador deteniéndose frente a mí, dejando al animal entre nosotros

— Amm... Siento duda en sus palabras — Me atreví a demostrar que no era un caso perdido como antes me habían llamado — Mi emoción aún está presente e incluso estaba gestionando un plan

— ¿Un plan?

Estaba tan segura de lo que aquel demonio quería provocar en la multitud que lo usé a mi favor.

— Claro, dijiste que los malignos pueden estar escondidos en cualquier parte, así que tal vez, estaban entre los que escuchamos sus palabras — Hablé de forma provocativa — Si tan solo hubiese una manera de identificarlos, sería tan fácil dar con ellos

— Hay una manera — Interrumpió el narrador mientras sonreía

— No te excedas, ¿Crees que puedes engañar a un demonio? — El perro se quejó mientras me observaba y mostraba sus dientes

— ¿Qué manera? — Ignoré al can

— Una marca, ya lo había mencionado

— Te atraparon — Se quejó el can — Empeoraste las cosas, habrías tenido oportunidad si solo hubieses escapado

— La marca — Habló el demonio silenciando los sonidos que mi mente escuchaba — Los malignos tienen una marca que los representa, casi como un tatuaje, pero sin la simpleza de este

— ¿Una marca...?

Me sorprendí al igual que el animal que me acompañaba. Para él era difícil aceptar que no me había equivocado y, por lo tanto, había acertado en el camino que yo había escogido. En cambio, por mi parte, me sorprendía el hecho de escuchar sobre aquella marca que desconocía y yo tuviese.

Estaba segura de ser uno de esos "Malignos" mencionados, pues toda aquella charla no era más que para lograr atrapar a las fuentes, entonces, ¿Dónde estaba mi marca?

— ¿Qué harás con esa información? — Preguntó el demonio sin disimular su sonrisa de satisfacción

— Sí... ¿Qué harás ahora?

El perro no dejaba de fastidiarme, si bien, le debía el hecho de estar allí, pero que aumentase mi estrés con cada palabra que comunicaba tampoco me era de mucha ayuda.

— Buscaré entre ellos y acabaré con todos los que tengan esa marca

— Eso suena bien, te acompañaré

— ¿Eh?

— Vamos — Dijo mientras cruzaba el borde que tanto me aterraba y fuese una trampa.

¿Pero cómo podía confiar? Y ahora estaba arrinconada. No había una solución útil, pues el demonio estaba frente a mí, ya lo había experimentado y huir, no era la respuesta más favorable. Si llegase a transformarse de forma tan aterradora, esta vez, no tendría salvación.

— Solo camina — El perro cruzó el borde y me espero del otro lado — Ya iniciaste el juego, no te detengas hasta ganar

Con el perro fuera del parque me sentí más segura. La parca celestial era la única persona en quien podía confiar y que él hubiese cruzado, me daba la plena seguridad de que todo estaría bien.

Caminé aún con miedo de ser atrapada, pero luego de estar fuera junto al can y el demonio, sentí que ya había pasado lo peor, al menos para mí. Llegamos hasta una pequeña multitud, parecía un grupo de amigos planeando sus siguientes pasos, era perfecto para regar la información que acabaría con todo signo de confianza, estaba allí para matar ese sentimiento y evitar que la posibilidad de que naciese no existiera.

No me sentía culpable, ni siquiera sabía si aquellas personas eran reales, pero si sabía, que aquel demonio ofrecería esa información incluso si no lo acompañaba. Eso me ponía en desventaja de cualquier forma que sucediera, así que, si al menos lograba parecer normal, quitaría unos cuantos ojos de mi figura.

— Esta inteligente chica, ¡Ha tenido una idea maravillosa!

— Si claro, podría ser cualquier cosa menos maravillosa — Pronunció el perro, por lo que me gire para fulminarlo con la mirada — Veamos cuánto tiempo podrás sostener esa mirada, cuando todos ellos salten sobre ti para buscar esa marca. Ninguno de ellos confiará lo suficiente como para hacerte la excepción

Suspiré frustrada, pues ¡Cuánta verdad contenía ese perro! Pero, ¿Qué más podía hacer? De todas formas, estaba a la espera de que la nueva charla finalizara para que pudiera irme a averiguar el lugar exacto dónde me habían implantado la marca, y así, poder ocultarla de todo aquel que intentaste hallarla.

El demonio empezó a hablar de lo que parecía y ya era del conocimiento de todos los oyentes, pues era algo tonto no llegar a la idea que el narrador estuvo implantando en la cabeza de todos desde el minuto uno en que empezó a hablar.

Como creí que sucedería, las personas se veían unos a otros guardando sospechas en sus miradas. Claro que el narrador y yo no éramos la excepción de esas miradas, incluso llegué a sentir que mi cachorro estaba siendo blanco de pensamientos poco dignos de confianza.

Viendo cómo el ambiente subía hasta volverse pesado, noté que las cosas estaban a punto de estallar, en cualquier momento se traicionarían unos a otros y buscarían encontrar a la fuerza y por cualquier método, a las fuentes designadas como "Malignos"

— Creo que es hora de irme — Solté en el momento que consideré más apropiado para no ser atacada en mi huida

— ¿Te vas? — Preguntó el narrador — ¿No quieres decir algo más? Algunas ideas servirían para involucrar a los demás en esta caza

Me moví sutilmente hasta quedar muy cerca del narrador, pero no lo suficiente como para olvidar que era un demonio.

— No puedo confiar en cualquiera — Susurré — ¿Qué pasa si alguno de ellos es un maligno? No haría más que revelar mis planes para que puedan huir antes de darme tiempo a actuar

—Eso tiene sentido — Sonrió complacido mientras yo no podía creer lo fácil que era engañar a aquel demonio, o de lo contrario, solo estaba siendo una ficha de diversión en la que el narrador me movía a su antojo, de cualquier manera, tenía que irme de allí.

Puntos SuspensivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora